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 Si me dijeran como esperaba que fuera la otra vida, nunca pensé que olería a rosas.

El extraño aroma del perfume llenó mis fosas nasales, recostado en un lugar desconocido, intenté mover alguna parte de mi anatomía, pero nada respondía a las órdenes que mandaba mi cerebro.

¿Así es como se supone estás muerto? ¿Recostado en algún lugar sin poder abrir los ojos? ¿Vagar en la nada durante toda la eternidad?

Sin embargo, finalmente mis párpados respondieron y abrí los ojos.

Una luz blanquecina apuñaló directamente mis pupilas y obligó mis ojos a cerrarse de nuevo. Respirando entrecortadamente, me obligue a abrirlos de nuevo lentamente, hasta que éstos se acostumbraron a la penetrante luz.

Un techo blanco con luces colgadas llenó rápidamente mi vista. Mis ojos se movían hacia todos lados intentando averiguar mi locación, pero no le hallaba sentido a dónde estaba. Una cortina azul simple, una ventana transparente que daba a una noche nubosa y una mesa de noche con un jarrón lleno de rosas.

¿Que era este lugar? Algo así nunca podría haber estado en TJO, completamente desconcertado intenté levantar la cabeza.

Pero no podía. Todas mis articulaciones parecían haber olvidado que podían moverse, mientras mi consciencia intentaba moverlas y descifrar donde me hallaba.

Aún así, pude débilmente levantar mi mano izquierda y tomando una bocanada profunda la moví horizontalmente 10 centímetros, pero nada sucedió, ningún menú o ventana de ayuda apareció.

¿Este lugar no estaba dentro de TJO?

Entonces... Estaba en "ese mundo". El mundo que había creído abandonar para siempre hacia tantos meses, y que en la batalla final contra Daven me resigne a no volver a ver con mis ojos.

Pero eso no estaba bien. Mi vista se veía demasiado cuadrada y grotesca, viendo mi brazo, me di cuenta de los vellos y venas que habían bajo mi carne y piel, tan real y carnoso que parecía antinatural.

Usando mis brazos adormecidos, intenté levantarme utilizando mis codos como soporte para alzar mi pecho, pero algo me lo impidió. Una especie de cuerda se oyó mientras hacía tensión y me impedía levantarme apropiadamente mientras jalaba mi cabeza de nuevo hacia abajo, llevando mis manos hacia mi cabeza, lentamente me quite la cosa sobre ella.

El FaktHel. Aquel casco que había servido durante tantos meses como un cadena y una prisión dentro de un mundo virtual, ahora se veía desgastado y descolorido, sus dos luces verdes que indicaban la conexión satisfactoria ya no brillaban. Poniéndolo sobre la mesita de noche, dolorosamente me encorve sentado.

Estaba en una camilla de hospital, con una sábana blanca sencilla y una bata colocada sobre mi cuerpo. Incrustada en mi brazo había una intravenosa conectada a una bolsa con un líquido color naranja, pegados a todo mi cuerpo había pequeños electrodos enchufados a una máquina eléctrica al lado de un monitor cardíaco.

Mi mente registró eso, pero dentro de mí solo había un pensamiento: Mason. Él había logrado sobrevivir a la batalla final, si yo había vivido aún cuando mi avatar murió, él también debería haber despertado, animado mínimamente por esa idea, intenté mover mis piernas.

Nada sucedió. Enfocando mi mente en ello, volví a intentarlo, pero aún nada. Inhala, exhala, inhala, exhala, cerca de una media hora después mis dedos del pie se movieron ligeramente a mi orden.

Apoyé mi cuerpo en mi brazo izquierdo, girando mi cadera lentamente usando la poca fuerza que tenía deje que mis piernas cayeran, mis pies tocaron el suelo frío de mármol. Usando ambos brazos como impulso, intenté ponerme de pie.

Tempel Jäger  OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora