Yagsog [ HyunIn ] Finalizada.

12.

mini maratón (1/5)

— ¡Hey, que gusto verlos por acá! — Dijo entusiasmado el joven hobbit de Sherno.

— Sigues igual que la última vez que nos vimos, De Jun.— Saludó el rubio con una amplia sonrisa a su amigo. — Con Seung Min venimos por los quesos y yogurt que el rey de Sandir ordenó, pero igual fue excusa para visitar el lugar y a ti.

— Extrañábamos verte, De Jun.— Mencionó el otro elfo estrujando el cuerpecito del hobbit, quien recibía los mimos con emoción.

— Vengan, vengan.— El pequeño avanzó hasta dentro del almacén dejando ver aquel espacio con los botes metalicos y los círculos enormes de queso, era un manjar.— Algunos de los yogures llevan frutos, no todos, pero mantienen ese delicioso y dulce sabor que seguro amarán, confíen en mi palabra.

— No dudaríamos de eso, ¿podemos probar? — Preguntó Seung Min.

De Jun tomó un par de galletas de semillas integrales con las cuales tomó un poquito de yogurt con melocotón, los elfos olfatearon el delicioso aroma antes de devorarse aquella prueba, estaban fascinados con el sabor.

— ¿Y bien?

— No podremos esperar a probar los demás, está tan rico, De Jun.— El rubio palmeaba el hombro del más bajo felicitándolo por la gran labor que hacían.— Debemos volver, es un largo viaje, y cuando veníamos tuvimos un ligero percance.

— Deben tener cuidado, algunos orcos están acercándose continuamente, cerca de aquí no tanto, pero durante el camino podrían encontrarse con alguno.

Entre los tres lograron cargar la carreta con los pedidos en sus caballos antes de despedirse con un gran abrazo del pequeño hobbit, podrían verlo hasta luego de mucho tiempo.
Aquel par de amigos emprendieron su viaje de vuelta a casa cuando el sol estaba en lo alto, esperaban tener el camino libre. Ambos sentían que algo más estaba cerca, pero tenían la desventaja que ahora no podían huir, o los lácteos podrían caer, esta vez Seung Min se encargó, su arco estaba listo para disparar, solo esperaba el momento, hasta que logró ver quién era.

— Mi señor, lamento haber alzado mi arma en contra suya.— Se disculpó el castaño ante la presencia del rey de Pimery.

— No te preocupes, Seung Min, de hecho vengo para acompañarlos.— Jeong In se encogió al ver a aquel pelinegro, era su debilidad, y cada vez podía ocultarlo menos. — Innie, cuanto tiempo sin verte.

— Mi señor, he estado ocupado, lo lamento.

— Si a tu padre no le molesta, quisiera invitarte a hacer una exploración a las costas.— Seung Min mantenía su sonrisa de orgullo, sus preguntas se iban respondiendo solas al ver la relación que tenían aquel par, solo un tonto no podría verlas.

— ¿Quieren avanzar hasta allá?

— No, solo quiero ver qué hay más allá.

Jeong In era el tonto.