2

31 8 2
                                    

Un mes, eso duro nuestro grupo.

Viéndolo desde una perspectiva objetiva, fue algo muy corto, viéndolo desde mi perspectiva, fue algo milagroso que hayamos llegado al mes juntos como grupo.

Él era demasiado impulsivo, yo demasiado cuidadoso y analizador, en cuanto yo decía: Debemos tener cuidado, él ya estaba lanzándose sobre el primer monstruo espacial que se nos cruzó en frente, no sé cuántas veces lo salvé de morir estúpidamente, aunque he de admitir que peleando compaginábamos muy bien, él me cubría mientras yo atacaba rápidamente, luego cambiábamos y mientras yo distraía, él usaba su fuerza para dar un golpe certero.

No éramos los únicos con problemas, nadie encontraba el templo aún y todos se estaban exasperando, inclusive recurriendo a matar a otros jugadores, pero seguíamos en el primer nivel, duraban poco más de dos o tres días para volver a su nivel de juego anterior y para seguir buscando algo que parecía imposible de encontrar.

Recurrimos a seguir a un grupo de jugadores que alardeaban ser los mejores, los seguimos a escondidas mientas buscaban en un área poco poblada por jugadores, y no los perdimos de vista cuando intentaron inspeccionar las alcantarillas, cuando llegaron a una extraña habitación pensamos que habíamos encontrado el templo, pero solo un gigantesco caimán con cuerpo de humano que antes tenía la forma de un guerrero medieval terminó comiéndoselos a todos.

Los jugadores poderosos se mantenían bien alejados de los promedios, pero igualmente no había forma de encontrarlos, aunque viendo la tabla de clasificación que se actualizaba cada día, nadie iba a la cabeza encontrando el templo.

Popitres y yo conseguíamos en ítems en el mercado Huatu, de una tribu alienígena que había colonizado la tierra en según ellos 2280, habían hecho un trato con los humanos y ahora vivían pacíficamente con ellos, todos ellos eran distinguibles de los jugadores, sobre todo por su piel ligeramente turquesa y sus dos pequeños cuernos que se asomaban en su cabeza.

Nos sentamos en una banca que estaba al borde de una extensión de tierra, frente a nosotros había un barranco que delimitaba la zona de juego, si caías ahí, rebotarías y volverías, a menos que fueras empujado por un jugador.

Aquí la comida no tenía valor nutricional, pero simulaban muchos sabores, así que comimos un par de sándwiches mientras decidíamos que hacer a continuación, no se nos ocurrió mucho durante dos horas de pensamiento intenso.

-Popitres... -dije tras terminar mi cuarto sándwich -¿Que vamos a hacer?

-Los matamos a todos... Eso nos dará más tiempo para descubrirlo antes que cualquier otro.

-Aunque lo hiciéramos, solo seguirían buscando aún sin ítems.

-Pero podremos obtener más tiempo -empezó a alzar la voz.

-Pero es inútil, a menos que cambiemos la estrategia, estamos igual de varados que ellos, a ti solo te importa pelear.

Me paré y él también, era más alto que yo, pero eso no disminuía mi ira hacia él.

-Tu solo quieres pensar y pensar mientras el resto avanza en la búsqueda, me estás deteniendo.

-¡¿Qué yo te detengo aquí?!

-¡Si, lo haces!

Me dio un empujón que casi me manda abajo en el barranco pero recuperé el equilibrio a tiempo, en cuanto volví a verlo, ya se había ido. La notificación de: Tu grupo se ha disuelto sonaba en lo alto de mi menú.

Caminé rabioso lo que quedó de la tarde, un par de jugadores intentaron reclutarme para buscar el templo, pero no los atravesé solo porque había guardado la espada en mi inventario.

Tempel Jäger  OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora