-"Creo que... -susurro cabos baja con un poco de con confusión- creo que ya se en dónde está la lápida"-.
-"¿¡Que!?"-. Pregunto Jin con una sonrisa y nerviosismo a punto de darle un paro respiratorio.
-"No tengo alas Jin -suspiro asomándose una lagrima en su mejilla- mis alas fueron arrancadas por mis atroces acciones, no sé qué paso antes de lo de Alemania pero lo único que recuerdo después de eso es... -dijo haciendo una leve pausa, no quería contarle al castaño pero debía hacerlo- es que... el ángel al que hice daño, al que violente... el me perdono Jin -soltando su llanto a mas no poder refugiándose en el pecho del mayor- el me dejo la lápida y en ella mis alas"-.
-"Tus alas..."-. Dijo quedito sin entender aun el punto.
-"Mis alas Jin, en mis alas está el perdón pero no sé si haya algo ahí, no sé si eso me salve"-. Su cuerpo cayó por completo, sus fuerzas estaban echadas o al menos esa era su visión.
-"Tranquilo Nam, tenemos que mantenernos fuertes, no te preocupes"-. Consoló acariciando el cabello del menor, Jin estaba angustiado a muerte pero alguien debía estar y bien y el menor estaba incapacitado para tomar ese papel.
-"Tenemos dos semanas para ir a buscarla y averiguarlo"-. Continúo para después estrechar en sus brazos al hermoso ser que gimoteaba aterrado.
-"¿Dos seminars?"-. Dijo en moreno con tono infantil mientras su corazón se destrozaba más con el paso de los segundos, "Dos semanas en las que estaré con Jin, dos semanas en las que mi amor por él se desbordara, en las que lo hare feliz hasta que lo deje, no puedo permitir que sufra por mí, no debo dejar que me vea perecer"- se dijo, el castaño no sabía lo que en realidad significaban aquellas marcas oscuras en el cuello que avanzaban con velocidad.
-"Dos semanas - Afirmo Jin con una gran sonrisa en el rostro- y bien, ¿en dónde está la lápida?"-. Pregunto abruptamente.
-"Francia"-.
-"¿¡Francia!?, ¿estás seguro?"-.
-"Más que seguro"-. Exclamo levantando la vista y limpiándose las lágrimas con la manga de la camiseta negra que vestía.
-"Francia... Nunca he ido pero supongo que será agradable -dijo con una mueca de desconfianza pero con alegría- entonces creo que será mejor que empaquemos"-.
-"¿¡Ahora!?"-. Pregunto alterado el moreno.
-"Ahora, Jae Hwan está en el hospital y será mejor que nos apuremos"-. Dijo Jin mientras que en una maleta recolectaba todo lo necesario.
-"Esta bien... pero antes debemos ir a un lugar..."-. Dijo el moreno dirigiéndose a la puerta confundiendo al mayor.
-"¿Que lugar?"
Horas de viaje y tráfico, Jin se encontraba exhausto y es por eso que Namjoon velo su sueño mientras el chofer del servicio de taxi los llevaba hasta la provincia Suore Carmelitane Missionarie, el amanecer se hizo presente sobre sus cabezas y con él, el cielo rojizo con leves tonalidades rosadas y amarillas acompañadas del rocío matutino, llegaron a una enorme casa que era sumamente bella encima de la colina, las flores moradas y rosas rojas adornaban las paredes al igual que a la fuente de querubines que deban la bienvenida. Namjoon despertó a Jin con cariño, tomo la maleta, pago el viaje y agradeció al chofer llevando en brazos al castaño que se negaba a abrir los ojos. Entraron al living que tenía una decoración exquisita, lo recostó en uno de los sillones color vino que se encontraban ahí, con su mano derecha toco su hermoso rostro adormilado y se dejó soltar pequeños suspiros acompañados de una sonrisa.
-"¿Que hacemos aquí? ¿En dónde estamos Nam?"-. Pregunto Jin incorporándose sobre sus antebrazos con los ojos entreabiertos.
-"Estamos en la provincia de Carmelitane Missionarie, Jin regresamos a tu lugar de origen"-. Dijo Namjoon con un tono serio, Jin se despertó de golpe mirando hacia todos lados tratando de encontrar una ventana, se levantó y recorrió con lujo de precisión la vista que se alzaba sobre aquel gran ventanal que dejaba que la luz entrara con fuerza, el menor tenía razón, regreso a su anterior hogar.
-"Namjoon... ¿Porque estamos aquí?"-.
-"Estamos aquí por que aquí te vi por vez primera"-. El mayor no contesto, estaba lo suficientemente aturdido como para no poder hablar o pensar, solamente se dedicó a darle una mirada de desesperanza a Namjoon y este comprendió su duda y se dispuso a proseguir.
-"No sé cuánto tiempo pase aquí, mis recuerdos son nulos o muy vagos Jin, solo recuerdo lo poco de Alemania, estuve vagando por muchos países del mundo tratando de mantenerme cuerdo, llegue aquí con desesperanza pero entonces... -hizo una pequeña pausa para después suspirar pesadamente- te vi, te vi de pequeño, tu padre, tu madre y tu; Tenias tres años y apenas sabias caminar -musito mientras su mente se llenaba de recuerdos- recuerdo que habías hecho un ramo de flores y se lo diste a tu madre, ese día fueron de día de campo... ese día no regresaste a casa, ni el siguiente, ni el próximo"-.
-"Nam..."-. Dijo Jin con lágrimas sobre sus ojos y mejillas mientras se dejaba caer sobre la alfombra y se cubría la cara con las manos; Namjoon se aproximó hasta él y lo estrecho en sus brazos.
-"Tu padre se enfermó de ira y de enojo pequeño, tranquilo Jin, no llores mi amor"-. Dijo Namjoon sintiendo como su corazón se rompía en mil pedazos al escuchar llorar a su hermoso amado que sufría.
-"Yo quería mucho a mi padre Nam"-. Dijo en un sollozo ahogado acurrucándose mas en la cueva que el moreno formo con sus brazos.
-"Lo sé mi amor"-.
-"Nam... es mi culpa"-. El llanto de Jin se tornó pesado y sus lágrimas amargas.
-"No mi amor, no es culpa tuya, tu padre amaba a tu madre"-.
-"Pero siento que yo hubiera podido evitarlo"-.
-"No cariño, no te culpes, fue su decisión irse con tu madre, el perdió la fe"-.
-"Si tan solo le hubiera dado más atención..."-. Dijo en un tono lastimero y lleno de culpa.
-"No mi amor, tranquilo, tú no tienes la culpa de nada, solo le diste lo más que pudiste, trataste de iluminarlo con la palabra de Dios y él no lo soporto"-. Dijo el menor haciendo mimos al castaño mientras lo acomodaba alrededor de su cuerpo haciéndolo bolita.
-"Nam, ¿él fue al cielo?"-. Pregunto inocentemente mientras miraba al moreno a los ojos.
-"No lo sé Jin"-. Namjoon no quería que el remordimiento atormentara más a Jin, ya que los que se suicidan no pueden entrar junto a la divinidad de Dios.
-"Nam, no me dejes por favor"-.
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Los Vigilantes
FanfictionTierra de los pecados, mentes perversas y bocas malditas que mienten. ¿Acaso tu crees que no haz cometido pecados y que Dios te acogerá en sus brazos y te recibirá en su cielo eterno? No es vida si le quitas los placeres mundanos, déjate llevar que...