Barbara
-Yo tambien te amo- Dijo alguien detrás de mí, mi hermano Sean estaba parado en el marco de la puerta y nos veía sonriente, abrió los brazos y nos fundimos en un fuerte abrazo.
-Creía que me odiabas- Dije con un puchero.
-¿Como odiar a mi hermana favorita- Decía con una sonrisa burlona.
-Soy tu única hermana- Le devolví la sonrisa.
-Es por eso que eres tan especial- Me volvio a abrazar. Todos se fueron a casa a descansar, vi que Riven estaba hablando por teléfono y se veía molesto. Me vio y colgó.
-Será mejor que duermas, supongo que no dormiste nada en esa celda- Me dijo, estaba molesto, se escuchaba en su voz.
-Si, ¿tu tambien dormirás?- Le pregunté tímidamente, él me veía fijamente y negó, se fue sin despedirse, escuche su auto arrancar, me acosté en la cama y quede profundamente dormida-
Alexey
Después de que Barbara y yo hicimos las paces, me sentía bien conmigo mismo. Decidí irme a casa, en el camino me encontré a una mujer que se me hacia familiar, decidí acercarme con el auto, me fije en ella y vi que era Serena, se veía destrozada, decidí salir a asegurarme de que ella estuviera bien. Ella se llevaba bien con Amber, así que la apreciaba.
-¿Serena, que sucede?- Le pregunté, ella estaba sentada en un banco, no lloraba pero no se veía bien.
-Estoy bien, Alexey- Me dijo sin mirarme.
-Quieres ir a algún lugar, algo más privado, no creo que a ti te guste que la personas pasen y se te queden viendo- Ella suspiro frustradamente, subió su rostro y vi que sus ojos estaban cristalizados. Ella asintió.
Subimos a mi auto y la lleve a mi casa, ella se veía incómoda ya que nunca habíamos estado solos en alguna parte, siempre estábamos acompañados de Amber, de Barbara, pero jamás solos y un nerviosismo me invadió.
-¿Quieres algo, vino, una cerveza…?- Pregunte, juntando mis manos para que no se viera que estaba temblando.
-Agua, por favor- Seguía sin mirarme, ella se sentó en el sofá.
Cuando regrese con el vaso con agua, ella portaba en sus manos la foto donde Amber y yo aparecemos casandonos. Uno de los mejores días en toda mi vida.
-Recuerdo cuando nos dijo de su boda a escondidas, Natasha y yo estábamos furiosas de no habernos incluido, pero cuando vimos su sonrisa… la veíamos feliz y nos dijimos que no tenía importancia, tu la mirabas como si fuera lo mejor que tenias, yo la envidiaba… ¿tu crees que soy empalagosa?- Volteo a verme sin soltar la foto, yo me le quedé viendo. Cambio de tema, se veía adorable con su ceño fruncido y sus labios casi formando un puchero.
-¿A qué te refieres?- Le pregunté, me acerqué al sofá y me senté al lado de ella.
-Es decir, crees que… nada olvidalo- Negó con la cabeza como si a mi no me importara.
-Tengo la tarde libre, si quieres puedes contarme, creeme que tome un curso de psicología y no se me daba mal- Dije con una sonrisa y ella me la devolvió, se puso cómoda.
-Creí que ya había encontrado al hombre correcto, pero… pero el dijo que soy una empalagosa, todas las noches lo llamaba para que me contara de su día, el al principio lo hacia pero despues dejo de atender mis llamada, me dijo que lo ultimo que queria era que lo molestara al final del día- Dijo con un puchero, se limpio una lagrima y tomó aire. -Solo queria saber si el estaba bien, creí que una buena novia hacia eso- Agacho el rostro y yo fruncí mis labios.
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Not alone
RomanceBarbara Romanoff, una mujer inteligente, no usa maquillaje ni ropa que muestre de mas. Riven Blackstone, un hombre mujeriego, frío pero extremadamente guapo. A Barbara jamas le había importado vivir en un matrimonio sin amor, pero ¿que pasara cuando...