LOS PRIMEROS Y ÚLTIMOS RAYOS DE SOL

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El hecho de saber que tenía la oportunidad de ir con Johan era algo que me emocionaba pero a la vez sentía un gran nervio interno que por ocasiones sentía que no podía respirar. Puse bastante atención en las palabras del Agente y me contestó
      —los horarios de visita de un preso son de siete a nueve de la mañana, de doce a dos de la tarde y de seis a siete de la tarde, le conseguí una cita en punto de las seis de la tarde pero usted la puede cambiar si gusta a cualquier hora del día por ser un caso especial.
      Pero yo me apresure en contestar
      —¡no! A esa hora me parece muy bien.
      Pues más temprano tenía los horarios de la escuela. La noche caía pronto por la estación de invierno, gracias a Dios estábamos próximos a pasar a la primavera.

      —chicos, les recuerdo que cada Marzo se hace un paseo académico cultural hacia alguna parte de la república, este año iremos a Nueva York y daremos avistamientos al zoológico de Central Park, a varios museos, uno de ellos será el museo nuevo de Dankworth donde veremos los inventos más modernos que se hallan creado entre otros avances tecnológicos y modernos, oh bueno, tal vez sean réplicas —confesó el profesor de Artes un poco decepcionado —.y, tal ves iremos a la playa —concluyó. Los alumnos estaban emocionados y hacían algo de barullo pero ¡cómo no! Hasta yo estaba muy admirado, no sabía que cada año había un viaje escolar, o al menos no recuerdo haberle puesto tanta atención a Keren en esa parte.
Al salir del aula ma dirigí a los baños con un sentimiento muy pesado de cansancio, entonces repentinamente la vista regresó a mi, pude ver el cielo pero ni tan rápido ni tan lento, observé un meteoro que descendía de lo alto con gran fuerza y causaría un fuerte impacto, entonces al compactar contra la tierra era como compactar hacia mi, ahí comprendí que no era mí vista la que miraba eso si no las visiones de mis pensamientos que me hicieron sentir tan real que sentí el impacto en mi cabeza, pero este ya era el impacto de una bala, pude observar el arma, poseía una simbolización entre "W" y "D" haciendo un juego cruzado, pero no pude ver al portador del arma porque estaba a las sombras, lo que si pude fue sentir una sensación muy peculiar ya antes sentida, entonces la luz desapareció de mi vista y todo era oscuridad de nuevo, me puse de pie a la entrada de los baños para descansar del horror que había recordado, pero la esencia oscura y maligna no se fue, supe que estaba solo con alguien más y este alguien más estaba frente a mi y me observaba con mucha frialdad, yo no pude hacer nada más que prepararme para lo que se viniera y cuando sentí que un movimiento brusco comenzó a hacerse, alguien se dirigió a mi preguntando
      —¿estas bien, David? —era Bryan como extrañado de mi posición en alerta
      —¿Bryan? —pregunté con confusión
      —¿te perdiste?
      Yo traté de disimular que sí para que no fuera extraña mi forma de actuar, y contesté
      —no, estoy por entrar a la siguiente clase
      —tu siguiente clase no esta por aquí —me instruyó, sabiendo que necesitaba ayuda y estando dispuesto a ayudarme —.vamos Christopher, acompáñame a llevarlo de vuelta.
      Me asombre pues no sabía que alguien más lo acompañaba, menos Christopher Williams, digo, tal ves era obvio pero yo no me lo esperaba, tal vez porque es una de las personas que detesto tanto que no las contemplo dentro de mi vida.

Esa tarde, Mamá me llevó a prisión, estábamos acompañados de Caroline y era de esperarse que Karla estuviera ahí, yo me encontraba algo nervioso y preocupado, no podía ocultar esa extraña sensación y estaba algo asustado y desesperado por el hecho de no poder ver, tal vez si no hubiese perdido la vista, pudiese llegar con Johan y mirarlo directamente a los ojos, así sabría que lo que fuese que dijera, sería real. Creo que Karla captó esa sensación en mi y pude sentir su mano tocando la mía para darme seguridad, eso llamó más mi atención que cualquier cosa y me dijo con su dulce voz
      —tranquilízate, todo va a estar bien.
      Y extrañamente pude confiar en ella en ese momento.
      Me dejaron sólo, solo estaba el Agente Andy conmigo y al sentir entrar a un cuarto algo silencioso y frío, el Agente se quedó a cubrir mis espaldas y supe que había alguien más en la habitación, ese nervio volvió a mi, pero también había ira, me imaginaba con claridad quién estaba frente a mi, entonces desconfiado comencé a buscar algo con lo cual tal vez podía topar o tropezar y escuché la voz de Johan algo fría y quebrada
      —frente a ti, hay una silla donde te puedes sentar, David.
      Y sentí una emoción que me dió escalofríos de escuchar tan penetrante su voz por primera vez después de lo que pasó, entonces hubo un profundo silencio incómodo y me dispuse a quejarme con algo de odio
      —¡quedé ciego!
      Pero él contestó enojado e inconforme, con una esencia pesada
      —¡y yo quedé en prisión!.. tal vez los dos perdimos en esto —claramente era en su defensa.
      —deja de negar lo que hiciste, de todas formas lo que pasó, pasó y los dos obtuvimos algo de esto
      —yo no obtuve nada a mi favor
      —me dejaste ciego —dije casi a susurro con algo de rabia, pero él parecía defenderse con desesperación.
      —¿y para qué te querría yo, ciego?
      —la pregunta aquí es ¿para qué me querías muerto?
      Pero sentí como que su desesperación por no poder convencerme de lo que él decía lo había hartado y resignado contestó con una pregunta
      —si, lo que pasó, pasó ¿para qué te preocupas? Si los dos ya obtuvimos un resultado de esto
      —yo sólo quiero saber ¿que pasó? y ¿por qué? No te creo con suficiente odio para hacerme esto, así que confiesa, ¿quién te obligó a hacerlo?—contesté cansado de hablar con él, pero él sólo se mantenía callado, entonces prosegui algo más furioso —¡demonios Johan, dime algo!
      Y él se decidió a hablar con un enojo escondido tras un llanto
      —créeme hermano, yo también quiero saber lo que pasó. Yo sólo se que me dirigía rumbo a tu casa y perdí el conocimiento a unos pocos metros de llegar, cuando desperté, estaba tirado en un callejón a unas cuadras de tu casa con una pistola con insignia "DW" y la policía llegó a unos segundos de eso... —cuando dijo insignia "DW" me hizo pensar en mi visión, no sé por qué fue motivo para tomar en sospecha que tal vez había un culpable más en el caso, pero Johan no frenó sus palabras ahí, sino que prosiguió con coraje y odio —no se qué fue lo que sucedió ahí en esa tarde, pero te aseguro que hay un responsable y cuando salga de aquí, voy a averiguar quién fue y te juro que va a pagar por esto —lo cuál me hacía creer a un más por el tono de sus palabras que él no era culpable de lo que pasó, aún así no me podía confiar de él.
      —si eso es todo lo que dirás, debo irme —le dije con mucha seriedad, a lo que él se alteró de nuevo y me dijo con súplica
      —David, por favor, debes creerme —sentía el quejido a punto del llanto. Yo volteé a él y le dije en son de paz
      —lo siento, tus huellas estaban en el arma, no puedo hacer nada.
      Y en verdad me dolía dejarlo ahí sabiendo que en algún momento le di la confianza para que fuese mí amigo y no sabía si en verdad la había traicionado, por un lado la empatía me removió el corazón pero la cabeza fría me decía que me fuera de ahí, y antes de voltear a la salida para seguir caminando, hubo una luz que llegó a mis ojos, era algo curioso pues era borroso lo que veía, pero pude alcanzar a ver que era un último rayo de luz que pegaba por una ventanilla, entonces seguí su resplandor y extrañamente terminaba en los ojos llorosos de Johan que suplicaba con desesperación que lo sacarán de ahí, sus ojos me advertían verdad y tristeza, dejarlo ahí a pesar de saber que no me mentía era cruel de mí parte, pero yo no podía hacer nada realmente. Él supo que yo veía cuando lo ví directo a sus ojos y dijo por última vez
      —¡David!, si te sirve de algo... había alguien más esa tarde, no alcancé a ver su rostro, pero estaba ahí, debes cuidarte la espalda porque el que te disparó sigue suelto.
      Sentí una preocupación de que sus palabras fueran verdaderas, entonces yo volteé a la salida y él comenzó a gritar rasgando su garganta que él no era culpable y que lo sacarán de ahí mientras yo era guiado para salir de ahí. En ese momento todo era confuso para mí pues miraba sombras y algunos detalles de la vida que eran borrosos, no me atreví a hablar de esto con nadie pero por poco sentía que la vista volvía a mi.
      Esa noche fue muy larga, no distinguía si la vista estaba volviendo a mi, si tan sólo era la oscuridad o un juego de mí mente, repetidamente me quejaba, estaba entre dormido y despierto o no se si tan sólo eran pesadillas, me movía de un lugar a otro en la misma cama hasta que no pude más y desperté, todo en mí habitación estaba justo como lo recordaba, los mismos colores y el mismo tono antes de que los primeros rayos de luz entraran por la ventana, entonces respiré hondo y de la emoción comencé a reírme con lágrimas en los ojos ¡por fin estaba viendo otra vez! Era algo fantástico para mi, comencé a gritar de gusto y me levanté rápido para contárselo a mamá y a Caroline. Cuando llegué al cuarto de Caroline, ella no estaba, el cuarto estaba vacío lo cual me pareció extraño. Fui al cuarto de mamá y también estaba vacío
      —¡mamá! —grité para saber si había alguien en casa —¡¿Caroline?! —pero nadie se escuchaba, la casa emanaba un silencio total lo cual no era normal y había un mal presentimiento en mi. Un gran golpe se escuchó en mí cuarto, como si hubiesen derribado una pared y rápido corrí a ver que sucedía, efectivamente, después de mucho tiempo mire los ojos del señor Mariscal parado en mi cuarto después de haber destruido mi pared, realmente no me emocioné mucho de verlo pues no comprendía lo que sucedía, solamente me dijo
      —ellas ya no están aquí —de forma malévola refiriéndose a mamá y Caroline, su porte era muy diferente, como si estuviese enojado conmigo, supe lo que pasaba, me hice a un lado con agilidad y su puño calló a un lado de mí con gran fuerza queriendo golpearme, sentí un profundo terror al verlo así y esquivando sus rudos golpes pregunté con miedo
      —Míster Mariscal ¿qué sucede?
      —debes morir —me dijo con odio —.creí que debí mantenerte con vida pero me equivoqué, estarías mejor muerto —lo cuál me hacía sentir mal y ni siquiera comprendía por qué lo decía, de repente comencé a ver borroso, traté de correr pero no supe hacía dónde me dirigía, sólo sentí romper una pared y caer al suelo de un piso arriba, cuando me levanté pude ver bien de nuevo, fue muy extraño todo, Bryan estaba ahí, él corrió hacia mí muy preocupado para defenderme pero yo sabía lo peligroso que era, pude reconocer su atuendo, tenía un pantalón corto camuflageado como de militar y una camisa roja, le grité con miedo de perderlo a manos de alguien que yo apreciaba mucho
      —¡corre!
Pero no obedeció, cuando de pronto miré una llamarada de fuego dirigirse a él y todo él se convirtió en llamas, sus gritos de dolor hicieron rasgar todo mi interior, quise ir a él pero prontamente todo se volvió oscuro, no supe a dónde me dirigía y la desesperación me invadía, luego de eso, en otro lugar escuché otros gritos llenos de dolor y llanto, era Caroline gritándo
      —¡David, David! —una y otra vez
      No sabía con qué razón el señor Mariscal había vuelto pero todo esto me estaba volviendo loco, sólo quería que todo parara, era demasiado para mí y yo sentía una desesperación inmensa de no poder ver y no poder hacer nada
      —¡David, tranquilízate! Porfavor —me dijo Caroline estando más cerca de mí.
      Yo estaba listo para atacar y poder hacer lo que sea en cuanto la vista me regresara pero al escuchar a Caroline más serca de mí y algo más calmada, le pregunté
      —¡¿Dónde estas?!
      —estoy parada frente a la puerta
      —¿frente a qué puera?
      —... me voy a acercar a ti, ¿está bien? Sólo tranquilízate —entonces yo me calme un poco pensando las cosas y lo que estaba pasando, Caroline me tocó al pecho y prosiguió con arrullo en un tono de voz más sutil —.ya pasó, ya pasó, fue sólo un sueño, relájate —y sentí como mis pies temblorosos estaban pisando el mundo real, la vista no había vuelto a mí y nada de lo que pasó fue real, ni siquiera la llegada del señor Mariscal, estaba todo sudado y con las venas hinchadas, entonces logré tranquilizarme y sin poder más, comencé a llorar. Lloraba por todo lo que me estaba pasando, ¿cómo es posible que todo esto sea real? Toda mi vida de fantasía y ficción ¿cómo es real? Y esto repercute en lo que debería ser mi vida normal, además no soporto el hecho de estar ciego, ahora comprendo lo que las personas que no ven sienten, es horrible y por un momento sentí tan real la muerte de Bryan que me dolió hasta el alma, estaba harto, tan harto que simplemente me solté a llorar en el hombro de Caroline.

En ese mismo día al atardecer, a punto del crepúsculo, me encontraba en mi cuarto viendo hacía el cielo ya que no era fácil subir al techo, estaba muy pensante en todo lo que me pasaba, de pronto sentí la llegada de una hermosa mujer y me dijo algo coqueta
      —Caroline me dijo que te fascina ver las estrellas
      —si, por desgracia no las puedo ver aunque me fascina
      —y hay otro inconveniente —dijo con algo de burla
      —¿qué cosa? —pregunté riendome avergonzado de lo que pudiera decir
      —aún no salen las estrellas —y se rió conmigo —.pero sería fascinante poder ver el arrebol con sus colores rojizos.
      Yo lo pensé un poco y contesté
      —no se necesita —luego de eso la sentí tan cerca de mí, pero no sólo físicamente, sentí su alma pegándose a la mía y continué —llegas a conocer tanto de alguien a quién vez casi siempre y no se necesita observar todos los días para saber con exactitud sus colores, llegas a tener por certeza lo que ves tanto que llega el punto en que no se necesita poder ver, sino confiar, puedo estar seguro de que hay un color violeta, y una variedad de bellos azules en el alma del cielo, tantos azules que hasta lo más oscuro y lejano llegas a conocer y aún eso es hermoso tanto del cielo como de una persona y puedo estar confiado en que así es —me sentía tan conectado a ella que su silencio me hablaba y me decía lo mismo —.y sé que en este momento hay una única y brillante estrella a punto de desaparecer, es la más grande y hermosa que conozco, y me fascina como ninguna otra —en ese momento yo ya estaba hablando de ella, de Karla, y cuándo dirigí mis palabras a ella, ella dirigió sus labios a los míos que pude sentir su roce dejándome sin habla y con el corazón a punto de estallar, ella también estaba nerviosa, lo sabía porque nuestros latidos se volvieron uno solo, entonces Caroline llegó al cuarto y preguntó
      —chicos, mamá llegó, preparará la cena, ¿quieren pescado o albóndigas?
      Karla y yo nos separamos rápidamente luego de eso y con una sonrisa, esperando que yo contestara, dijo
      —lo que sea me parece genial
      —yo prefiero pescado —contesté
      —esta bien, pescado será —dijo Caroline, retirándose con emoción.

      —Las personas son como las estrellas, pueden estar rodeadas de oscuridad, pero sí hechas un vistazo de cercas, si profundizamos, veremos que son más extensas de lo que creemos y más brillantes de lo que pensábamos, el firmamento está lleno de figuras tan diferentes y extrañas, pero todas son hermosas, hasta en los colores más oscuros podemos encontrar arte y algún destello de luz, somos tan amplios que todos poseemos un espectro, y jamás dejaremos de tener colores oscuros o brillantes pero a pesar de eso, si somos capaces de trasmitir algún sentimiento, hasta la parte que parece tener más defectos, entonces somos arte —decía Karla mientras veíamos hacía el cielo por la ventana. Repentinamente miré un punto brillante entre mis pensamientos, me percaté de que la puesta de sol había concluido y ahí estaba la primer estrella en aparecer, era como si mi vista hubiese aparecido al son de que el sol hubiese desaparecido, luego de ello miré a Karla y ahí estaba, parada frente a mí y me observaba tan detalladamente que le creí estar enamorada de mí aunque no lo dijese, pero me quedé callado fingiendo que no pasaba nada, como si siguiese ciego y mamá gritó desde abajo
      —¡chicos, la cena está lista, ya bajen!
      Y así nuestra charla viendo las estrellas fue concluida, un momento en verdad mágico que nos perteneció a los dos y que será difícil olvidar.

Esa noche decidí quedarme callado respecto a mi vista, era la segunda puesta de sol en la que podía ver. Karla se fue después de la cena, mamá  la llevó, mientras que yo permanecía vista durante la noche, era algo tentador comenzar a averiguar quién estaba detrás de todo esto y hacerme pasar por ciego para ver qué podía conseguir así...

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