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Reposaban sobre la arena debajo de la sombra que varias palmeras hacían, al igual que los caballos descansaban cerca. No podían quedarse tanto tiempo, después de todo, la comida y agua empacada podrían acabarse pronto.Jeong In observaba fijamente hacia el final del océano, o al menos eso creía, mientras que el pelinegro estaba totalmente recostado sobre la arena manteniendo sus ojos cerrados, se mostraba tan relajado y despreocupado que podía envidiarlo, sin embargo, prefería darle su espacio y seguir en lo suyo.
— Jeong In, ¿no quieres saber por qué te invité a que vinieras conmigo? — El humano llevó un bocado de pan a su boca luego de ello, mientras que el más joven solo asintió debido a que tenía la boca llena.— Quería tener un momento a solas contigo y que pudieras estar tranquilo, pero he notado que no lo estás, ¿te molesta estar conmigo?
— No.— Pasó su bocado con algo de dificultad.— Si fuese así, no hubiese venido.
— Entonces dime qué sucede...
Jeong In bajó la mirada hacia la arena debajo de ellos negando lentamente con su cabeza.
— Estoy dispuesto a todo por ti, Jeong In, porque estoy enamorado de ti, por eso te traje conmigo.— Su diestra fue hasta la barbilla del elfo alzando su rostro poco a poco.— Y no quiero que te sientas presionado, sé que puedes perder más de lo que ganarías, pero solo quiero que lo sepas.
El rubio estaba estático, sin palabra alguna amenazando su boca, solo dejó su resto de pan sobre el bolso antes de acercarse rápidamente al rostro del contrario y besarlo, Hyun Jin no dudó en corresponderlo posando sus manos sobre la cintura de este para atraerlo más a su cuerpo.
Arreglaron las cosas antes de partir de aquel bello lugar, aunque ahora ambos montaban sobre el mismo caballo, Jeong In delante de Hyun Jin, quien reposaba su barbilla sobre el hombro de aquel joven rubio.
— Y si Christopher aparece, no dejaré que te haga daño.— Aseguró el de cabellos negros.
— Y yo tampoco dejaré que te haga daño.
El regreso de aquel viaje había sido mejor que cuando aún iban a las costas, en sus paradas pudieron dormir juntos disfrutando más del calor que sus cuerpos emanaban, además que era más cómodo y relajante. Pero así como lo disfrutaron, así regresaron a Sandir, siendo Jeong In muy bien recibido por su padre y aquel gran amigo, Seung Min. Por su parte, Hyun Jin se disculpó por la demora en el regreso del hijo del rey, además de que no podía quedarse mucho tiempo, ya que debía atender algunos asuntos en Pimery.
Jeong In pidió ser el único en despedir al rey de los humanos en las puertas de Sandir, por lo que con comodidad y seguridad pudieron despedirse dándose fuertes abrazos y profundos besos que les harían recordarse por el tiempo que no podrían verse, además que aseguraron enviarse cartas a todo momento, haciéndolos sentirse más cercanos.
— Así que ya eres mortal.— Jeong In pegó un brinco al escuchar la voz de su amigo, quien parecía estar sumamente emocionado por ello. — Mira esa boca hinchada de tanto besarse, deberías evitar que te vean.
— No molestes.— Respondió avergonzado.— Pero sí, le entregué mi corazón y vida, ahora solo lo extraño porque no sé hasta cuando volveré a verlo.
— Te entiendo, Tzuyu ayer envió una carta, no nos hemos visto en casi un mes, y casi lloro por lo bella que puede ser.— Pasó su brazo por los hombros de su amigo.— En cuanto pueda, iré por ella y me casaré, y tú estarás en mi boda, en la primera fila.
— Ah, no podría perderme ese gran momento, me alegra que ambos se amen tanto, quiero amar tanto a Hyun Jin también.
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Yagsog [ HyunIn ] Finalizada.
FantasyYang Jeong In, un joven y bello elfo de cabelleras rubias, que además de ágil e inteligente, era valiente ante las decisiones y situaciones que se le presentaban. Hwang Hyun Jin, que tuvo la fortuna de ser atendido por los elfos en un accidente qu...