Capítulo 2: Thomas

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Betty Cooper...

Tenía todo listo, había comprado unas pizzas, inconscientemente mi cabeza había comprado pizzas porque hoy era viernes de pizzas. Como sea,   había arreglado la sala para comer ahí y hacer el ambiente más cómodo.
Cuando V se fue mis nervios afloraron aún más. ¿Cómo se supone que le diga a mi novio que estoy embarazada?.

El momento en que Thomas estaba parado frente a mi llegó y yo ya estaba pálida de los nervios.

-Hola, amor.- Thomas saludó.
- Hola.- saludó Betty.

🔜🔜🔜

Mientras estuvimos comiendo no hablamos nada, lo que es nada. Debía hablar algo antes de lanzar la bomba.
- ¿Cómo has estado?. Hace mucho que no hemos compartido juntos.- le preguntó la chica.
- Todo bien. ¿Tú?.- preguntó.
- Bien, supongo.- hizo una mueca.
- Cool.- sonrió él.

Todo esto era muy raro. V tenía razón.

- Thomas, tenemos que hablar. Es muy importante.-  La chica lo miró seria.
- Sí, dime. ¿Qué es tan importante?.- Me miró fijo.
- Lo diré rápido.- Dijo ella.
- ¿Puedes por favor dejar de darte vueltas e ir al grano?. Sabes que detesto cuando las personas hacen eso.- Dijo él acompañado de rodar sus ojos.
- Estoy embarazada.- Dijo al mismo tiempo que se frotaba las manos y miraba el suelo.
- ¿¡Qué!?. Odio esas bromas. Espero que tengas una buena excusa porque lo sabías.- Thomas lo dijo enojado.
- No es broma, es verdad. Toma.- Betty sacó los resultados del examen de sangre de su bolsillo y se los dio.
- Debes estar bromeando.- la miró enojado.
-También me encantaría que fuera una broma, pero no lo es.- Ella comenzó a llorar.

A partir de ese momento todo se volvió negro, Thomas comenzó a gritarme. Yo no dejaba de llorar y él no dejaba de insultarme.


-¿¡Cómo fuiste tan idiota de no cuidarte!?.- El chico le gritó a la rubia.
- No es solo mi responsabilidad, también debiste cuidarte. Debiste ocupar un preservativo.- La rubia le dijo entre lagrimas.
- Sabes que los condones me molestan.- Dijo aún más enojado gritando más fuerte.
- Es una excusa, hay tallas más grandes y de distintos materiales. Hubieses comprado uno de tu talla.- Le respondió la rubia.
- ¡Tu tenías que ocuparte de eso!. Si querías que te la metiera debías cuidarte.- Le gritó.
-¿¡Cómo rayos sé que tiene que ver conmigo!?.- Volvió a gritarme.
- Eres un idiota, no es solo mi responsabilidad, es tuya también. A mi se me olvidó la píldora y a ti se te olvidó el condón.- Le respondió.

Después de eso Thomas seguía gritándome, y ahora había comenzado a insultarme. Yo no era capaz de responder nada, solo escuchaba sus gritos y lloraba.

Alguien golpeó la puerta y Thomas se apresuró a abrir.

- ¿Está todo bien?. Oí gritos.- Preguntó una voz que la chica conocía.
-Sí, Jughead.- La chica levantó la cabeza y le dijo con los ojos con lágrimas.
- No, no estás bien. Estás llorando.- Jughead caminó y se arrodilló frente a la chica.
- Eres una maldita mentirosa, has estado con todos, inclusive con él!.- Thomas le gritó a Betty y señaló a Jughead.
- Thomas, lárgate.- Pidió entre sollozos la rubia.
-¡Eso no es mi responsabilidad!.- Thomas señaló a Betty.
- ¿Eres sordo?. Ya oíste, o te vas o te echo a patadas.- Jughead se levantó y enfrentó a Thomas.
- Por si no era obvio, terminamos.- Dijo Thomas antes de irse.

Cuando Thomas al fin se fue, Jughead se acercó a mi.
- ¿Está todo bien?.- Me preguntó cuando se volvió a arrodillar.

No estaba pensando, simplemente me lancé y lo abracé mientras lloraba.

No sé cuánto tiempo pasó pero ya estaba más calmada.
- ¿Estás mejor?.- le preguntó Jug.
- Sí, eso creo.- asintió con la cabeza.

Jughead se separó de mi y de la mesa tomó un vaso de agua y me lo extendió.
- Gracias. No lo digo solo por el vaso del agua, sino por lo de Thomas.- Miró al chico.
- Tranquila, me preocupé porque escuché gritos. Jamás debes dejar que te traten así.- Él se volvió a agachar a la altura de la chica.
- Normalmente te diría algo desagradable por cualquier cosa que hagas, pero hoy debo agradecerte, Jughead.- Lágrimas volvieron a salir por sus ojos.
- Hey, tranquila.- Él volvió a abrazarla.

Jughead me estaba abrazando, realmente lograba que me tranquilizara, cuando llegó V.

- ¿Qué rayos está pasando?.- preguntó V un poco asombrada por ver a los chicos abrazándose.
- ¿Jug?.- preguntó Archie.
- ¿B, que sucedió?.- Verónica corrió hacia Betty cuando la vio llorar.
- Un idiota le estaba gritando e insultando así que vine a ver qué sucedía porque me preocupé.- Contestó Jughead mientras dejaba de abrazar a Betty.
- ¿Thomas?.- preguntó la morocha.
- Sí, le conté.-dijo la rubia.
- Es un idiota.- dijo V enojada.
- Será mejor que nos vayamos.- dijo Archie al ver las señas que Verónica le hacía.
- Claro.- Asintió Jughead.
- Gracias, Jughead.- le agradeció la rubia.
- Cualquier cosa que necesiten nos llaman.- dijo el pelirrojo para salir de la casa.

Todo el fin de semana me la pasé llorando y pensando en lo que iba a hacer.
No salí de mi habitación en dos días, no quería ver a nadie.
No me dolía haber terminado esa relación, me dolían las palabras que él me había dicho, me dolía el hecho de que no sabía que hacer, estaba muy confundida.

El lunes por la mañana fue algo extraño, V y yo nos fuimos junto a Jughead y Archie a la universidad. V y el pelirrojo caminaban delante del pelinegro y yo.
- ¿Estás mejor?.- le preguntó él.
-Sí. Gracias por todo.- agradeció la chica.
- No tienes por qué agradecer.- sonrió el chico.
- Lamento tanto haber sido una mala persona contigo.- dijo ella.
- Tranquila, yo también lo fui contigo y lo lamento mucho.- dijo él y la miró de reojo.
- ¿Qué te parece si empezamos de nuevo?.- preguntó ella.
- Hola, soy Jughead Jones, estudio literatura y soy tu vecino.- sonrió y le estiró la mano.
- Elizabeth Cooper, pero dime Betty, estudio periodismo.- le sonrió y tomó su mano.

Al llegar a la universidad nos quedamos los cuatro hablando unos minutos. Estaba todo "normal" hasta que Verónica vio a Thomas, caminó a paso duro hasta él, lo empujó bruscamente hacia unos casilleros y lo tomó del cuello de su camiseta.
Obviamente Archie, Jughead y yo caminamos atrás de ella.
- Pero que...- Verónica lo interrumpió y no le dejó hablar.
- Escúchame, estúpido. Te juro que si te acercas, hablas o le haces más daño a mi mejor amiga, haré tu vida tan miserable que vas a desear jamás haber pisado los pasillos de esta universidad.- Lo amenazó.
- ¿Es una amenaza?.- se rió él pero su cara cambió a una de dolor puesto que V comenzó a enterrarle su tacón en el pie.

Todos se habían volteado a ver qué estaba sucediendo.

- Para mis amigos lo llamaría una advertencia; para ti es más que una amenaza, sabes que tengo las influencias necesarias para acabarte. ¿Recuerdas quien es mi papi?.- alzó una ceja.
- Hiram Lodge.- su cara ahora demostraba miedo.
- Exacto, tú sabrás lo que te conviene.
Nos vemos.- golpeó suavemente la cara de Thomas y soltó su cuello.
- Todos ustedes, métanse en sus asuntos.- habló V a la multitud.
-Wow.- dijo Archie asombrado.
- Esa es solo una de mis múltiples facetas. Si se meten con los míos hago cualquier cosa.- le sonrió al chico.

Los cuatro nos habíamos volteado cuando el idiota habló.

- Veo que tenía razón con respecto a ese chico. Eres una...- No alcanzó a terminar porque en cosa de segundos Jughead había llegado hasta él y le había dado un puñetazo.
- Ya escuchaste a Verónica.- Lo miró fijo.

Luego de golpearlo Jughead volvió hacia nosotros.
- Me gusta eso, se lo merecía.- sonrió V.
- Y yo que pensé que eras un pacifista.- se rió Archie.
- Usualmente lo soy, él me sacó de mis casillas. Además, desde el viernes que tenía ganas de hacerlo.- le guiñó un ojo a Betty.
- ¿Gracias?.- preguntó Betty un poco desconcertada.
- Sí, eso es lo que se dice, B.- sonrió Verónica.

La universidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora