1. My house, my rules

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-Estamos a cinco minutos de estacionar en la última parada de Ciudad S.-anunció la voz melodiosa y mecánica por los parlantes del autobús, con el fin de alertar a los durmientes que tenían como destino la zona de la ciudad más cercana a la costa. El francés de cabello platinado que yacía ensimismado mirando por la ventana volvió en sí. El viaje a Suiza lo había dejado en un estado de paz, pero debía volver a supervisar la reserva de la costa.

Jean Pierre Polnareff era su nombre, tenía un par de ojos cristalinos, azules como un océano en la mañana y tenía un cuerpo fornido que casi obligaba al pasajero japonés de su lado a cederle un cuarto de su espacio en los asientos. Llevaba una mochila de viajero, la cual se acomodó en los hombros al bajar en la parada. Estaba liviana, solo tenía sus prendas y accesorios básicos y fundamentales de sus viajes breves y casi encima de todos estos, el regalo que había traído en aquella ocasión a su querido ahijado.

Esa era una dulce costumbre que conservaba desde que se conocieron. Vaya que había viajado a numerosos sitios y siempre se traía algún artilugio u objeto característico para alegrarle el día. Al ver la curiosidad que invadía a su casi hijo, se motivaba a traer cosas que lo ayuden a entender más y más sobre el extranjero. No era como si Japón no fuese bonito ya de por sí, pero quería dejarle el alma exploradora qué él mismo tenía.

Sin embargo, a ese punto de la vida, no estaba seguro si fuese tan adecuado seguir engriéndolo y permitiéndole tantas cosas como si fuese el mismo niño de hace doce años. Ni siquiera era un niño, ya tenía 26 años.

-¡Tío Pol!-gritó Kakyoin levantando los brazos y apurando sus pasos al verlo sentado en la sala de estar de la base marina. 

Los tacones altos de sus botines resonaban por el corredor desierto donde solo a él se le podía encontrar a esas horas. Tenía ese caminar tan único y sincronizado por más rápido que avanzase y aunque lo hiciese sobre plataformas. Noriaki Kakyoin era el biólogo marino con más brillo que alguna vez se hubiese visto, y sin hablar de forma figurativa. Tenía aquel corte asimétrico en el que dejaba que un mechón pelirrojo cubriese uno de sus párpados iluminados de glitter. Aún usaba largos pendientes que le ayudaban a ensalzar su cuello. Su ropa, aunque mantenía un aire formal, fácilmente podría pasar desapercibida como la locura veraniega de un outfit de pasarela parisina. Polnareff lo calificaba como un caso severo de eterno adolescente.

No iba a negar que lo entendía hasta cierto punto. Él también tenía más años de los que le gustaría admitir y de alguna forma buscaba disimularlos con una acertada combinación de ropa y sabiéndose manejar en conversaciones casuales. No era malo mantener esa chispita de juventud y frescura aún vivas. Pero sentía que lo de Kakyoin trascendía a mayor escala; era como si se hubiese estancado en una desconexión de la cual no quería salir.

Ese fin de semana, todos los trabajadores de la base marina, de edades similares a la del pelirrojo, no dudaban en volver a sus hogares ya establecidos con su gente apenas acabasen sus turnos laborales. Kakyoin era aquel caso particular que vivía por, para y en la base. Incluso seguía alojado en el módulo anexo a esta y no parecía tener la intención de moverse de aquel sitio cuyo fin original fue el de servir como vivienda provisional.

-¿Un día agotador?

-Ni te imaginas, tío. Recién voy a preparar mi almuerzo. Pero es mejor, así también prepararé para ti.

A veces el francés sentía que había condenado a su joven ahijado al cederle su responsabilidad, dejándolo al mando de la base. Sabía que en su momento fue necesario y lo mejor para ambos, pero ahora le seguía consternando la plenitud con la cual Kakyoin vivía en ese edificio que tenía la misma gracia externa de una caja de Amazon. Aquel módulo gris de paredes de drywall que iban unidas formando una viviendita de aspecto cuadrangular y soso nunca se compararía a la más sencilla de las casas "de verdad"

Differences Are Good Bricks To Build Up A House; 「Jotakak AU」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora