Yagsog [ HyunIn ] Finalizada.

9.

¿Les gustaría un pequeño maratón?

Chang Bin, padre de Seung Min, era el gran sabio de la medicina, de él aprendieron todos aquellos remedios algunos elfos menores, entre ellos su hijo y Jeong In. Era un gran amigo del rey, y de igual forma pertenecía a la reunión élfica.

Era el último día de los mortales en el reino de Sandir, si continuaban quedándose, las tierras de Pimery podrían ser tomadas por alguien más, además que los dejarían con desabasto de alimentos para la comunidad. El día anterior habían finalmente coronado a su nuevo rey, así que debían atender algunos asuntos con él antes de que partieran a su nuevo reino.

Lo más temprano que se pudo, acudieron al gran salón los miembros de la reunión, ahí estaban los cinco grandes, Lino, Chang Bin, Min Gi, Ren Jun y San, quienes tenían los más altos rangos en Sandir, de igual forma los acompañaban Jeong In, Seung Min y Jong Ho, hijo de Min Gi.

— Antes de conocer al nuevo rey de los humanos, debemos aclarar algunas cosas.— Empezó el rey estando de pie frente a ellos.— Hemos cuidado de más de la especie, haciéndolos sumisos y débiles, cosa que debe cambiar de ahora en adelante, los elfos no podremos acudir en ayuda a ellos cada que lo necesiten.

Los otros asentían ante lo que mencionaba Lino estando de acuerdo con él, se habían perdido grandes miembros de Sandir por ir en defensa de los humanos. Pronto las puertas se abrieron dando paso al rey de los mortales, él tanto como Jeong In quedaron perplejos al encontrarse en ese mismo sitio.

Las ropas de Hyun Jin ahora eran distintas, eran pulcras con algunos accesorios de oro, aún así se lograba ver la esencia pura de él, Jeong In al contrario del nuevo rey, llevaba consigo aquella prenda sedosa verde y larga sobre su torso, la cual alcanzaba a cubrir hasta sus muslos, mientras que sus piernas eran cubiertas por mallas oscuras.

— Bienvenida al nuevo rey de lo que antes era Kinza y ahora será Pimery.— Enalteció Lino, por lo que se inclinaron ante él todos los miembros dentro de la sala.

— Agradezco la cortesía que han tenido con nosotros, hoy es nuestro día de partida, así que cuando logremos asentarnos y recuperar nuestros hábitos, podremos devolver con gratitud vegetales y minerales que podremos cultivar.— La voz del humano era firme y segura, cosa que encantaba a todos. Lino se encargó de explicarle acerca de las decisiones que habían tomado anteriormente con la reunión, aclaró su voz y decretó.— Si de nosotros dependerá ahora la defensa, me gustaría recibir a sus mejores guerreros para enseñarle a mi pueblo a combatir, de esa manera podrán quitarnos de encima para protección.

Jeong In mantenía su vista sobre la mesa frente a él, escuchaba perfectamente la voz del pelinegro, y eso bastaba para hacerle sentir débil, de alguna manera.

— Con gusto podré darte a algunos de mis mejores guerreros, mientras ustedes mismos forjen sus propias armas.— Fue turno de Min Gi, el maestro de combate.

— Así será, mi señor, les doy mi palabra.

Seung Min junto a Jeong In salieron tan pronto como pudieron de la sala una vez había acabado aquel encuentro, había sido una gran sorpresa para ambos jóvenes elfos, y no era malo en realidad, pero las cosas podrían cambiar.