22.- Palabras

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 2539.


22.- Palabras

Marinette se sentía intranquila, se había puesto en la muñeca derecha el prodigio de la protección para poder hablar con Wayzz. Aún no se sentía preparada para encarar a la orden de los guardianes, por lo que acostumbraba a recurrir al pequeño kwami para tratar de solventar sus dudas. Aunque aquello no era del todo una duda.

Desde que Hawk Moth había revelado las identidades de los héroes y, ante la incerteza, sobre si los recordaría o no, se había dedicado a buscarles sustitutos. Los había recolocado todos menos uno.

El prodigio de la intuición era especial y muy peligroso, su portador tenía que entender la importancia de hacer un buen uso de él y las implicaciones que tenía, además, debía contar con una inteligencia aguda y ágil.

—Es un problema, Wayzz —musitó dejando su lista de nombres sobre la mesa de su balcón—. Es un poder muy útil, pero no sé a quién más podría confiárselo.

—Luka es un buen portador, Marinette.

—¡Lo sé! Pero volvieron a akumatizarle, Hawk Moth podría saber quién es y...

—A pesar de eso le has revelado tu identidad, si has confiado en él para eso ¿por qué no hacerlo para el prodigio?

Marinette entró en conflicto con su propia decisión. Wayzz tenía razón, se había destransformado frente a él, si le akumatizasen de nuevo podría decirle a Hawk Moth quién era y, eso, era igual de peligroso que darle un prodigio.

—¡Qué desastre! No debí hacerlo ¿verdad?

—Marinette, si tu intuición dice que confíes en él debes hacerlo. El maestro Fu te habría dicho lo mismo.

—Pero Wayzz, también dijo que nadie debía de saber quién era —barbotó moviendo las manos nerviosa.

—Se refería a Chat Noir y a ti. Por el poder de vuestros prodigios.

—Pero si tienes alguna duda, Marinette, deberías hablar con él —añadió Tikki.

Marinette tomó entre los dedos el prodigio de la serpiente. Hablar con Luka. Tomar una decisión. Era la guardiana, los prodigios eran su responsabilidad.

Cuando cayó la noche, Marinette fingió que se metía en la cama, regresó a su balcón y se transformó en Ladybug. Tenía que hacer la ronda, pero antes tomaría un pequeño desvío.

Le fascinaba el modo en el que cambiaba la ciudad por la noche, las luces, la temperatura, los sonidos, los olores... Aquella serenidad que se respiraba le ayudaba a apaciguar sus nervios y la presión, sabía que sólo tenía que aguantar unos días más, pero le estaba costando demasiado, esperaba que al menos aquella conversación no le complicase más las cosas.

Se precipitó hacia los ventanales del refugio de Luka, le vio tocando la guitarra con los ojos cerrados medio tirado en el sofá; aquello le hizo sonreír, se le veía en paz de nuevo como si se hubiera reconciliado con sus emociones. Dio tres toquecitos y aguardó mientras él se acercaba para abrirle sorprendido.

—Ladybug. —La heroína saltó al interior del salón con precisión—. ¿Ocurre algo? ¿Hawk Moth ha atacado?

—No, todo está en orden, es que necesitaba hablar contigo.

Luka asintió invitándola a tomar asiento en el sofá con un ademán, preguntándose de qué tenía que hablarle que no había logrado reunir el valor suficiente como para hacerlo como Marinette.

Una canción de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora