La historia de Vergil y Charlotte.- Capítulo 8

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Vergil se encontraba pensando acerca de su pasado, de la falta de atención por parte de su madre, Eva, y acerca del profundo desprecio que sentía por la mayor parte de la patética raza humana.
- ¡¡Cómo desearía poder comer una gran pizza ahora mismo!!
- Calla, Dante.
- Espera un momento... si estamos atrapados aquí, en el mundo de los demonios, ¿no hemos comido nada? Me muero de hambre...
- Ja. No aguantas nada, hermanito.
Dante calló. Quería decirle a Vergil cuanto le había echado de menos. Tantos años sin nadie con quien pelear... Y sin nadie a quien decirle las cosas que pensaba sin que se burle o le pida dinero.
- Dante - dijo entonces su hermano mayor - ¿tú te has enamorado?
- No. Bueno, sí. Bueno... Una vez hubo una chica. Mira, es complicado. He tenido parejas a lo largo de mi vida. Pero nada en serio. Nada... Real. Nada como tú y Charlotte. Una vez estuve en una ciudad, cuando me hacía llamar Tony. Antes de que Gilver matara a Nell. También hubo una chica. Su nombre era Jenny. Si... Al principio yo vivía en un piso modesto. Pequeño. Y Jenny era mi vecina. Nos conocimos cuándo ella me pidió azúcar. Algo tonto, si, pero era preciosa. Seguimos hablando, conociéndonos. Ella iba a la universidad. Yo a veces llegaba cuando ella salía. Y le daba sándwiches. Muchos días quedábamos para tomar algo, pero un día... Me besó.
- Jajajajaja. Te besó. Bien. ¿Y qué pasó?
- Empezamos a ser novios. - una lágrima casi imperceptible resbaló por su mejilla - Pero a los pocos días Gilver... La mató.
Vergil no fue capaz de decir nada. Ni siquiera lo recordaba. Recordaba a Nell. Pero no recordaba a aquella chica.
- Lo... siento mucho.
- No, no fue culpa tuya. Fue Mundus. Si... Fue difícil pasar página. Pero después, después de lo de la isla Mallet, después de que Trish se marchara a ver el mundo, Lady empezó a venir más por mi local. Su motivo era el dinero que le debo, claro, pero se quedaba más tiempo conmigo. Trish vio cómo pasábamos el rato juntos y... bueno, ahora se pasan el rato conmigo. Excepto porque ahora estamos aquí atrapados. Pero... No sé. Lady y Trish me tienen cariño, pero no creo... ¿O tu crees...?
- Y yo qué sé. Solo he lidiado con una mujer en mi vida y ya me basta con Lottie. Volveré a verla, algún día.
- Si. Si no quieres que te vuelva a matar, así lo harás.
- Ja, ja, muy, muuuy gracioso.
- Bien, viejo. Continúa contándome tu historia.
Vergil sonrió, y se dispuso a continuar.
"Haeresis no volvió a aparecer en varios días. Había algunos demonios espantapájaros, pero no eran ningún problema.
Marcus tuvo que descansar unos días. Charlotte y yo nos pasamos el rato juntos. Agnus nos permitió quedarnos con él en su refugio.
A veces visitábamos a Credo en el orfanato. Sus padres estaban también allí. Su madre también estaba embarazada y le daba consejos a Lottie. Un día, Marcus y yo fuimos a tomar algo.
- Bien, demonio azul. ¿Qué tal te va?
- Bien, supongo. Agnus estudia las notas del viejo y su amigo. Mientras, Charlotte y yo planeamos cómo llevar el nacimiento del bebé.
- Espero que sea niño. Le ayudaré a entrenar con la espada. Mmm... Y si es niña, también.
- Claro. Ya veremos. Lo primero será inculcarle cultura. La lectura fomenta la imaginación.
- Si, leer. Así querrá luchar con dragones, y yo le entrenaré con la espada.
- No todo en la vida es pelear, Marcus.
- Dímelo a mí. No, mejor no me lo digas. Oye, no le has dado ni un sorbo a tu bebida.
- No me gusta el alcohol.
- Oh, venga, bebe un poco.
- He dicho que no.
- Vamos. Bebe, bebe, bebe...
Y... Bebí.
Por lo que Lottie me contó, estuve unas horas K.O.
Cuando desperté me encontré con una niña pequeña, un bebé, encima de mi pecho y mirándome fijamente. Yo tenía babas en la nariz.
- Eh... ¿Charlotte?
- ¿Si, mi demonio de peluche?
- ¿Demonio de peluche? ¿Así me piensas llamar?
- Bueno, tengo que pulirlo, pero tu no te vas a librar de un apodo cariñoso por parte de tu novia.
- Sabes que no es necesario ¿verdad?
- Ya, ¿y qué?
- Nada. ¿Tenemos un super hijo o algo?
Ella me miró con cara distraida. Se veía adorable y... sexy"

Dante interrumpió abruptamente.
- Espera un momento... Tú, Vergil, mi hermano mayor, el frío e implacable Demonio De Peluche, ha dicho que una chica se veía sexy. ¡¡Ja-jajajaja!!
Vergil le miraba serio. Casi matándole con los ojos.
- Parece que las personas cambian, Dante. - y con una sonrisa añadió - Todos menos tú.
- Si, yo nunca cambio, y nunca lo haré.
Vergil notaba que su comportamiento infantil era solo el exterior de su hermano. Pero no lo iba a decir.

"Lottie respondió con inocencia:
- ¿Qué? ¡Ah! La niña. No, no. Es la hija de Agnus. Nicoletta.
En ese momento Marcus irrumpió en la habitación.
- ¿Nicoletta? ¿Qué clase de nombre es ése?
Iba a salir cuando se encontró a Agnus y una mujer en la puerta, los dos mirandole muy seriamente.
- Esto... Yo... Es un nombre precioso... Yo... ¡Tengo que mear!
Salió corriendo hacia donde estaba el baño y se escuchó un portazo.
- Vergil, - dijo Agnus -, esta es mi mujer, Nyla.
- Hola.
La mujer, Nyla, tenía una voz parecida a la de Charlotte, aunque más adulta. Era guapa. Su pelo, oscuro y sos ojos, que a la luz tenían un brillo dorado, parecía que te atravesaban hasta llegar a tu mente y la leían como un libro abierto. Su cuerpo definido y su ropa casual no decían tanto sobre ella como su mirada.
- Hola. Una niña... Muy bonita...
- Gracias. - respondió la pareja al mismo tiempo.
Pasado un rato, Lottie y yo nos estabamos mirando fijamente.
- Has visto lo unidos que se veían gracias a su hija - dijo ella.
- Si... Aunque dudo que dure mucho tiempo.
- ¿Por qué?
- Agnus es un hombre centrado en el trabajo. Eso no cambiará.
- No puedes saber eso. Una persona puede cambiar. Y siempre queda la esperanza de que cambie a mejor.
- Pero también puede cambiar a peor.
- No te permito que seas así de negativo, Vergil.
- Vale, como ordene, mi señora.
- Así está mejor.
Dejé que transcurrieran unos segundos antes de decir con una sonrisa:
- Un momento, yo soy Vergil, El Asesino Oscuro, ¿quién eres tú para mandar sobre mí?
- Soy Lottie, La Amante del Demonio de Peluche, ¡Témeme!
Como la vez anterior, no paramos de reír. Eramos jóvenes y Lottie me ayudaba a olvidarme de mi pasado."

•••

- Vergil, no se me ocurre nada verdaderamente importante que decirte. Cuando salgamos de aquí vamos a buscar a Charlotte.
- Está bien.
- Y le presentáremos a Nero.
- Si.
- Bien. Todo aclarado. Ahora soñaré con una buena pizza.

Vergil se vuelve a dormir, deseando no tener otra vez esa pesadilla que no logra recordar pero que le quita todo el descanso al sueño. Dante, por su parte, sueña con Jenny...

Gracias holyaria89 por tus ideas y por las charlas tan divertidas que me das junto a Sirbloodworm, además de los animos, tus historas me dan qué leer.

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