cap XX

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Las siguientes cinco claves para ser una inversionista exitosa
Desde hace mucho he considerado la independencia como la mayor bendición de la vida, la base de todas las virtudes.
Mary Wollstonecraft
“Vaya lección… aprender a confiar en ti misma”, dijo Tracey.
Pat señaló: “Pienso que es un gran problema para las mujeres, en especial en lo que respecta al dinero y la inversión, porque es algo nuevo para muchas de
nosotras. ¿Cuál fue el mayor efecto para ti a partir de esa lección?”
Respondí: “Diría que gran parte de mi miedo en torno a la inversión desapareció esa noche. Mis inversiones simplemente se convirtieron en eso. Gran parte de la emoción, la reacción y la ansiedad se desvanecieron. Aprendí que mis dudas y mis preocupaciones no tenían nada que ver con la inversión en sí, sino mucho más conmigo. Supongo que finalmente pude separarme de la inversión. Ahora, cuando considero una inversión, aunque no todo el tiempo, soy capaz de analizarla por lo que es, sin dejar que mis emociones confundan los hechos.”
“Para mí, esos lineamientos quitan mucha confusión”, dijo Tracey. “¿Hay otras lecciones aprendidas en el camino?”
“Hay cinco puntos más que pienso que podrían ser útiles”, contesté.
“Bien, sigue adelante”, instó Tracey.
Clave número 5
Las cuatro claves anteriores llevan a ésta:

A todos nos encanta el éxito. Nos encanta ganar. Como dijo Vince Lombardi, entrenador de futbol de los Empacadores de Green Bay: “Muéstrenme un buen perdedor y les mostraré un perdedor.” Todos estamos en el juego de la inversión para ganar.
Si apenas empiezas, es importante experimentar algo de éxito desde el inicio. Al seguir las claves uno a cuatro (armarse con un poco de educación, empezar en pequeña escala, poner un poco de dinero y mantenerse cerca de casa) creo que tus posibilidades de éxito con cualquier inversión aumentan en gran medida.
Haz que esa primera inversión sea un éxito. ¿Por qué es tan importante? A continuación tres razones:
Número uno: Un poco de éxito al principio construye tu confianza como inversionista. Cuando pierdes, en especial en tus primeras inversiones, empiezan a surgir dudas. En tu mente aparecen pensamientos como: “Tal vez no estoy hecha para esto” o “No quiero perder más dinero” o “A quién estoy engañando, ¡no puedo hacerlo!” Es mucho más fácil y más divertido pasar a tu segunda inversión cuando has tenido éxito en la primera.
Con frecuencia veo personas que deciden no entrar en los tratos pequeños y pasar directo al grande. En vez de comprar el dúplex, se van por el edificio de apartamentos de 100 unidades. No tienen experiencia y no saben cómo operar una propiedad grande, así que cometen muchos errores. Los inquilinos se van porque no les responden. Los gastos se reducen al punto en que la curva de atractivo pierde interés, así que cada vez menos inquilinos potenciales tocan a la puerta. Las vacantes aumentan. Antes de que lo sepan, esas personas que quisieron saltarse las bases pierden dinero todos los meses, hasta que finalmente dicen: “¿Lo ves? Lo sabía. ¡Invertir en bienes raíces no funciona!”
El inversionista que compra 200 acciones con opción a venta a 5 dólares cada una e invierte 1000 dólares, puede ser mucho más prudente que el que empieza y compra 200 acciones del mismo tipo a 30 dólares cada una e invierte 6 000 dólares.
La confianza en una misma es una ganancia secundaria del éxito de invertir. También es un ingrediente crucial para alcanzar la independencia financiera. Cuanta más confianza construyas con esos primeros éxitos, más dispuesta estarás a confiar en tu juicio al invertir. Y cuanto más confíes en ti, menor será el miedo. Esos primeros éxitos preparan la escena para tus éxitos más allá de todo límite.
Número dos: probablemente habrá gente a tu alrededor que insista en que invertir es arriesgado. Son quienes recortan los artículos sobre la pareja que perdió los ahorros de toda su vida en la bolsa o sobre el inminente colapso de los bienes raíces. Te envían directamente esos artículos. A esas personas les encanta tener razón y viven para decir: “¡Te lo dije!” Apuesto que conoces una o dos personas así. Están esperando a que tu primera inversión sea un fracaso para llamar por teléfono y “consolarte” diciendo: “Ya, ya, querida, te dije que invertir era arriesgado, pero tenías que descubrirlo por ti misma.” ¡Les has hecho el día! Así que no hagamos que su vida sea maravillosa, haz maravillosa la tuya. ¡Demuestra que están equivocados! El éxito es la mejor venganza.
Número tres: quieres hacer dinero. Es el nombre de este juego. Te garantizo que, en cuanto veas la primera ganancia de tus esfuerzos, todo se vuelve más divertido. Recuerda, es un juego porque a veces ganas y otras pierdes. Pero los juegos también están hechos para ser divertidos… ¡y hacer dinero definitivamente lo es!
Un inversionista arriesgado
Mencioné el riesgo como punto número dos. Las personas a menudo piensan que la inversión es arriesgada. No es cierto. Mis inversiones incluyen un riesgo mínimo. La gente que piensa que invertir es arriesgado no invierte, o invierte con muy poca educación y conocimiento.
Por ejemplo, la mujer de Singapur que quería comprar una propiedad en Florida por internet… eso es arriesgado. Es más que arriesgado; es estúpido. No tenía conocimiento de inversiones en bienes raíces ni del mercado de Florida; tampoco tenía experiencia en administración de propiedades y estaba a kilómetros de distancia de su propiedad. Se estaba disponiendo a perder. Si hubiera seguido adelante, comprado una propiedad en Florida y perdido dinero, se habría convertido en una de esas personas negativas que dicen: “Sabía que invertir en bienes raíces era arriesgado.”
La verdad es que la inversión no lo era. Ella era arriesgada. No tenía educación ni experiencia. Quería tomar atajos. Buscaba la respuesta rápida y fácil en lugar de invertir primero tiempo y esfuerzo para ser una inversionista exitosa. Como dije, la arriesgada era ella, no la inversión.
¿Alguna vez has actuado siguiendo el súper consejo del momento? La gente lo hace todo el tiempo. Yo lo he hecho. Alguien te dice que tiene la información secreta de una acción que se irá por las nubes. “¡Va directo a la luna!”, te dice. “Más vale que te apresures.” Y sin saber nada de la compañía o de sus productos, participas. Eso es arriesgado.
Una amiga tenía lo que consideraba la mejor estrategia de inversión del mundo. Todas las mañanas, lo primero que hacía era sintonizar en la televisión uno de sus programas financieros favoritos. Luego compraba cualquier acción de las que estuvieran hablando los que participaban en el programa. Su razonamiento era que, si las personas del noticiario promovían la acción, entonces eso haría que otros la compraran también y elevaría su precio. Antes de que terminara el día, vendía. En un inicio ganó dinero con su estrategia. Era un mercado alcista; la bolsa en general subía. No tenía que prestar demasiada atención. Pero luego la bolsa bajó. Ella estaba segura de que su plan seguiría funcionando y, obstinada, se apegó a él. “Sé que puedo recuperar el dinero que he perdido”, se convenció. Al final terminó por renunciar. Había perdido cerca de 10000 dólares. Su estrategia no se basaba en hechos ni fundamentos, sino en los pregoneros y promotores de la televisión… una vez más, nada de educación ni experiencia. Eso es arriesgado.
Si vas a invertir, primero aprende sobre la inversión y empieza a escala pequeña; pon un poco de dinero y manténte cerca de casa. Disponte a ganar, en especial en tus primeras inversiones. Crea confianza. Por supuesto, cometerás errores, pero cuantos más cometas, más aprenderás; cuanto más aprendas, menor será tu riesgo e incrementarás las posibilidades de éxito. Así que disponte a ganar desde el principio.
Clave número 6
La siguiente clave se aplica muy bien a las mujeres:

Tu “círculo” está compuesto por quienes te rodean. Probablemente tengas varios círculos en tu vida: tu círculo familiar, de trabajo o negocios y tu círculo de amigas. Si tienes un pasatiempo o juegas un deporte, entonces tienes un círculo con esos intereses.
Y en lo que respecta a la inversión, tienes un círculo de inversión. Son las personas que están involucradas o te apoyan en tus metas. Hablemos de amigos, mentores y grupos de mujeres.
Número uno: elige a tus amigas. Hace años, mi amiga Jayne me dio un consejo muy bien pensado. Estaba conversando con ella sobre una meta que tenía para nuestra empresa, Rich Dad Company. Era una meta grande y clara. Le dije que quería contarle a la gente sobre esta gran visión para hacerla más real en mi mente. Imaginaba que mientras más compartiera mi meta, mayores probabilidades habría de hacerla realidad.
Las palabras de Jayne fueron: “Está bien compartir tu meta con otras personas, sólo ten cuidado con quién lo haces. No todo el mundo apoya que obtengas lo que quieres.”
¿Qué? No podía creerlo. Yo soy optimista. Tiendo a pensar lo mejor para todos en cada situación. Por lo general doy el beneficio de la duda a la gente. Y ahí estaba ella diciéndome que fuera cuidadosa y me fijara a quién le contaba mi meta.
Pronto logré entender por experiencia de primera mano lo que estaba diciendo Jayne, y descubrí que estaba por completo en lo cierto.
Estaba en una fiesta hablando con un grupo de cuatro personas sobre nuestros propósitos de Año Nuevo. Una amiga en común se unió y, muy emocionada, reveló su meta para el año siguiente. Dijo: “No le conté a nadie, pero este año tuve un susto de salud y terminé en el hospital por tres días. Fue porque siempre he puesto mi salud al final en mi lista de prioridades. Así que mi nueva meta es bajar quince kilos. Ya tengo un entrenador personal con quien voy a hacer
ejercicio tres veces por semana. ¡Sé que puedo lograrlo!”
Las cinco aplaudimos y la animamos a lograr su objetivo. En cuanto se alejó, una de las mujeres se volvió hacia mí y murmuró: “Nunca lo logrará. Lo ha intentado antes, ya sabes, y no funcionó. No creo que tenga la disciplina.”
Y a eso se refería Jayne cuando dijo que hay que tener cuidado con respecto a quién le contamos nuestras metas. No sé por qué esa mujer hizo un comentario tan negativo sobre su “amiga”. Tal vez por celos, resentimiento, competencia o algo más, pero era claro que esa mujer no estaba 100% del lado de mi amiga. Y cuando estás luchando por conseguir tu meta, lo último que necesitas es que interfieran los pensamientos y comentarios negativos de otras personas. Dios sabe que ya nuestra propia mente conjura suficientes pensamientos saboteadores. ¿Quién necesita que los amigos se sumen a ese ruido?
A veces tu éxito, o incluso tan sólo una nueva meta que podría incrementar tu éxito, amenazan a alguien o señalan sus carencias. Alguien que no está avanzando en la vida puede sentir resentimiento de quienes sí avanzan o quieren hacerlo. Así que su manera de sentirse mejor es desencantando a la persona que lo está buscando. A las personas no les gusta que les recuerden sus limitaciones.
Mi amiga Margaret, que ha estado en televisión gran parte de su carrera, hizo una buena observación: “La razón por la que las telenovelas tienen tanto éxito es que a las personas les gusta ver gente con vidas más arruinadas que las suyas. Luego pueden decirse: ‘Ves, mi vida no es tan mala’. Ver que alguien está en una peor situación que la suya justifica su vida nada exitosa y otra vez pueden sentirse bien consigo mismas.”
Puedes sentir cuando alguien está contento genuinamente por tu éxito versus alguien que dice la palabra “felicidades”, pero no lo hace de corazón.
Admito que soy muy competitiva; me encanta ganar y a veces tengo atisbos de celos. Lo sé porque el éxito de alguien más me recuerda lo que necesito hacer en mi vida y no he logrado. Pienso que es la naturaleza humana. Ahora, cuando siento esos atisbos, tomo una decisión consciente: en lugar de sentir resentimiento, hago mi mayor esfuerzo para inspirarme y conducirme hacia mi principal objetivo: ser mejor.
La verdad es que la inversión no era arriesgada. La inversionista lo era. No tenía educación ni experiencia. Quería
tomar atajos. Buscaba la respuesta rápida y fácil en lugar de
invertir tiempo y esfuerzo para ser una inversionista exitosa.

La inversionista, no la inversión, era arriesgada.
Así que, el secreto es rodearte de personas que sinceramente te apoyen y animen para alcanzar tus metas. Hace años tomé la decisión de hacer negocios y sólo mantener amistad con personas con quienes realmente disfrutara estar. La vida es demasiado corta.
Por ello, cuando te aventures en el terreno de la inversión, ten cuidado respecto de quiénes tienes a tu alrededor. Comparte tus metas con personas que tengan una mentalidad similar y que idealmente tengan tus mismas metas, que te animarán y no te desencantarán. Busca a quienes quieran aprender y crecer y te apoyen para alcanzar tus sueños más locos. Puede que te encuentres nuevos amigos.
Número dos: busca mentores. Son personas que hacen lo que tú quieres hacer y son exitosos en sus campos. Tal vez tengas mentores para diferentes áreas de tu vida: mentores de inversión, de negocios, de ejercicio, de vida personal. Mi buen amigo y socio, Ken, es uno de mis mentores. Dueño de una de las compañías de administración de propiedades más grande del suroeste del país e inversionista. Ve todos los lados de una propiedad. Lo que me encanta de trabajar con él es que nos reunimos para discutir el trato potencial de una propiedad. Invertimos algo de tiempo en analizar pros y contras. Después de cada reunión, salgo con el ánimo por las nubes porque aprendo mucho más de lo que sabía al llegar.
La pregunta que muchos hacen es: “¿Cómo encuentras un mentor?” No tengo la fórmula mágica. La mayoría de los mentores de mi vida parece que los conocí por azar. Hay un refrán que dice: “Cuando el estudiante está listo, el maestro aparecerá.” Me parece cierto. Cuando estás comprometida y lista para aprender, el asesor clave puede estar justo a la vuelta de la esquina.
Número tres: busca un grupo de mujeres inversionistas. Como dije antes, las mujeres aprenden muy bien de otras mujeres. Por eso las animo a formar grupos de estudio estables en materia de inversiones. Para repetir lo que ya dije, apoyo los grupos enfocados en la educación versus los que juntan su dinero para comprar inversiones conjuntas. Debes elegir con prudencia a tus socios.
Si formas un grupo, fija estándares altos. Invita mujeres al grupo que piensen en serio en su futuro financiero y estén dispuestas a aprender y entrar en acción. Invita al grupo a mujeres con una mentalidad similar y abierta, dispuestas a explorar nuevas ideas y oportunidades.
Lleva las reuniones de manera profesional. Administrar tu dinero es una profesión. Comienza a tiempo. Termina a tiempo. Tengan una orden del día para cada reunión. He visto a una buena cantidad de grupos de mujeres y los más exitosos y efectivos son los que desde el principio exigen estándares altos a sus miembros.
Los clubes de inversión también son una buena plataforma para invitar a expertos como ponentes para mejorar tu conocimiento. Hay muchas personas inteligentes en el mundo de las inversiones y he descubierto que las más exitosas y brillantes, por lo general desean compartir lo que saben. Quizá no tengan tiempo de ser el mentor de cada una, pero con frecuencia están dispuestas a hablar frente al grupo interesado durante una hora.
El punto principal es: rodéate de personas (y esto se aplica a todas las áreas de tu vida) que te animen, sean honestas contigo y te alienten a seguir adelante durante los altibajos para alcanzar tus metas, en especial las financieras.
Clave número 7
En cuanto a invertir, la mayoría de las personas quieren el “súper consejo del momento”. “Dime qué hacer.” “Sólo dame la respuesta.” “Tengo 5000 dólares,
¿dónde debería invertirlos?”
Quieren el camino rápido. Para ser una inversionista exitosa, recuerda que:

Ir tras tu independencia financiera es un proceso. No sucederá de la noche a la mañana. No hay un esquema de “hazte rico rápido” que dure. Es como aprender un nuevo idioma; no lo hablas con fluidez en un día. Primero aprendes algunas palabras y frases y sigues expandiendo tu vocabulario. Practicas, practicas, practicas y aprendes cómo mantener una conversación decente. Al final, si sigues en ello, hablarás con propiedad el idioma.
Cada error que cometes simplemente te hace más inteligente. Vi un video de R. Buckminster Fuller en el que construía un domo geodésico, uno de sus inventos más conocidos. Un grupo de estudiantes universitarios erigían el domo que él trató de construir muchas veces, pero que nunca se sostenía; siempre se colapsaba. Esta vez, los estudiantes estaban seguros de contar con las especificaciones correctas y de que el domo se mantendría en pie. Mientras estaban cerca de terminar y Fuller observaba desde arriba, el domo se colapsó una vez más. Fuller, por otro lado, estaba en éxtasis. Saltaba de emoción. Dijo algo como: “¡Puedo ver qué hicimos mal!” No estaba molesto porque el domo no se había sostenido. Sabía que estaba en mitad de un proceso y cada paso lo hacía más listo y lo acercaba más a su meta.
El proceso para mí nunca termina. Estoy aprendiendo todos los días. Sé que los errores son parte del aprendizaje. ¿Me gusta cometer errores? No, en ese momento uno se siente miserable, pero sé que debo cometerlos para aprender y al final conseguir lo que deseo. De optar por el edificio de oficinas multimillonario como mi primera inversión en 1989 y que hubiera funcionado, probablemente dos cosas habrían sucedido. Primero, hubiera pensado que era inteligente y sabía algo sobre inversiones cuando sólo había tenido suerte. Segundo, quizá lo haría otra vez, porque pensaría que soy lista y tal vez terminaría como la gran perdedora, porque no tendría idea de lo que ocasionó mi éxito en primer lugar y, por tanto, no tendría forma de duplicarlo. Al pasar por el proceso y aprender en cada paso del camino, serás capaz de duplicar el éxito una y otra vez. Elizabeth Taylor entendió el proceso. Dijo: “No es el tener. Es el conseguirlo.”
Clave número 8
Para seguir creciendo a nivel personal y hacer crecer tus inversiones no hay sustituto para:

Ésa es verdaderamente la clave para el éxito. Nada permanece estático. Los mercados siempre cambian, al igual que las reglas. Para ser una inversionista ganadora debes cambiar conforme lo hace el mercado. Y eso significa que siempre debes aprender. Hay tres posiciones que puedes elegir: mantenerte al ritmo de los cambios, mantenerte adelantada respecto a los cambios o dejar que los cambios te rebasen.
Karen, una inversionista en bienes raíces muy exitosa, le contó a una amiga mía que iba a asistir a una clase con duración de dos días ofrecida por una compañía privada. Karen le preguntó si quería ir con ella. “¿Por qué estás tomando una clase sobre bienes raíces? Es lo que tú haces todos los días. ¿Qué te pueden enseñar?”, preguntó mi amiga. Karen respondió: “Tal vez por eso me va mejor que al inversionista promedio en bienes raíces. Siempre estoy buscando, hay tanta nueva información. Nunca dejo de aprender.”
Mi amiga no fue con Karen, aunque también es inversionista en bienes raíces. El problema es que no ha comprado ni vendido una propiedad en más de tres años porque su vieja fórmula ya no funciona y no está dispuesta a buscar nuevas respuestas. Decidió dejar de aprender.
Y luego está mi amigo Frank, de ochenta y tantos años. Pienso que vivirá para siempre porque nunca deja de aprender. Todas las semanas recibo artículos de Frank relacionados con la economía mundial y las inversiones. Una semana está en China revisando la mina de oro que hizo pública en la bolsa. A la semana siguiente, en Vancouver, Canadá, tomando una clase de arte. Frank nos invitó a Robert y a mí a la inauguración privada en Scottsdale, Arizona, de un nuevo concepto en condominios. A menudo asiste a nuestros seminarios de Padre Rico. Entiende y usa la tecnología de computación más reciente para que sus negocios funcionen de manera más eficiente. Nunca deja de aprender. Y tengo suerte de seguir aprendiendo de él.
Continuar aprendiendo requiere esfuerzo. No aprenderás cómo correr medio maratón investigando en internet. Debes salir y poner los pies en el pavimento. Quizá signifique buscar un entrenador, comenzar con distancias cortas y poco a poco ir aumentando hasta correr los veinte kilómetros sin colapsarte de agotamiento. No sólo se necesita vigor físico, también mental. Debes ejercitar tu mente. Así que, por tu salud y por tu éxito financiero, sigue aprendiendo.
Clave número 9
“Ahora, debo insistir en que nunca olviden la clave número nueve. Puede ser la más importante de todas. Prométanse a ustedes mismas recordar por siempre esta regla personal esencial. ¿Prometido?”, pregunté.
“¡Prometido!”, respondieron.
La clave número nueve es la siguiente:

Recomiendo que celebres cada éxito en el camino. Reconócete cuando tengas éxitos. Tus éxitos pueden ser: ganar a nivel financiero, superar un obstáculo, dejar de lado tu miedo y darte cuenta de que no te has preocupado por dinero en meses, o sentirte completamente segura y en control de tu vida. Habrá muchos éxitos en el camino. Son divertidos y vale la pena celebrarlos.
Algo más que es divertido es buscar la siguiente inversión, seguir el progreso de cada una de ellas, calcular cómo incrementar el flujo de dinero de tus inversiones, aprender algo nuevo que haga mejor la siguiente y, en especial, ver cómo entra el dinero. Todo es divertido.
En síntesis
“Ésas son mis nueve claves principales para convertirse en una inversionista victoriosa”, terminé. “¿Alguna pregunta?”
“Cientos. Estoy segura”, dijo Leslie. “Divertirme va conmigo.” “Recuerden que lo prometieron”, bromeé.
“El panorama se me sigue aclarando”, dijo Tracey. “Realmente ahora entiendo que esto es un proceso. Y mientras esté invirtiendo, el proceso nunca terminará, siempre hay más que aprender.”
“Por cierto”, dijo Pat, fiel a las formas. “Tomé nota de las nueve claves.
¡Estaré encantada de hacer copias para ustedes!”
Capítulo 22
“¡Muéstrenme el plan!”
Las mujeres son como bolsas de té; ponlas en agua caliente y se hacen más fuertes.
Eleanor Roosevelt
Las cuatro pasamos el resto del día compartiendo ideas, definiendo más claramente lo que cada una quería y luego analizando de manera realista lo que se necesitaría para llegar ahí.
Al final de los dos días, el nivel de energía en la habitación era alto. Era como si acabáramos de someternos a un entrenamiento físico agotador, pero nos sentíamos muy bien. Habíamos logrado lo que nos propusimos.
Cada una tenía su plan de acción y como dijo Leslie: “No puedo esperar a regresar a casa y ponerlo en marcha.”
Tracey, Pat y Leslie habían descubierto que su deseo era obtener su independencia financiera. Sus planes específicos sobre cómo alcanzarla eran diferentes. Para completar nuestra sesión de dos días, cada una resumió su plan para el grupo.
El plan de Leslie
Leslie fue la primera. “Sabía antes de llegar que mi plan final era crear flujo de dinero de modo que no necesitara un empleo para mantenerme. Como les dije, odio preocuparme por dinero y, más aún, odio que me digan cuándo ir a trabajar y cuándo tomar tiempo libre. Lo que voy a hacer es seguir en mi trabajo, puesto que por el momento es mi única fuente de ingreso, pero tomaré 20%, para empezar, de todo lo que gane y lo voy a ahorrar en una cuenta para invertir. Eso me será difícil, pero quiero aumentar esa cuenta rápidamente.”
Leslie continuó: “Me siento atraída por los bienes raíces. Puedo verme como dueña de propiedades para alquilar, hacer redes con gente involucrada en la inversión de bienes raíces y crear ambientes agradables para la gente. Ya sé de algunos vecindarios cerca de donde vivo que podrían ser perfectos para obtener rentas. En cuanto llegue a casa, empezaré a investigar sobre esas áreas y, como dijiste, me convertiré en experta en sólo unas cuantas áreas. Incluso he conseguido a dos personas, a quienes conozco bastante bien, que de hecho tienen un sincero interés en ser mis socias. Tendré cuidado al respecto. Ambas se han hecho solas, así que aprenderé algo al hablar con ellas. Sé que tengo un trabajo hecho a mi medida, pero estoy lista.”
El plan de Tracey
Tracey tomó un acercamiento un poco diferente: “La venta de la compañía para la que trabajo realmente me abrió los ojos. Nunca me había dado cuenta del poco control que tengo sobre mi propia vida ni de lo mucho que dependo de mi empleo. Me encanta el mundo de los negocios y me gustaría trabajar para mí. El momento es perfecto. Incluso si mi compañía me conserva, nunca saldré adelante, a pesar de haber entregado mi vida a la compañía y a mi empleo. Estoy en mi oficina a las 6:30 a.m. y rara vez llego a casa antes de las 8:00 p.m. Y cuando no estoy en el trabajo, pienso en él. Así que necesito un cambio drástico. Aquí está mi plan”, explicó.
“Me voy a sentar con mi marido y vamos a revisar a fondo nuestras necesidades financieras actuales. Luego quiero hacer dos cosas. Primero, trabajar para mí. ¡Podría tomar tres proyectos mañana si lo deseo! Varias personas fuera de mi compañía me han pedido que trabaje con ellas en manejo de proyectos, así que ahora es buen momento. Hay tres proyectos. Eso no consumirá todo mi tiempo, aunque no me engaño pensando que será pan comido. Probablemente ganaré lo mismo, quizá más, de lo que gano ahora. Segundo, me daré tiempo para construir nuestras inversiones. Estoy con Leslie; sólo quiero adquirir activos que den flujo de dinero. No estoy segura de qué inversiones específicas quiero tener. Me inclino hacia bienes raíces y algún negocio que no opere personalmente. Nos veo a mi marido y a mí haciéndolo juntos. Sé que se emocionará cuando le presente todo esto. Así que el segundo paso es determinar qué inversiones de flujo de dinero queremos conseguir. Prometo que les tendré la respuesta en una semana. No quiero perder ningún impulso de estos dos días. ¿Saben?, lo que más me emociona es que por primera vez, desde que me acuerdo, siento que estoy recuperando el control de mi vida.”
El plan de Pat
“Parece que tengo interés nato en las acciones de compra y venta”, dijo Pat. “Tal vez debido a mi gusto por investigar, me siento muy cómoda en internet y el mundo del comercio de acciones me fascina. Debo confesar que mucha de mi investigación en los últimos meses concierne al comercio de acciones.”
“Así que éste es mi plan”, dijo. “Voy a aprender cómo comerciar acciones. Y, por lo que entiendo, no es tema fácil, así que quiero aprender lo mejor. Ubicaré programas e instructores en el tema. Comenzaré a escala muy pequeña y sólo invertiré un poco de dinero. ¡Me siento tan llena de energía de sólo pensarlo!”
Continuó: “Nunca dejé de escribir del todo. Tengo ahorros provenientes de varios trabajos que me han surgido en estos años. Usaré algo de ese dinero para financiar mi educación. Me doy cuenta de que el dinero que gane de comerciar se considera ganancia de capitales y las inversiones de flujo de dinero es a donde quiero llegar finalmente. En consecuencia, cualquier dinero que gane de comerciar acciones irá a mi cuenta de inversión de flujo de dinero. Ese dinero al final será para comprar inversiones que den flujo de dinero.
He aprendido a confiar en mí. Y cuantos más tratos hago, más precisa se vuelve mi intuición.

Los mayores errores que he cometido, no sólo en inversiones, sino en la vida, son las veces que no he confiado en mí, cuando he permitido que la gente me persuada de hacer cosas con las que no estoy de acuerdo pero que hago de todos modos.
”Así que ganaré dinero comerciando acciones. El dinero que gane me servirá para comprar inversiones de flujo de dinero. Este plan me funciona porque me permite ganar dinero propio mediante la inversión sin depender de mi marido. Si decide unirse a mí, excelente, podremos cumplir el plan más rápido. Pero si no, yo sigo en camino hacia la libertad financiera.”
“Dos cosas más”, agregó Pat. “Hice llamadas telefónicas a dos mujeres que viven en mi ciudad y desean iniciar un grupo de estudio en materia de inversiones. Veré qué tanta seriedad tienen al respecto cuando me reúna con ellas. Pienso que un apoyo constante sería muy útil. Y luego tuve una idea realmente divertida, un poco descabellada. Las regalías de los libros son buena fuente de ingreso pasivo. Algo que yo, como escritora, siempre he querido: escribir una novela. De hecho tengo el inicio de un libro que ha esperado en mi computadora por años. Ahora, sé que es difícil, pero nunca he considerado un libro como fuente de flujo de dinero o de ingreso pasivo. Como escritora, sólo soñaba con que se publicara. Pero ahora veo que es posible incluir en mi plan financiero mi amor por escribir. También planeo escribir más artículos y venderlos a periódicos y revistas como una fuente de ingreso para mis inversiones. Lo principal para mí, como mencionó Tracey, es mantener el impulso obtenido en los últimos dos días. Estoy muy emocionada.”
Hacer versus tener
Leslie agregó a eso: “Es un buen punto”, dijo. “Hay mucho por hacer y no quiero perder concentración cuando me vaya. Sé que por eso es importante tener gente a mi alrededor que esté en el mismo camino. Pero, ¿cómo evito que todo lo que hay ‘por hacer’ no resulte tan abrumador?”
“Una buena pregunta”, respondí. “Si te concentras en todo lo que debes hacer, quizá disminuya tu entusiasmo porque puede abrumarte. Hace años yo hice la misma pregunta y alguien a quien admiro mucho lo explicó de la siguiente forma:

”Ser es lo que eres, lo que te hace ser tú. Hacer es actuar, lo que haces. Tener son tus posesiones, con lo que cuentas. De modo que quien eres y lo que haces determina lo que tienes. Por ejemplo, si deseas tener un bebé, debes ser una futura madre y embarazarte, ir al médico para que te revise, cuidar tu salud, hacer preparativos para el bebé y finalmente dar a luz. La clave es que tu enfoque desde el principio no está en las cosas que debes hacer, sino en lo que quieres tener: ‘Quiero tener un bebé.’”
Continué. “Deben concentrarse en lo que desean tener, porque es un factor de motivación mucho más fuerte que lo que deben hacer. Pat, si quieres que la revista Time te publique un artículo, ¿quién debes ser?”, pregunté.
“Debo ser una escritora de primera”, respondió.
“¿Y qué debes hacer?”, pregunté.
“Encontrar qué tipo de artículos quiere la revista Time. Yo, personalmente, quizá deba tomar algunos cursos de escritura para pulir mis habilidades, investigar para el artículo y luego escribirlo. Debo descubrir a quién entregárselo, enviarlo y dar seguimiento. Si mi artículo es rechazado, tal vez deba repetir el proceso hasta lograr que se publique. Es difícil saber todos los pasos del camino. De hecho, si supiera cuáles son, quizá nunca empezaría”, respondió.
“Ése es el punto”, dije. “Concéntrate en lo que quieres tener y lo que debes hacer se dará. En ese punto, quiénes son y qué han hecho las han llevado adonde están hoy. Si quieren cambiar lo que tienen, entonces tienen que cambiar lo que son y lo que hacen. Si no lo hacen, entonces se quedan con lo que tienen y, por lo que he oído de todas ustedes, quieren cambiar y mejorar lo que tienen.
¿Cierto?”
Todas asintieron con la cabeza.
“¿Cómo cambias lo que eres?”, preguntó Tracey.
Dije: “Tomen el ejemplo de Pat. Si vende su artículo, se convertirá en una escritora de primera. Y, no es por ofender a Pat, pero hoy en día no es la gran escritora porque está fuera de práctica. Así que debe cambiar lo que es. Como ella dijo, quizá deba tomar clases de redacción para mejorar, actualizarse respecto a las publicaciones para las que está escribiendo artículos, posiblemente conocer a los editores clave y establecer relaciones con ellos, aceptar que sus artículos sean rechazados y volver a escribir y enviar. Al hacer todo eso, estará a cargo de quien es. Pasará de ser una escritora mediocre a una gran escritora. ¿Eso tiene sentido?”
“Sí”, respondió Tracey. “Entonces, para que yo alcance mis metas, debo ser la exitosa dueña de un negocio, cosa que no soy hoy, así como una excelente inversionista, cosa que tampoco soy. Así que mi meta o lo que quiero tener determina en quién me convierto y lo que hago.”
“Exactamente. Y la mayoría de las personas primero ven todo lo que tienen que hacer, lo cual parece demasiado trabajo y nunca obtienen lo que quieren tener”, añadí.
Pat pensó en voz alta: “Es como cuando alguien dice: ‘De haber sabido todo lo que necesitaría, ¡nunca habría empezado!’”
“Es muy cierto”, dijo Leslie. “Simplemente me concentraré en lo que quiero tener, que es mi primera propiedad de alquiler, y en quién me convierta en el proceso y lo que tenga que hacer para alcanzar esa meta tomarán forma.”
Confía en ti
“Sé que se está haciendo tarde, pero tengo una última pregunta”, dijo Tracey. “En el trabajo, cuando debo tomar una decisión difícil, una vez que tengo los datos, el factor determinante a menudo depende de mí y de mi intuición. ¿Esto desempeña un papel en las inversiones? Porque yo pensaría que la ‘intuición femenina’ podría ser un bono.”
“Sólo puedo contarles mi experiencia al respecto”, respondí. “Un día antes de que fuera a cerrar el trato por mi primera propiedad para alquilar, seguía dudando. ‘Sí, debería comprarla.’ ‘No, no debería comprarla.’ Me estaba volviendo loca. Al final me dije lo siguiente: ‘Reuniste la mayor cantidad posible de información. Ahora confía en ti.’ Me pregunté: ‘¿Es vas o no vas?’ La respuesta fue: ‘Vas.’ Al día siguiente compré la propiedad y resultó una magnífica inversión.
”Ahora bien, si hubiera comenzado con la pregunta ‘¿vas o no vas?’ sin haber realizado mi investigación, sin tener los datos y tomado mi decisión sólo con base en la intuición, entonces habría procedido tontamente. También he descubierto que cuantos más tratos hago, más aguda se vuelve mi intuición. A veces hago preguntas y cuestiono ‘¿Por qué hice esa pregunta?’ y resulta ser el punto clave del trato completo.
”A comienzos de mi vida como inversionista, compré acciones de Coca Cola mediante un corredor de fondos de inversión que conocí. Las compré y no les presté mucha atención hasta que un día revisé el precio y noté que había obtenido una buena ganancia. Llamé al corredor y le dije: ‘Quiero vender mis acciones de Coca Cola.’
”Él respondió rápidamente: ‘No, no vendas en este momento. Estoy seguro de que van a seguir subiendo. Mira, soy un profesional, sé de qué estoy hablando.’ Le dije: ‘Sí, pueden subir, pero estoy satisfecha con la ganancia y quiero vender.’
”Él continuó hablando sobre cuánto dinero ganaría yo y sobre lo molesta que estaría si vendía en ese momento. Al final me convenció de no vender. Una semana después, la acción comenzó a caer. Al final vendí mis acciones con pérdida. Ése fue un caso en que no confié en mí y en mi intuición.
”Debo decir que los mayores errores que he cometido, no sólo en inversiones, sino en la vida, son las veces que no he confiado en mí, cuando he permitido que la gente me persuada de hacer cosas con las que no estoy de acuerdo, pero que hago de todos modos. Las veces en que no soy fiel a mí misma, cuando voy en contra de lo que es congruente con mis pensamientos y creencias, son las que me han ocasionado más problemas.
”Estoy de acuerdo contigo, Tracey. Pienso que la intuición desempeña un papel clave en el mundo de las inversiones. Yo la escucho constantemente. Sólo que no es lo único que considero para decidir. No me dejo llevar por la intuición. Pero siempre estoy verificando lo que siento en el estómago, hago mi tarea, reúno mis datos. Y verifico conmigo misma. Si todo está alineado, avanzo.”
“Mi intuición me dice que a todas nos va a ir muy bien con esto”, rió Leslie.
“Tomemos un breve descanso y luego tengo una última historia antes de hacer una síntesis”, anuncié. 

mujer millonariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora