25

19 2 0
                                    

En la noche de Halloween, celebramos la derrota del jefe del nivel 10 sin ninguna baja. Y descubrí la verdad del mayor misterio de este juego.

No fue sencillo, y para nada agradable, sobretodo porque el jefe final era la Reina Mantis, cuyo veneno era capaz de paralizar a cualquier avatar con un solo toque de sus inmensas pinzas.

Aún recuerdo la preparación y la larga caminata que nos tomó para llegar hasta el Templo, estando bajo tierra y muy bien escondido, descendimos en picada al menos 30 guerreros hábiles, todos con tanto nivel para evitar ser derrotados y asesinados por el jefe.

Entrando a la circular cámara, nos pusimos en posición mirando hacia todo lado, pero el silencio siguiente fue escalofriante y tensionante, todos y cada uno de nosotros temíamos que ante el más mínimo despiste, un gigantesco jefe aparecería y nos mataría lentamente sin piedad.

No sé si fui yo, Popitres o alguien más, pero un Hunter gritó rápidamente: ¡Arriba! mientras alzaba lentamente la vista.

En lo alto del domo una figura gigante y como de un bicho se movía, cuando la luz del templo inundó la sala, vimos exactamente como era. Una Mantis gigante, de color verde pasto y de unos 40 metros de largo, con unas enormes pinzas como brazos y cinco barras de HP, sus ojos negros escanearon la sala en un instante, porque al siguiente se lanzó sobre nosotros.

Nos dispersamos tras la orden de Raphiel mientras veíamos al enorme bicho caer a toda velocidad contra nosotros, sin embargo enfrentar a un jefe requería de valentía y algunos Hunters no la tenían. Un par de ellos se quedaron quietos como estatuas viendo a la Reina caer sobre ellos, mientras eran arrojados tras ser golpeados por ella.

-¡Apartense! -les grité, pero ya en el suelo no parecían capaz de moverse.

¿Era el miedo? ¿Algún efecto de un golpe directo de la Reina?

El jefe se lanzó sobre nosotros, balanceando sus enormes pinzas, arrojó un inmenso ataque que abarcó varios metros y lanzó a volar a varios avatares, volaron en el aire hasta nosotros y cayeron delante, donde pude ver con claridad sobre sus cabezas el ícono de parálisis de máxima duración.

Otro golpe gigante pareció ser la perdición de varios Hunters, pero Raphiel se lanzó, portando su inmenso y legendario escudo, fue capaz de parar por si mismo una de las enormes tenazas de la Reina, pero la otro estaba libre, y se dirigió decididamente hasta un Hunter paralizado.

Sin pensarlo, me lancé con ambas espadas y las puse en X, listo para activar mi Sword Shield, pero la gigante extremidad fue más rápida que el sistema al reconocer mi postura, el arma del jefe chocó contra mis espadas con un increíble sonido metálico que me sacudió hasta los dientes, pero no era suficiente para detenerla. La tenaza siguió avanzando, dispuesta a destruir la defensa de mis dos espadas, y golpearme para lograr quedarme quieto y estar a merced de sus nada bonitos dientes de mantis.

¡Clang! Un brillo dorado vino detrás de mí y golpeó la tenaza de la Reina, enviándola a volar y rechazando finalmente el golpe. La katana de mí compañero Popitres dejo de brillar mientas ayudaba a levantarme.

-Si la detenemos entre ambos, podemos hacerlo. Podemos detenerla.

Asentí sin dudarlo, con Raphiel a nuestro lado, nos lanzamos conjuntamente. Nuestros cerebros parecían estar conectados a través del aire, enviando impulsos de reacción a los movimientos del otro que nuestro propio cuerpo parecía conocer, mientras tanto el resto de avatares atacó por ambos flancos vulnerables de la Reina Mantis.

-¡Mantendremos ocupados las tenazas! ¡El resto concéntrese en su cuerpo!

Golpeando y esquivando, girando y repeliendo. Mi compañero y yo nos movimos a una velocidad que parecía superar la propia capacidad del sistema, oyendo las espadas chocantes, los gritos de guerra y dolor, seguimos conteniendo las armas gigantes de la criatura durante no sé cuántos minutos.

Tempel Jäger  OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora