02.- Inefable

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1760.

02.- Inefable

El beso que le había dado Luka antes de volver a casa aún le aceleraba el corazón. La sensación era diferente a la que tuvo con los primeros besos, quizás porque se sentía más unida a él, porque Adrien empezaba a desenredarse de su corazón, tal vez porque su amor por él estaba ganando terreno.

Se dejó caer en la cama sonriendo como una idiota, pensando en él.

—Me alegro mucho de verte tan feliz, Marinette.

—Tikki, no puedo creérmelo. No me creía capaz de olvidar a Adrien.

—No hay nada imposible.

—¿Crees que Luka y yo hacemos buena pareja?

Tikki le sonrió e hizo una delicada pirueta en el aire frente a sus ojos.

—Se os ve increíble juntos, sois una pareja muy bonita.

—Me da un poco de miedo lo que puedan decir —admitió Marinette—, porque Luka es dos años mayor que yo y es un músico impresionante.

—¿Por qué tendrían que decir algo de vuestra edad?

Sabía que era un poco absurdo, que sólo eran dos años y que Luka nunca la obligaría a hacer nada que no quisiera, pero la gente tenía aquella mala costumbre de meterse en la vida de los demás y juzgar sin saber. Y por otro lado estaba Juleka. Le preocupaba un poco su reacción cuando supiese que Luka y ella había dejado de ser sólo dos amigos charlando de música y moda, que se devoraban a besos tras la puerta cerrada de su cuarto.

—¿Tienes dudas sobre lo que siente por ti?

Marinette disintió con suavidad.

—No, ¿cómo podría dudar de ello? No necesito que me diga qué siente porque lo demuestra con cualquier pequeña cosa que hace.

—Pero tienes alguna duda, ¿no?

Asintió con un suspiro.

—No es por él, es por mí —susurró—. Cuando se trataba de Adrien podía enumerar todas y cada una de las cosas de él que me gustaban, pero cuando pienso en Luka no puedo.

»Quiero decir que sé que le quiero, pero no puedo describirlo.

—Creo que eso es precisamente amor, Marinette.

—¿De verdad lo crees?

—Claro.

Luka llenaba los huecos de su vida, ya fuera con palabras, gestos o con música, cualquier cosa que hacía la sentía con intensidad como si acariciase directamente su alma, le daba paz, pero también le daba un poco de miedo porque si aquello no salía bien no quería perderle. Luka le había asegurado que pasara lo que pasase seguiría a su lado y, no era que no confiase en su palabra, pero no estaba segura de si ella podría volver a la casilla de salida si se acababa.

Una canción de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora