Yagsog [ HyunIn ] Finalizada.

3.

Jeong In había sido cortejado por Christopher desde hace unos meses a partir de la visita que se le dio a los elfos del bosque, el rizado quedó perplejo ante la belleza del hijo del rey, cosa que no pudo contener, ya que un mes más tarde llegó a Sandir para pedir permiso para cortejarlo.

El rey Lino estaba más que encantado de que su hijo tuviese un pretendiente, y que mejor que Christopher, líder de la tropa de ataque de los elfos del bosque, así que Jeong In no podía echarse para atrás.

— ¿Cuanto tiempo ha pasado? — Preguntó Hyun Jin al castaño y joven Seung Min, quién le llevó el desayuno.

— Dos días, podrás irte esta tarde, la medicina élfica es de las mejores.

— ¿Y el otro chico? — Llevó un bocado de pan de semillas a su boca.

— ¿Jeong In? Está ocupado, en un momento vendrá, él te llevará al pueblo.

— ¿Él quién es? Me refiero al cargo.

— Es hijo del rey, además que es un gran guerrero.

— ¿En serio? Pero se ve pequeño, creo que incluso soy más alto.

— Bueno, hay variedad de elfos, usualmente los elfos del bosque son más altos que los elfos de Birmun o Sandir, pero sí, Jeong In es algo bajito.— Ambos se detuvieron al ver al joven mencionado entrar por la puerta, Seung Min se levantó de inmediato para saludarlo.

— ¿Ya desayunaste? — Le cuestionó a su amigo quien asintió.— Gracias por vigilarlo, pero, es hora de irnos.

— Aún falta para el medio día.— Dijo Seung Min.

— Christopher quiere que vuelva temprano, debo salir temprano entonces.— Hyun Jin dio el último bocado a su desayuno antes de colocarse de pie teniendo cuidado de no presionar tanto a su pierna. Jeong In se acercó a él pasándose su brazo sobre los hombros para ayudarle a caminar hasta la entrada del reino, donde su caballo esperaba listo por ellos.

— En tu bolso llevas medicina para terminar de curar tu pierna.— Indicó Seung Min al humano.

Pronto partieron del reino, Hyun Jin iba detrás del elfo, nunca había estado tan cerca de uno. Seung Min era más sutil que Jeong In, quien luchaba por verse firme, pero no lo era del todo. Los dedos del humano acariciaron la cabellera del rubio sintiendo las suaves hebras, era tan liso y claro.

De Sandir a Kinza, que era el pueblo de los humanos, había poca distancia, ya que ese asentamiento lo construyeron para tener la protección de los elfos ante las criaturas que solo amenazaban a los más débiles. Así que en cuanto llegaron, se bajó antes para ayudar al pelinegro, nuevamente hizo que se abrazara a él para guiarlo hasta donde fuera que viviése.

— Señor In, tome este queso.— Ofrecía el anciano.

— Es mejor que lo disfrute usted, señor, solo vengo de paso.— Hyun Jin guió al menor hasta su casa, cuidadosamente lo recostó sobre la cama volviendo a su postura.

— Ji Sung vive en...

— Son solo frutas y verduras del cultivo, en el almacén hay más, estamos preparados para los saqueos, así que no fue una baja significativa.— El rubio se sentó en la orilla de la cama apoyando sus manos sobre su rodilla.

— Bueno, el rey es un holgazán, el pueblo está decayendo.— In sonrió luego de ello.— ¿Ese anillo qué es?

— El elfo que me corteja me lo dio, regresó de un viaje y lo tenía de regalo.— Relamió sus labios antes de suspirar.

— No pareces estar a gusto con él.

— Bueno, talvez no me llena, pero mi padre está emocionado y no quiero arruinarle esto.

— Al que arruinarías es a ti, si no eres feliz, no deberías continuar.— El pelinegro estiró su mano hasta el mueble al lado de su cama, rebuscó con dificultad hasta encontrar el libro que deseaba.— Deberías leerlo, talvez pueda ayudarte.

Jeong In sujetó aquel libro, pasó su mano por la portada acariciando las letras que formaban el nombre "El inicio del fin"

— Debo irme.— El menor arrancó el anillo de su dedo dejándolo sobre la cama.— Los hobbits o los elfos de Birmun te pagarían bien por él.

Hyun Jin sonrió por aquello, no podía creer que tenía el anillo de un elfo entre sus manos, pero era más sorprendente que lo haya dejado tan fácilmente.