16.- Apuesta

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 2212.


16.- Apuesta

Marinette estaba al borde del colapso. La última prueba había sido perfecta, tanto que al llegar a casa la había atropellado la inseguridad. ¿Y si los botones no eran los adecuados? ¿y si el bordado era demasiado grande o demasiado pequeño? ¿Y si había sido demasiado optimista acabando tan pronto? Estaba a punto de desmontar el traje entero y volver a coserlo cuando Luka la llamó por teléfono cortando el pánico que la devoraba.

Iba a ser una semana dura, pero estaba deseando que llegase el sábado, entregar el traje y ser libre para presenciar el debut de sus amigos. Habían acordado dormir todos en el Liberty después del debut y Marinette tenía tantísimas ganas que sabía que se le harían los días eternos.

Adrien, en su cuarto, había cogido el teléfono decidido a llamar a Kagami, igual que las anteriores diez veces, pero en cuanto su dedo se acercaba al icono verde de llamada empezaba a temblar. No podía hacerlo, sabía que tendría que enfrentarla tarde o temprano, para bien o para mal, pero no tenía el valor suficiente. Plagg se reía de él y no podía culparle, tenerle aquel miedo absurdo a su novia cuando quería arreglar las cosas con ella...

Plagg estaba dispuesto a pulsar el botón verde por él cuando la novia en cuestión decidió volver a llamar, Adrien se apartó el móvil de la cara sobresaltado, pero Plagg descolgó por él.

—¿Hola? ¿Adrien?

—Ho-hola, Kagami, ¿cómo...?

—Cabreada, así estoy. ¿Ya te has cansado de ignorarme?

—No te he estado ignorando yo...

—No descolgar el teléfono cuando llamo puede ser porque estás ocupado, no devolverme las llamadas es, sin duda, ignorarme.

Adrien entró en pánico un instante, Kagami soltó un suspiro furibundo.

—No me lo digas, has estado perdiendo tu tiempo con Marinette, aún sigues enganchado a ella.

—¿Qué? ¡No! —replicó molesto por el hecho de que siempre usase a Marinette como algún tipo de arma arrojadiza—. He empezado a tocar en un grupo y no he tenido tiempo de nada. Debutamos mañana y...

—¿Un grupo?

—Kitty Section, el grupo de Luka.

—¿Un grupito de rock cutre que toca en un barco? Adrien, eso va a perjudicar a tu imagen.

—Tal vez tengas razón, Kagami, pero por una vez en mi vida estoy haciendo algo que quiero hacer —declaró sin dejarse amedrentar su malgenio—. Y mi padre está de acuerdo, es como un milagro y no pienso desaprovechar la oportunidad.

—Por si te interesa, llegué anoche a París, pensé que igual querías saberlo.

—¿Por qué no me has avisado de que...?

—Lo intenté, pero no me has contestado a las llamadas.

Adrien suspiró tenía razón.

El sábado por la mañana, Marinette saltó de la cama, engulló su desayuno y mató el tiempo junto con los nervios escuchando el último tema de Jagged Stone en bucle mientras diseñaba la portada para el single. Estaba nerviosa. No, estaba histérica.

Apenas fue capaz de comer nada antes de salir hacia la mansión Agreste. Prefirió ir andando para calmarse, aunque su padre le ofreció llevarle en coche.

Una canción de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora