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-¿Entonces no sabes que son, pero te invito a una cita?- pregunto Mangel a su amigo, quien solo atino a asentir -¿Cuando es la cita? ¿donde sera?- en realidad el ni siquiera sabia donde seria, ni como debería vestirse -Es pasado mañana- dijo en voz bajita -Pero cambiemos de tema ¿como te va con Lolito?- su amigo lo quedo mirando con desinterés -Bien supongo, por el momento no nos hemos frecuentado, pero a veces hablamos por teléfono, o salimos a tomar algo juntos, por lo demás nos va molto bene- a veces a Mangel le gustaba hablar mezclando idiomas, en este caso el italiano, a Rubén ya se le hacia normal, ya que solo decía pequeñas frases como ahora, diciendo muy bien, le parecía gracioso, pero a veces no le entendía y tenia que preguntarle.

Por otro lado, estaba Vegetta, la tarde del mismo día, al irse a su hogar, se dio una ducha relajante, al terminar de cambiarse tras el baño, escucho a alguien llamando a la puerta de su mansión, se acerco a abrir la puerta, y quedo pasmado por lo que había al otro extremo.

-¿P-puedo pasar?- pregunto una voz temblorosa, un rostro ojeroso, con lagrimas secas y labios partidos, se asomaron por la puerta a través de una capucha color negro -Claro ,pasa, adelante- dijo Samuel abriendo paso para que su amigo se adentrara en su hogar -No le digas a nadie que estoy aca, por favor- pidió Luzu, con una mirada acuosa, el menor le invito a sentarse en el sofá -No es necesario que me digas que paso, todo a su momento, solo quiero saber si necesitas asistencia medica, si has comido algo, y si necesitas descansar- su amigo se quebró en este momento, empezó a llorar, si bien es cierto, no emitía sonidos, mas que sollozos, Samuel lo abrazo lo mas fuerte que pudo sin hacerle daño, acariciando su cabello y pasando uno de sus brazos por su espalda -Tranquilo, estoy aquí para ti, no me pienso ir- después de abrazarlo un rato, se levanto a ir por agua, Luzu estaba mas tranquilo, pero había derramado bastantes lagrimas, necesitaba hidratarse. Ya mas calmado, Luzu pensó en como contarle a su amigo lo que había pasado -¿Seguro que me quieres contar?- pregunto este, a lo que el mayor asintió -N-no se como empezar- dijo -Todo inicio la semana pasada, como ya sabes hemos intentado vivir juntos en mi casa, así que cada uno tenia que hacer ciertas cosas, pero al el simplemente se la suda, le digo que haga algo y termino haciéndolo yo, hemos discutido otras veces por esto, pero esta ultima vez por la euforia del momento le dije que era inmaduro, y que no sabia vivir la vida de un adulto, gritamos mucho, dijimos cosas hirientes, le dije que no lo amaba ¡Dios que idiota soy, claro que lo amo!¡Como fui tan imbécil para decirle eso!- las lagrimas empezaron a brotar de sus ojos -No se que haré sin él, me acostumbre tanto a su presencia que no se que haría sin que este hablándome todo el tiempo- Dijo cubriendo su rostro, sonriendo al recordarlo -Deberías hablar con el ¿no crees? debe estar preocupado por ti- dijo Vegetta fijando una manta al rededor de su cuerpo -Pero es tardísimo, no creo poder salir ahora- respondió este sorbiendo de su vaso -Mañana ve por él, ahora descansa; ven que hoy te quedas en mi cama-.

En el mismo momento, Auron estaba hablando con Alejandro, el aún estaba preocupado por Frank, quien aún no volvía de su viaje, pero dejo sus mierdas de lado para acudir donde su amigo, quien estaba destrozado, quizás no lo mostró frente a Rubén para no parecer vulnerable, pero las ultimas palabras que dijo Luzu antes de desaparecer por la puerta, lo dañaron, el lo amaba, y bastante; estaba preocupado por él, pudo pasarle algo, no lo vio en todo lo que restaba de día, ni una llamada, ni nada, ningún rastro de vida.

La mañana llegó, Luzu bien descansado se dirigió a la casa que compartían junto a Vegetta -Seguro lo harás bien- le dijo el menor dando unas palmadas sobre la espalda de su compañero -Espero que me perdone- menciono y le dio una sonrisa triste a su amigo -Voy a entrar- suspiro con pesadez, se armo de valor e introdujo la llave en el orificio de la puerta, abrió la cerradura y se adentro a su hogar despidiendo con la mano a lo lejos a su amigo.

-¿Auron?- pregunta al silencio de su casa, empezó a dirigirse a la habitación que compartían pasando por la sala; vio a Alex tumbado durmiendo en su sofá, supuso que lo había llamado como apoyo, siguió caminando guardando el mayor silencio posible; llego a la habitación que se encontraba al final del pasillo y vio la puerta entreabierta, paso y se oyó un rechinar bajo de la puerta, la luz del día chocaba contra el rostro dormido de su pareja, se acerco a el con cuidado de no hacer ruido, dejo una maleta con ropa que se había llevado por si acaso a la casa de Vegetta en la mesa al lado de la cama, se puso en cuclillas para estar a la altura de su rostro y con una de sus manos acaricio el rostro de su novio, delineando su barba; al sentir el tacto ajeno Raúl se despertó, abriendo los ojos delicadamente, al ver al castaño a su lado quedo atónito, cuando por fin reaccionó, lo abrazo soltando unas lagrimas, Luzu rodeo con sus brazos la espalda baja de este -Mi niño ¿estás bien? estaba muy preocupado por ti, perdóname, te prometo que nunca más olvidare mis quehaceres, pero no vuelvas a irte así ¿vale?- el mayor nunca había visto al pelinegro llorar, él era de esas personas que no mostraban mucho sus sentimientos, pero eso no aplicaba a cuando estaba con Luzu, y verlo llorar por su culpa, fue algo doloroso; empezó a rozar la punta de su nariz buscando el calor en la piel ajena -Prométeme que nunca que iras así- seguía diciendo Raúl con la cara cubierta de lagrimas -Prometelo- dijo finalmente en un tono bajo pegando sus frentes tomándolo del cuello -Lo prometo- respondió Borja, el sintió la sonrisa que su pareja emitió, este se hizo a un lado para que subiera junto a el, aferrándose a su pecho, escuchando sus latidos; cuando por fin uno de los dos hablo, le dedico una de las frases más anheladas por muchos -Te amo con locura, Raúl- dijo acariciando sus cabellos negros, después tomo suavemente su mentón para besarlo, extraño sus labios, tenia un ligero sabor salado a causa de las lágrimas que el pelinegro soltó momentos antes -También te amo Luzu- el mayor empezó a recolectar a base de besos las lagrimas sobrantes -Ya deberíamos ir a desayunar Honey- le sugirió el mayor -No quiero moverme de aquí, estamos cómodos- miro con ternura a su pareja, beso su frente -Aun debemos ponernos de acuerdo con nuestros deberes, pero podemos esperar a otro día- dijo tomándolo de la cintura aferrándolo más a él -¿Podemos comer postre de desayuno?- Auron se sonrojo inmediatamente tras decir eso -Solo si tu quieres- tras decirlo Luzu se coloco sobre Raúl, inmovilizándolo y comenzó a besarlo; habían olvidado por completo que Alex seguía en su sala.




Lamento la demora, se me fue el internet 

desde hace horas, pero aquí esta.

 Ojala les guste



No Todos Son Héroes [rubegetta] Cancelada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora