17.- Silence

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 4414.

17.- Silence

La cubierta del Liberty se había convertido en una gran fiesta. La música a todo volumen, las pizzas, los refrescos, las risas, las confidencias. El ambiente era extraordinario. Marinette había bailado con Luka sin importarle lo más mínimo los cuchicheos y las risitas.

Kagami y Adrien les sorprendieron al anunciar que también dormirían allí. Anarka sacó colchonetas que inflaron y dispusieron en el suelo del interior formando un pequeño caos. Y, aunque se tumbaron en las colchonetas casi de inmediato, tardaron horas en dormirse.

Juleka y Rose invadieron la de Marinette atrapándola en un abrazo mientras celebraban su victoria, había demasiada euforia a bordo del Liberty, como para ponerse a dormir sin más. Al final Rose rodó hasta la colchoneta de Juleka para dormir dejando la que había junto a Marinette vacía para que Luka pudiera acostarse. Se sonrieron. Aunque Marinette habría preferido poder dormir con él, a solas, se conformó con estar a su lado y poder enredar sus dedos con los de él.

Marinette se quedó dormida, agotada por las semanas con exceso de trabajo y demasiados nervios. Se despertó desubicada, se incorporó en la colchoneta y miró la que estaba junto a la suya. Vacía. La mano de Juleka permanecía cerrada sobre su camiseta, la agarró por la muñeca con cuidado para no despertarla y le abrió los dedos para que la soltara. Supuso que Luka estaba en el baño, necesitaba salir fuera y tomar un poco el aire, se estaba muriendo de calor.

Subió las escaleras esquivando el escalón que crujía y abrió la puerta sintiendo la brisa fresca de la noche. Suspiró aliviada. Buscaría un rincón en el que sentarse un poco antes de volver a bajar, aún le duraba el subidón de la adrenalina del debut y el del beso lleno de euforia que le había dado Luka al bajarse del escenario.

Escuchó un susurró al otro lado de la cabina, frunció el ceño, allí no debería de haber nadie, avanzó con cautela hacia las voces, asegurándose de quedarse pegada a las zonas en penumbra. ¿Se habría colado alguien para robar? Estaba dispuesta a transformarse en Ladybug y espantar a los ladrones cuando vio a Anarka y Luka sentados en la cubierta charlando.

—Entonces, ¿cuál es el problema? —inquirió Anarka.

Marinette trató de volver adentro sin ser vista u oída, pero su pie se enredó con algo dejándola atrapada. Si se movía haría ruido y la verían, no quería interrumpirles, parecía algo serio.

—No lo sé, mamá. Pero hay algo que...

—Cariño, tenéis un gran futuro por delante. Has estado increíble encima de ese escenario.

Estaban hablando del debut. Marinette creía que Luka estaba satisfecho con el resultado, no sabía que tenía dudas. Quizás no le había prestado suficiente atención a su comportamiento.

—¿Y si no valgo para esto? —Anarka soltó una ruidosa carcajada que sobresaltó a Marinette—. Mamá, estoy hablando en serio.

—No, estás diciendo tonterías. Aprendiste a tocar antes que a caminar, créeme, vales y estás hecho para esto, Luka —declaró Anarka con firmeza atrapando a su hijo en un abrazo—. Juleka puede tener dudas, Iván puede tener dudas, incluso Rose, pero tú no, Luka.

Una canción de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora