Roll/Gender Swap
Thomasa Jefferson no era de la clase de personas que podía vivir a sabiendas de que había cosas frente a sus ojos que no entendían.
El mundo era tan misterioso que siempre se tomaba un momento para analizar los porqués. ¿Por qué había iniciado la revolución? ¿Por qué se había unido a la política? ¿Por qué su amiga Jacqueline Madison insistía tanto en que sus ropas deberían lucir un poco más pulcras? Pero siempre terminaba en un "por qué" que parecía no tener una respuesta.
¿Por qué Alexandra Hamilton?
Aquella mujer lasacaba de sus casillas, siempre caminando rimbombante por las oficinas,molestando a todo aquel que se atreviera a abrir la boca para decir la másmínima de las cosas. Thomasa no la entendía, tampoco entendía porque eraterriblemente hermosa; no entendía porque la caribeña se le acercaba durantelas reuniones del gabinete con sus prendas ajustadas, las mismas que daban arelucir su hermosa figura, coquetamente combinada con su lacio cabello azabacheque por mucho que no fuera sorpresa, siempre lucía limpio y bien arreglado.Mucho menos entendía aquellas veces que discutían,debatiendo de planes que Thomasa no tenía y un banco que Alexandra insistía que se hiciera.
Claro, para la menor todo era trabajo y debates, peleas.
Hasta que llegaba a la oficina de la sureña.
Se paseaba de arriba a abajo en aquel reducido espacio, inventando excusas sobre sus visitas mientras llevaba su dedo índice a sus delgados, pero tan deseables labios... Sus ojos atacaban el rostro de la sureña y seductoramente se acercaba para sentarse sobre su escritorio. Thomasa sabía que el ego de la caribeña nunca revelaría sus verdaderas intenciones, siempre le daría una reprimenda que la más baja terminaría ignorando la siguiente vez que volviera a la oficina de la mayor.
Jefferson estaba completamente harta de aquellas actitudes que tomaba la caribeña. La rutina se repetiría hasta que la morena decidiera hacer algo para detenerla, y estaba segura de que así seria.
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A la mañana siguiente, Thomasa llegó a su oficina junto a su mejor amiga, Jacqueline. Ambas mujeres eran como uña y mugre, se tenían gran aprecio y confianza que era reflejado en su cercana amistad. La mayor no esperó para contarle su plan maestro contra la caribeña, la expresión de Jacqueline le pareció que pasó de confusión a un simple rostro de rendición, suspiró para soltar un ligero "está bien" y continuar charlando de cosas triviales por un par de minutos. Finalmente, la más baja abandonó la oficina de su amiga con una sonrisa y una palmadita en su hombro. Lo único que faltaba era poner el plan en marcha.
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ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛs ||• ʜᴀᴍɪʟᴛᴏɴ
Hayran Kurguᵒⁿᵉ-ˢʰᵒᵗˢ ᵈᵉ ʰᵃᵐⁱˡᵗᵒⁿ ˢᵒᵇʳᵉ ᶜᵘᵃˡᵠᵘⁱᵉʳ ˢʰⁱᵖᵖ →ˢᵉʳⁱᵒˢ