El Amor También Termina

Capítulo 8

Capítulo 8.- La traición

"La traición
siempre viene
de quien menos
te lo esperas"

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—Iza, la verdad no me gustan ninguna de las invitaciones son... Como decirlo... simplonas— tomo las invitaciones en mis manos y las observo con detemiento

—Creo que esta sería adecuada con un poco de dorado en la parte superior e inferior— señalo las parte que estoy diciendo en una de las invitaciones

—Claro, se verían estupendas— Priscila me la quita de la mano y no puedo evitar girar los ojos —¿Cuanto seria el costo si se hacen las correcciones?— le pregunta a la chica que nos está atendiendo

—Lo lamento pero no se puede corregir el diseño— dice apenada la Chica

—¿Segura? , no puede hacer algo, prometo pagarle bien—

—No es eso señora, es que ya es una plantilla y no hay ningún diseñador que lo pueda hacer—

Me quedo al margen de la situación para revisar mi teléfono

Empiezo a ver los correos cuando veo uno que me llama la atención

Beca internacional

Apenas quiero abrir el correo, Priscila llama mi atención

—¿Verdad que lo harás?— la miro atenta sin entender de lo que habla —Estoy segura que tú puedes hacer las invitaciones, no te tardas mucho— acaricia mi hombro y sonríe —Ya lo hiciste con las invitaciones del Baby Shower de Zoe, no creo que sea un problema—

—No, espera pris... —

—Mi dama de honor, lo hará, no se preocupe— no terminó de hablar cuando Priscila ya lo da por hecho con la empleada

—Perfecto, entonces lo anoto y me lo envía el día de mañana para empezar con las impresiones— la chica me sonríe y le devuelvo la sonrisa, bueno... al menos eso intento porque podría jurar que se vio como una mueca

Priscila entrelaza nuestros brazos y salimos

—Estaba pensando que las invitaciones podrían tener unos corazones rojos, que simbolice nuestro amor con los detalles dorados que dijiste y—

—Priscila... No— me separó de ella un tanto fastidiada —Yo no puedo hacerlo—

—Yo sé que te es un poco complicado por... — nos señala —bueno ya sabes pero... Se que tú puedes hacer que se vea hermosa la invitación—

—No tiene nada que ver, pero yo no tengo tiempo de hacer eso—

—Cuando hiciste las invitaciones del baby shower de zoe, lo hiciste en un día y no solo hiciste una—

—No puedes comparar lo que pasó hace 3 años, con lo que está pasando ahora—hablo ya fastidiada con la situación

—¡Claro que no puedes... Hace tres años tenía el corazón roto! — grita Priscila y todo el centro comercial se inunda en un silencio

«Claro... Porque la que lo tiene roto ahora soy yo.. Y por partida doble»

—¿Que te parece esta?— le enseñó una invitación blanca con rosa y dorado

—No sé... Es que me gustan todas— vuelve a verlas con detenimiento y suelta un bufido

—¿Y si le preguntas a Omar? Estoy segura que él te ayudará a elegir— Priscila baja la mirada y empieza a jugar con sus manos —¿Pasa algo?!—