La universidad.

Capítulo 3: La decisión

Betty Cooper.

Hace dos días V y yo fuimos a ver un doctor para saber cuales eran nuestras posibilidades en estos momentos.
En el caso que yo decidiese abortar, existían dos posibilidades que dependían de las semanas de gestación. El aborto quirúrgico y el aborto no quirúrgico. El primer caso consistía en la extracción del feto y  del útero de la madre,usualmente se realizaba cuando las primeras siete semanas se terminaban. El segundo caso, consistía en la utilización de fármacos para eliminar el feto y la placenta del útero y se podía realizar hasta la séptima semana contada desde el primer día del último periodo menstrual. Desde esa fecha, yo me encontraba en la sexta semana, por lo tanto, mi tiempo era poco, necesitaba tomar una decisión rápida.

Los dos días siguientes a cuando visitamos el médico yo no hice nada, no iba a la universidad, no salía de mi habitación, y solo quería estar sola. Estaba muy confundida, no sabía si abortaría, si lo tendría y daría en adopción o si me quedaría con el bebé. En mi cabeza todo estaba muy confuso.

Hoy es jueves, necesitaba estar sola, necesitaba pensar tranquila.

- B, ya me voy a clases. Hoy vuelvo a las 6:00 PM. Te quiero.- Dijo V entrando a la  habitación.
- Ok, V. También te quiero.- Betty intentó sonreír.

La mañana me la pase cocinando, era algo que realmente me relajaba desde que era una niña.
Después de almorzar abrí las cortinas de mi habitación y me puse a mirar hacia la calle. Me divirtió mucho ver a Jughead intentando arreglar el motor de su camioneta, se veía muy acomplejado, hacía unas caras muy graciosas. No lo pensé dos veces y bajé a ayudarlo.

Él estaba de espaldas murmurando algunas cosas que yo no entendía, se le veía bastante molesto. Yo solo me reí suave y me acerqué por atrás.
-Hola.- Lo saludó apareciendo por atrás de su espalda.
-¡Mierda!.- Soltó asustado y se llevó una mano al pecho.
- ¿Necesitas ayuda?.- Le preguntó ella mientras miraba el motor.
- Si supieras hacer andar el motor te lo agradecería, pero lo dudo.- Sonrió.
- Muévete, yo te enseño.- Le dijo ella.
-¿Sabes de mecánica?.- Le preguntó.
- Arreglar autos es mi pasatiempo favorito para hacer con papá.- Empujó suavemente el hombro de Jughead.
- Me asombra.- Sonrió él.
- ¿Por qué?. ¿Por qué soy una chica?. Jughead, las chicas podemos hacer las mismas cosas que los chicos, e incluso mejor.- Le quitó el paño que él tenía en sus manos.
- No nada de eso. Es solo que me impresiona. No sabía eso de ti.- Solo miraba a la chica que estaba haciendo cosas en el motor.
- Ciertamente no sabes mucho de mi. Recuerda que nos acabamos de conocer, vecino.- Se rió.
- Eres un enigma, Cooper.- Se rió.
- ¿Me harías el favor de echar a andar la camioneta?.- Le preguntó ella.
- ¿¡Ya terminaste!?.- Preguntó asombrado.
- Eso, creo.- Sonrió.

Efectivamente, Jughead movió la llave y la camioneta encendió.

- ¡Lo hiciste!.- Se bajó del auto y la abrazó.
- Te dije que arreglar autos era mi pasatiempo.- Se rió.
- Gracias.- Le sonrió.
- No hay de que. Para la próxima fíjate bien que el borne de la batería no se encuentre suelto.- Le guiñó un ojo.
- Lo tendré en mente.- Le sonrió.
-¿Tu no tenías clases hoy?.- Habló la chica.
- Los jueves no tengo clases.- La miró.
- Genial.- Le sonrió ella.
- ¿Y tu no tenías clases?.- Preguntó él.
- Sí, pero no me sentía bien como para ir.
¿Entonces que ibas a hacer cuando te diste cuenta lo de la camioneta?.- Ella cambió rápidamente el tema de conversación.
- Iba a comprar algo para almorzar, en casa no hay nada.- Sonrió él.
- Oh. Si quieres puedes venir a mi casa, yo hice bastante comida hoy y no creo que V y yo nos comamos todos.- Le sonrió ella.
- ¿Sería muy aprovechador de mi parte?.- Él la miró con una ceja alzada.
- Para nada, vamos.- Movió su cabeza para señalar su casa.

Jughead pasó toda la tarde conmigo, se fue unos cuarenta minutos antes de que llegara V. Realmente me ayudó a distraerme y dejar de pensar en todo lo que me estaba pasando.
Lamentablemente cuando él se fue, volví a la realidad. Tenía que tomar una decisión, me encontraba con el tiempo limitado.

Comencé a analizar todas las opciones. La primera opción que descarté fue la de tener al bebé y darlo en adopción, no traería a un bebé al mundo para hacerlo pasar por eso, todos saben que los hogares de menores son terribles.
La opción de tenerlo no estaba al cien por cien  descartada, aún no sabía si quería tenerlo.
Por otro lado, si me decidía por abortar, definitivamente sabía que lo haría de la forma no quirúrgica, me daba pánico tener un procedimiento quirúrgico de ese tipo.
Durante unos minutos estuve caminando de un lado hacia otro, pensando en lo que debía hacer.
¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?.
Para cuando llegó Verónica, yo ya tenía una decisión clara, ya sabía lo que haría.

-Veo que al fin saliste de tu habitación.- Dijo V al abrir la puerta y ver a Betty caminando en la sala.
- Creo que ya tomé una decisión, V.- Miró a su amiga.
- ¿Cuál es?.- Se sentó en el sofá.
- Aunque no sé si sea lo políticamente correcto, o si realmente es lo que debo hacer.- Se sentó en el sofá junto a ella.
- B, nada es o no es políticamente correcto.- Le sonrió.
- ¿Me prometes que no vas a juzgarme por mi decisión?.- Le preguntó.
- B, no hay razón para juzgar tu decisión. En esta situación no hay un caso bueno y uno malo. Tu debes decidir que es lo mejor para ti.- Verónica tomó las manos de su mejor amiga.
- Solo dime si lo prometes.- Lagrimas comenzaron a brotar por los ojos de la rubia.
- B, jamás lo haría. Prometo que no te juzgaré. Estamos juntas en esto, te apoyo en cualquier cosa que decidad. Si decidiste tenerlo y darlo en adopción, si decidiste tenerlo y quedártelo te ayudaré a criarlo y si decidiste no tenerlo también te apoyaré. Eres una mujer fuerte solo por el hecho de pasar por esto, y sé que es una decisión compleja, pero prometo no juzgarte en nada de esto.- V también comenzó a llorar.
- Gracias, V.- La abrazó.
- Te quiero mucho, B.- La abrazó fuerte.
- Yo también te quiero mucho.- Se separó del abrazo.
- ¿Qué decidiste?.-
- Pues, decidí que...