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-¿Aló? ¿Samuel, estas bien?-.

-Deja de llorar por favor, toma un vaso de agua y cálmate-.

-Voy para allá -.

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Cogí mi sudadera e inmediatamente salí rumbo a la isla de Vegetta, me tenia preocupado, no se escuchaba bien. Al llegar toque la puerta y al abrirla me tope con un Samuel con los ojos rojos e hinchados, marcas de lagrimas en sus mejillas y una mirada cristalina, tenia toda la cara en un leve tono carmesí, y cuando me vio se quedo sin decirme nada nos dirigimos a su sala en total silencio, nos sentamos en el mismo sofá; al rato de estar mirándonos fijamente el solo pronuncio una palabra-Hola- vaya que su voz se  escuchaba mal, sin responderle ni avisar lo que haría solo vi posible hacer una cosa. Me lance hacia el, a sus brazos y lo estruje con todas mis fuerzas, no tenia muchas pero lo hice con el corazón; el soltó un llanto que para mi fue desgarrador, nunca lo había visto así en mi vida.

Habían pasado al rededor de quince minutos y el estaba en mi regazo aun sollozando, yo sin decir nada me quede a su lado revolviendo su oscuro cabello, lo enredaba y desenredaba, lo peinaba con mis dedos y pasaba desde su cabeza hasta su espalda, le hice cariño y después de otros quince minutos se quedo adormilado; no quería levantarle se le veía cómodo, yo sabia el lugar de sus cosas en su casa, así que lo trate de llevar a arriba, donde se encontraba su habitación, ya llegando a las escaleras él me quedo mirando y solo le dije -Te voy a llevar a tu cama para que descanses mejor- y le dedique una sonrisa amable- No quiero moverme- dijo haciendo un puchero, se veía adorable.

Llegando a su cama lo arrope y me gire para marcharme y sentí como algo me tomo de la mano, la cual anteriormente estaba apoyada en la cama -No te vayas por favor-dijo con una mirada suplicante, y quien era yo para decirle que no, me recosté a su costado manteniendo mi distancia -Ruben- me llamo-Ven mas cerca, tengo frió- a decir verdad me impresiono un poco, pero seguí sus ordenes,me acerque un poco y él se re-acomodo poniendo su cabeza sobre mi torso, él me abrazo y sus lagrimas empezaron a brotar en silencio -No se que es lo que hice mal, no lo entiendo- me dijo mientras se aferraba a mi, a lo que respondí abrazándolo con una mano mientras que con la otra secaba sus mejillas -¿Qué hice mal?- respetía esa misma pregunta una y otra vez-Tu no tienes nada malo, él es el un idiota por no ver lo que tenia frente a él-.

-Debo tener algo mal, si no ¿por que decido reemplazarme?- sinceramente eso que dijo me dejo sin habla, debía pensar en algo rápido -Por que es ciego, quien te reemplazaría por alguien más en su sano juicio- Creo que sonó mas a confesión.

-¿En serio piensas eso?- al decirlo me miro impaciente por una respuesta- En serio Samuel, te aprecio bastante- dije mientras revolvía su cabello, algo que lo molestaba un poco pero no le tomo mucha importancia, ya que estaba muy cansado. Al cabo de unos minutos él termino dormido en mi pecho mientras lo acariciaba con delicadeza, parece que esas caricias lo arrullaron, pero me sentía bien por que por lo menos ya no estaba llorando, estaba tranquilo, y se le veía tan pacifico. No quería que este momento acabara, pero sonó el timbre, no lo levanto pero si lo escuche.

No Todos Son Héroes [rubegetta] Cancelada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora