Capítulo 12

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-"Mi vida está en tus manos y si aun así decides acabar conmigo sería un honor"-. Dijo acallando a Jin quien estaba a punto de comentar algo.

Jin estaba indeciso, su mente cada vez estaba más trastornada, una y otra cosa remotamente imposible, sería muy tonto decir que le alegraba la compañía del menor, era el único que lo defendía de su cruel castigo.

-"Jin, tranquilo, no quiero que te martirices por todo esto"-. Exclamo levantado el mentón del mayor para encontrarse con su mirada.

-"¿Sabes? Quiero ir a un mercado"-. Afirmo el moreno mientras le daba una sonrisa.

-"¿Un mercado?"-. Pregunto extrañado el mayor. Namjoon asintió con entusiasmo mientras comenzaba a buscar uno de los trajes normales de Jin.

-"¿Tenemos que usar alza cuellos?"-. Pregunto Namjoon mientras se terminaba de abotonar la camisa para después ponerse el saco.

-"No es necesario, mientras no llamemos mucho la atención así que trata de comportarte"-. Dijo Jin mientras le acomodaba el cuello de la arrugada camisa.

Salieron del seminario de Etíopes cercano a los jardines para dirigirse a la frontera del Palace Of Holly Office, fuera de ese imperio de mentiras Jin lo llevo al centro de Roma, la atmósfera era la misma de no ser por el pequeño detalle de los atentados hacia la iglesia durante los últimos días; Pasearon con tranquilidad de calles en calles admirando las bellas construcciones barrocas y neoclásicas que se alzaban a su vista convertidas en tiendas modernas, caminaron por las estrechas calles repletas de gente, Namjoon veía todo, maravillado como si fuese la primera vez que contemplaba el mundo. Al pasar las calles se escuchó un flautista que tocaba una hermosa melodía que llenaba de emoción al menor y casi a regañadientes llevo a Jin a buscar al intérprete de tan bella canción, llegaron a un callejón pintoresco y cálido en donde había puestos ambulantes de libros, cerámica, teteras y por ultimo un puesto de baratijas viejas que llamaron la atención del menor que jalo impaciente a Jin. El menor miro de reojo todos los objetos completamente maravillado y esto le causo ternura a Jin, el moreno se inclinó para poder observar con más detalle los objetos frente de él, en su rostro se dibujó una expresión de extrañeza y curiosidad al tomar en sus manos un objeto rectangular, un poco grande, pesado, negro, forrado de cuero de la parte inferior, ese rectángulo extraño era sostenido por una correa del mismo material del forro, había muchos botones de tono plateado y una esfera de cristal sobresaliendo.

-"Es una cámara"-. Contesto sonriente el viejecillo de ojos azules que impresionaban y resaltaban por su vestimenta color amarillo y su canoso cabello.

El menor miro a Jin con ojos de súplica y este entendiendo el mensaje sacando su billetera pregunto al viejo que tenía un cigarrillo en sus labios.

-"¿Cuánto por la cámara?"-. Pregunto Jin con apatía.

-"Es una cámara vieja, es instantánea, me acompaño en los mejores años de la vida y ya es hora de que acompañe a alguien más"-. Exclamo sonriendo a los presentes mientras sostenía la cámara observándola con añoranza.

-"Con veinte euros está bien"-. Contesto el cansado anciano mientras Jin comenzaba a sacar el dinero de su billetera.

-"¿Ya vienen incluidos los cartuchos y el papel revelador?"-. Pregunto Jin admirando la cámara para después entregársela al moreno.

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