Ya era algo tarde, Rubén aún no despertaba, sin embargo, su novio se había levantado temprano para adelantar algunas cosas que tenía que hacer, y de paso hacerle el desayuno; el menor se levantó por el olor dulce que se sentía en el ambiente, se paró de la cama y se lavó el rostro para darle el encuentro a su pareja en la cocina, donde parecía estar; llevaba mucha ropa puesta por lo del día anterior, estaba tan cansado que solo se pusieron ropa interior y subieron a descansar en la cama del mayor; buscó en el armario alguna sudadera del mayor, se sorprendió al ver que tenía varias camisas y pocas playeras, tomó la sudadera más grande y bajó mientras se la ponía, el olor dulce se intensificó, casi llegando a la cocina se topó con él, casi tiraba la fuente que traía en brazos –Doblas, casi me asustas– alertó balanceando la fuente –¿Qué haces con eso?– preguntó señalando al desayuno recién acompañado de la miel escurriendo entre las tortitas –Te quería sorprender con el desayuno en la cama– respondió con aires de desilusión –Ay cariño, no era necesario– se acercó un poco más rodeándolo para evitar votar la fuente, lo abrazó desde atrás y le dio un beso en la nuca –Gracias Sam–.
Finalmente decidieron llevar el desayuno nuevamente a la cocina, donde ambos disfrutarían de las tortitas.
–Chiqui, ¿A que hora es tu salida con Mangel?– con la boca llena trago duro –¿Que salida?– poco se le entendía por como se había atragantado –Dijiste que Mangel y tú iban a salir hoy pasando el medio día– los ojos se le abrieron como platos, lo había olvidado.
Ding, Dong...
–Mierda– la pesada mirada cayó sobre él, sabía que no debía decir palabras soeces cuando estaba con su pareja, pero había olvidado a su mejor amigo –Ve a cambiarte, yo lo recibo– lo largó de buena manera; Rubén corrió escaleras arriba para buscar algo rápido para ponerse, si bien es cierto desde hacía un tiempo había empezado a dejar algunas prendas suyas en casa de Vegetta, pero no había llevado pantalones, busco entre la ropa de su novio y solo encontraba ropa ceñida al cuerpo, sin pensarlo mucho se lo colocó y bajo así.
Al bajar encontró como Mangel y Samuel estaban sentados charlando.
–Rubiu', Vegetta me estaba contando lo bien que se la pasaron ayer por su aniversario– sonrío e hizo una cara insinuante a algo que el moreno no le había mencionado –De Luque ¿Qué le dijiste?– sonrío cínicamente –Per- no pudo defenderse por las carcajadas que soltaba su amigo –Rubiu' tranquilo, no sabía que te tenía así de dominado, eh triple siete– codeó golpeándolo levemente –Vegetta nunca me contó nada, pero me lo acabas de confirmar, ahora... ¿Quieres salir ya?–.
El híbrido asintió y se paró junto a la puerta esperando a si amigo –¿No te vas a despedir bien Doblis?– formó un mini-puchero con sus labios, a lo que este se acercó a depositar un pequeño beso en sus labios para despedirse con la mano y salir por la puerta junto a Mangel.
–Bueno, al parecer tengo la casa para mí solo– se levantó del suelo pensando en que podría hacer mientras el otro no estaba.
–En segundos echaré mis intestinos– confesó el híbrido cubriendo sus ojos –¿Por qué? ¿Qué tienes? Te ves pálido–.
Inmediatamente tocó su muñeca verificando tu temperatura, estaba un poco elevada, algo preocupado se vio en la obligación de llevarlo al médico, para saber qué tenía.
Una vez allá en la sala de espera, Mangel volvió a cuestionarlo –¿Qué pasó?– un silencio lo invadió, su calidez desapareció casi por completo –Vegetta preparó la cena, estaba muy emocionado, pero creo que me sentó mal, tenía un sabor agridulce y– una arcada invadió su garganta, su amigo le ofreció una bolsa anteriormente proporcionada por una enfermera, con sus manos aguantó la comida siendo devuelta y se controló.
–Rubén Doblas– llamó una chica saliendo de la oficina –Su turno–.
Ambos pasaron al consultorio, se sorprendieron al ver una cara familiar en el lugar –¿Rabis? ¿Qué pasó?–.
–Comió algo que le cayó mal, vinimos para saber si le pueden dar algo para contrarrestar los síntomas– explicó señalando el color de su amigo.
–Creo que deberíamos hacer unos análisis primero antes de un diagnóstico fijo, así que Rubius, necesito que orines en este recipiente y me lo traigas para unos análisis– el rubio castaño asintió tomando el plástico y yendo al baño del consultorio –Mangel, los resultados demorarán en salir por lo menos en cinco horas, puedes darle un suero para que le pase, pero por ahora ningún medicamento– este asintió; el híbrido no tardó en aparecer con la vasija llena –Les llamaré en cuanto el resultado salga, cuídate Rabis– se despidió viendo cómo se alejaban por el pasillo.
pERDÓN-
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No Todos Son Héroes [rubegetta] Cancelada
Hayran KurguRubén, nervioso se acerco mirando fijamente a los ojos violetas de su amado Samuel y este le tomo por los hombros al castaño y le dijo -Aunque me intentes ayudar, no lo podrás lograr, ya que- suspiro para retomar la palabra- no todos son héroes, y...