OSCURIDAD A LA MUERTE

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      —no lo entiendo —dijo Bryan con algo de tristeza y segado por una depreción que llegaba poco a poco
      —¿Qué cosa? —pregunté compasivo
      —mi padre murió salvando la vida de un chico, no entiendo porqué —dijo quejándose y con su voz que se partía por aguantar su llanto —.¿Qué era ese joven para él? Conociendo a mi padre, se suponía que yo era más importante que un chico, cualquiera, yo era su hijo —guardó sus palabras por un momento —.¿Por qué preguntas sobre él?
      —era sólo curiosidad, no quería lastimarte —contesté con un gesto de consuelo.
      Pero Bryan se quedó pensativo, hubo un silencio y contestó con lágrimas saliendo de sus ojos
      —su nombre... era Michael, Michael Store —sus palabras causaron impacto en mi pues era obvio que era su padre el que me salvó de aquel secuestro aquel día, y Bryan continuó hablando —.él me amaba, siento que aquel chico me lo quitó, por nada, no era nada, creo que mi padre no era nada para él —realmente yo no conocía a su padre, pero Bryan hablaba con rabia —.ni siquiera supe el nombre de aquel joven o de su asesino, pero algún día sabré quiénes son y cuando sepa, los voy a hacer pagar, no me detendré hasta verlos acabados...
      Sus palabras se detenían en mi garganta pues ya sabía que se refería a mi, tenía de frente al chico correcto y no lo sabía y la verdad yo tampoco me animaba a decirle, el aire se me iba y verlo así de triste por mi culpa me destruía lentamente.
      —eso no es correcto —dije yo —.debes perdonar
      Pero él sólo se negaba con la cabeza, con odio y llanto
      —no creo que sea posible —decía con rencor, pero de pronto olvidó su odio y comenzó a llorar, creo que pensaba en su padre y realmente era lastimoso verlo así, me volteó a ver con ojos de ternura y puso su palma sobre mi hombro buscando compasión y afecto, no me pude resistir a abrazarlo tan fuerte que comenzó a llorar sobre mi hombro, no sabía qué hacer para curar su dolor y me sentía enojado conmigo mismo, quisiera que la muerte de su padre pudiese tener algún sentido o daría lo que fuera para calmarlo, su abrazo se sentía bien, de alguna forma podía sentirlo, no sabía exactamente lo que era saber que su padre estaba muerto pero si sabía el dolor de perder a un padre, la necesidad de tenerlo y el sólo hecho de pensarlo me devastada por dentro, no podía llorar pues el momento se trataba de Bryan pero si me sentí destruido por dentro tanto que unas lágrimas lograron escaparse de mi y me hice el fuerte abrazando a Bryan con tanta fuerza, realmente era un momento demaciado triste. Caroline tocó a la puerta de mi cuarto y contesté
      —espera —Bryan comenzó a limpiarse las lágrimas rápidamente al igual que yo y al ver que estaba listo, contesté —.adelante
      Ella abrió la puerta y al ver a Bryan dijo muy amigable y linda
      —hola, ¿Qué tal? —Bryan correspondió con una sonrisa, Caroline me vió con ojos tristes lo cual me preocupo y ella prosiguió —.me voy mañana —y la frialdad de mi situación continuó en las palabras de Caroline, mi adorada hermana, llegó como noticia que impactó tan fuerte que ni ruido hice, sólo un suspiro y la respiración se me iba cada vez más, pero trataba de disimular, no podía mostrarme débil en ese momento así que con tanta fuerza respiré para no hundirme con la noticia.
      Caroline y yo crecimos juntos como mejores amigos, amigos inseparables, nos contábamos todo, no había secretos entre nosotros, nuestra infancia fue la mejor, ella es mi complemento y el hecho de que ella se marche lástima tanto dentro de mi...
      Y ahí estaba yo, parado frente el autobús donde se marchaba Caroline, ese día el viento corría fuertemente, corría tan helado y así como el viento se expresaba así también una parte de mi alma, así como era afuera así también dentro de mi, lo veía todo tan lento y triste, el hecho de ver su rostro por la ventana nos partía en pedazos y al irse, así dentro de mi quedó un vacío tan profundo...
      Como siempre fui a observar las estrellas acostado en el techo de mi casa, con un vacío tan horrible que no tenía ganas de nada, pero ni siquiera había estrellas, era una noche nublada y triste, con relámpagos y truenos, mi vida cada vez se arruinaba más, todo lo que llegué a ver tan cerca esa noche lo miraba tan lejos, el frío rimaba con mi ausencia de mi mismo y lo que había en mi mente.

MYSTERIOUS REVENGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora