cap VIII

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“¡No soy lo suficientemente inteligente!”
Pienso que la clave es que las mujeres no se fijen ningún límite.
Martina Navratilova
Alrededor de una semana después de nuestro almuerzo en Nueva York, estaba en el auto camino a una junta cuando sonó mi celular.
“Hola, Kim, habla Leslie. ¿Tienes un minuto?”
“Claro.”
“He estado pensando mucho en la conversación que tuvimos en el almuerzo, sobre invertir y ser independiente a nivel financiero. Todo suena bien. Parece exactamente lo que quiero, pero sigo llegando al mismo problema una y otra vez.”
“¿Qué problema?”, pregunté.
Leslie explicó: “Toda mi vida he estado en el arte. Colores, formas, estilo, técnica. Así funciona mi mente, no de manera metódica y analítica. El punto es que soy un caos respecto a números y matemáticas. Simplemente no pienso que tenga la suficiente inteligencia en lo que a invertir se refiere. Y cada vez que pienso iniciar, se me nublan los ojos. Incluso salí a comprar The Wall Street Journal. ¡Igual podría estar leyendo en chino! Pienso que hay personas que tienen un don natural para este asunto y entienden de números, pero yo no.”
La frustración de Leslie era bastante notoria. De modo que dije con cautela: “Primero, déjame preguntarte esto: ¿has encontrado tu razón de por qué deseas empezar a invertir?”
“El porqué está claro como el agua”, contestó Leslie. “Lo único que quiero es pintar. El arte es mi pasión. El problema es que estoy tan ocupada en la galería para pagar mis cuentas que nunca tengo tiempo para pintar. Quiero tomar mis pinturas y mi caballete, pasar días pintando en lugares maravillosos y únicos. Idealmente, me gustaría viajar a Europa y pintar ahí, así como estudiar a los grandes maestros. Hay cursos de arte que me encantaría tomar. Si me quedara un solo día de vida, pintaría. Sí, estoy muy consciente de mi razón.” “Felicidades. Ahora inicia tu proceso”, declaré.
“¿Qué proceso?”, preguntó un poco frustrada.
“Hacerte rica o ser libre a nivel financiero no sucederá de la noche a la mañana. Cada vez que emprendemos algo nuevo hay una curva de aprendizaje por la que debemos pasar. Y puede ser muy incómodo, en especial al principio, porque entramos en un terreno del que sabemos muy poco.”
“Imagino que es como cuando aprendí a manejar”, dijo. “Al principio me sentía como idiota porque pisaba demasiado el acelerador o saltaba sobre el freno y casi salía por el parabrisas. Casi choqué el auto la primera vez que estuve en la autopista.”
“Exactamente de eso hablo. Hoy no piensas dos veces respecto al acelerador, el freno o siquiera el volante. Es casi automático. Al principio, la curva de aprendizaje era enorme. Ahora es un hábito”, la tranquilicé.
“Entonces es un proceso y hay mucho que aprender”, prosiguió. “Pero no sé si soy lo suficientemente inteligente para asumir esto. Invertir parece ser un juego de hombres. Tal vez su talento para los números es mejor que el mío. No sé si puedo competir en un juego de hombres.”
“Primero que nada”, dije, “tienes razón. Los hombres son buenos con los números… 90-60-90… para ser exactas.” Leslie rió.
“Pero, en serio, ¿por qué piensas que es un juego de hombres?”
Leslie respondió: “Bueno, no veo o escucho de muchas mujeres inversionistas en las noticias. Todos los de alto nivel parecen ser hombres. En lo personal, no sé de muchas mujeres ejemplares en lo que respecta al dinero o las inversiones. Pienso que los hombres tienen una mejor comprensión del tema que las mujeres.”
“Una pregunta para ti”, dije con tranquilidad. “¿Los hombres eran mejores que las mujeres para elegir funcionarios públicos? ¿Por eso es que sólo los hombres votaban hace tiempo? ¿Eran mejores estudiantes que las mujeres? ¿Eran mejores para escuchar y valorar la evidencia? ¿Por eso durante años sólo los hombres estuvieron sentados como miembros del jurado?” “¡Por supuesto que no!”, exclamó Leslie.
“Debes entender que hay una gran diferencia entre hacer algo mejor y hacerlo por más tiempo”, subrayé.
“En cuanto a que no tienes la suficiente inteligencia para invertir, hay sólo tres cosas clave que necesitas entender y luego apuesto a que esa idea se desvanecerá para siempre. Así sucedió en mi caso.”
“Está bien, soy toda oídos. ¿Cuáles son?”, preguntó.
Nuestra conversación telefónica continuó y le dije lo que ahora comparto contigo.
Lo que nos han enseñado a las mujeres
1) Educación
Enfrentémoslo: no ha habido buena información para las mujeres en lo que respecta al dinero. De hecho, mucho de lo que se enseña raya en lo degradante: cómo llevar una chequera, comprar un seguro de auto, reducir gastos, ahorrar centavos en la tienda de abarrotes. Honestamente, creo que somos un poco más inteligentes que eso.
Sí, debes poner en orden tus finanzas. Sí, por supuesto, debes conocer las bases. Todo eso es muy importante. Pero eso no es suficiente hoy en día, es sólo el comienzo, los cimientos. Una vez que entiendes las bases, entonces debes tomar un papel activo para alcanzar tus propias metas financieras.
Si escucho a un hombre decir una vez más de manera condescendiente: “Oh, mi esposa maneja todas nuestras finanzas”, voy a gritar. Nueve de cada diez veces ella no maneja las finanzas. Paga las cuentas y lleva la chequera. Eso es todo. Si sondeas más a fondo descubrirás que cede a su marido todas las decisiones de inversión y de compra más importantes. Él maneja la compra y venta de acciones, las transacciones de bienes raíces y, la mayoría, si no es que todas, las decisiones financieras.
Y cuando su esposo muere y ella debe manejar los asuntos financieros, no tiene idea de qué hacer. El hecho alarmante es que 80% de las mujeres viudas son pobres, y no lo eran cuando sus maridos vivían. Recuerda, 90% de nosotras seremos las únicas responsables de nuestros asuntos financieros en algún momento de nuestra vida. El marido de una mujer se ha ido y ella no ha tenido ninguna experiencia ni educación respecto a las finanzas, de manera que decide mal o pide al “señor Ayuda” (el especialista financiero, el corredor de bolsa, el agente de bienes raíces, el planificador estatal) que venga a rescatarla. “Yo me encargaré de eso en su lugar”, dice. “Permítame ayudarla a administrar su dinero. Le arreglaré el portafolio de inversión perfecto y usted ni siquiera tendrá que pensar en ello.” Bueno, querida, si tú no estás pensando en tu propio dinero, ¿realmente crees que otra persona lo hará?
A continuación hay un panorama aterrador en el caso de Dawn, de San Luis. Ella escribe:
Tengo 58 años. Mi marido murió de manera inesperada. No tengo idea de cuánto dinero tenemos ni dónde se encuentra. Él mismo lo administraba y se enorgullecía de asegurarse de que yo nunca me preocupara por el dinero, lo que significa que nunca hablamos del tema.
Ahora que se ha ido me siento como un bebé desvalido de un año que quiere ponerse de pie pero aun se cae. He estado en la oscuridad todos estos años. Justo antes de que comenzara el funeral de mi marido, fui con mi amiga y le pregunté: “¿Cómo pagas un funeral? Estoy completamente perdida.”
Así que si piensas en serio en tomar el control de tus finanzas y no quieres terminar como Dawn, la conclusión es que llevará tiempo y educación, además de cometer unos cuantos errores. Es un proceso. No sucederá de la noche a la mañana. Pero, por favor, no cometas el mayor error de todos, pensar que los hombres saben más que tú, sólo porque alguien se denomina “experto en finanzas”. No asumas que sabe todo lo que es mejor para ti y tu dinero. Si piensas: “Todos saben más que yo”, entonces serás presa de los “señores Ayuda” o del mundo y nunca controlarás tu dinero.
Sí, debes poner en orden tus finanzas. Sí, por supuesto que debes saber las bases. Todo eso es muy importante.

Pero opino que eso no es suficiente hoy en día, es sólo el comienzo, los cimientos.

Una vez que entiendes las bases, entonces es momento de tomar un papel activo y alcanzar tus propias metas financieras.
El primer paso es educarte. ¿Qué significa exactamente? Hay tanta información allá afuera, ¿por dónde comienzas?
El punto de inicio será diferente para cada persona. Puedes empezar por aprender sobre diferentes tipos de inversiones disponibles. Probablemente encontrarás que te sientes atraída hacia un cierto tipo; para mí, son los bienes raíces. Para mi amiga la contadora, son acciones en papel. A mi amiga la empresaria le encanta invertir en compañías que inician. A lo largo de tu proceso educativo descubrirás qué inversión te resulta mejor.
A continuación hay una lista parcial de fuentes para ayudarte a obtener la educación que necesitas.
• Lee libros
Hay cientos sobre dinero e inversión para quienes empiezan o son inversionistas con poca experiencia. Se recomienda la lectura del glosario al final de este libro.
• Escucha cintas de audio y discos compactos
Llévalos en tu auto y escúchalos mientras conduces. Aprovecha el tiempo en medio del tránsito, en el trayecto de ida y de regreso del trabajo o mientras haces mandados. Las citas de audio y discos compactos pueden tratar desde administración de dinero e inversión hasta desarrollo personal. Tu actitud y mentalidad desempeñan un papel crucial en cualquier cosa que emprendas. Como dijo Henry Ford: “Si piensas que puedes hacer algo o que no puedes hacer algo, estás en lo correcto.” Algunos discos recomendados se enlistan en el glosario.
• Invierte en seminarios, conferencias y talleres educativos
Pueden ser programas gratuitos en tu localidad o clases pagadas. Varias universidades, negocios, clubes comunitarios, organizaciones y grupos de inversión locales ofrecen a menudo tales programas. Algunos están planeados para mujeres.
• Lee periódicos y revistas financieros
The Wall Street Journal, Investor’s Business Daily y Barron’s son tres periódicos llenos de información. Incluso si no entiendes toda la terminología, sigue leyendo y tu conocimiento se incrementará de manera notable. Hay un libro excelente publicado por The Wall Street Journal titulado Guide To Understanding Money and Investing. Este libro te enseña cómo leer e interpretar The Wall Street Journal.
• Suscríbete a tu periódico de negocios local
Ahí obtendrás un caudal de información sobre lo que sucede en tu localidad.
Pronto serás consciente de los artículos relacionados o que afectan varias decisiones de negocios.
• Habla con agentes de bienes raíces, corredores de bolsa y agentes de negocios
Hazles preguntas. Pueden darte un caudal de información. Sólo debes estar consciente de que la mayoría están ahí para venderte algo, así que mantén los ojos abiertos. He encontrado que muchos de los corredores exitosos están muy dispuestos a compartir información y educación con otros.
Tres consejos: 1) Hay tantos malos agentes como buenos. Para encontrar uno confiable, pide recomendaciones. 2) Específicamente con los de bienes raíces, asegúrate de trabajar con uno de inversión y no con uno residencial que sólo quiere venderte una casa. No hablan el mismo idioma. 3) Cuando sea posible, trabaja con agentes que sean inversionistas. Muchos son sólo vendedores, no inversionistas. Un agente que también es inversionista entiende tus necesidades y deseos mucho mejor que quien no lo es.
• Habla con otros inversionistas
Busca personas que inviertan en lo que tú estás interesada y habla con ellas. De nuevo, probablemente encontrarás que los más exitosos estarán felices de compartir contigo lo que saben.
• Únete a un club de mujeres inversionistas
Según Ken Janke de Better Investing, las mujeres representan ahora la mayoría de los clubes de inversión del mercado bursátil: “En 1960, la membresía a clubes de inversión era 90% de hombres y 10% de mujeres. Hoy es más de 60% de mujeres.” En lo personal, recomiendo clubes que se enfoquen en educación sobre inversiones. No necesariamente apoyo los clubes en que los miembros juntan su dinero para comprar inversiones. He visto arruinarse varias amistades por reglas poco claras en torno a inversiones conjuntas. Para encontrar clubes de inversión de mujeres, busca en tus periódicos y revistas locales para encontrar las reuniones que tienen lugar en tu localidad. Entra a internet y busca clubes de mujeres en tu zona. Asiste a las reuniones de la red local de mujeres de negocios y pide referencias de clubes de inversión.
• Inicia tu propio club de mujeres inversionistas
Mantén altos tus estándares. Acepta sólo mujeres que tomen en serio su futuro financiero, que se apoyarán y animarán para alcanzar sus metas.
¿Qué haces en un club de inversión?
• Se puede comenzar como un grupo de estudio donde lees y discutes un libroen grupo. O elige un producto de audio o video para estudiar en conjunto. (Hay una lista de productos de Padre Rico al final del libro que puede ser un buen punto de partida para un club nuevo o ya existente.)
• Se llevan oradores invitados que sean inversionistas exitosos, agentes confiables (que estén ahí para educar, no para venderte un producto), administradores de propiedades, expertos en ventas (que instruyan sobre cómo vender. Esto te ayudará en casi todo lo que emprendas), cualquiera que se sume a tu conocimiento sobre inversiones.
• Se analizan inversiones potenciales. Se llevan tratos de bienes raíces específicos, intercambios de posibles acciones e inversiones de negocios al grupo para que las mujeres puedan analizarlas y aprender juntas. En un inicio, se puede encontrar un inversionista o profesional con experiencia que hable sobre cómo analizar esas inversiones. Cuantas más inversiones analices, mejor será tu habilidad para distinguir una buena oportunidad de una mala.
• Únete a un club Cashflow en tu localidad
Hay casi 2000 clubes Cashflow en todo el mundo. En internet encontrarás el más cercano. También puedes visitar nuestro sitio www.richdad.com para ver una lista de clubes Cashflow. Cada uno es diferente. La mayoría incluyen el juego de mesa Cashflow, se apoyan en sus metas de inversión, llevan oradores invitados y, lo más importante, aprenden juntos cómo sacar el mayor provecho de sus futuros financieros.
• Usa internet
En la red busca todo tipo de información sobre las inversiones de tu elección. Es una fuente increíble de materiales de referencia, juntas y conferencias, contratos, sitios de inversión con chats y foros de discusión.
• Conduce por la ciudad
Date una idea de lo que está pasando con los bienes raíces y negocios en tu zona. A menudo las personas piensan que deben encontrar la ciudad o mercado “correctos” para invertir, cuando por lo general encuentran oportunidades increíbles a la vuelta de la esquina. Cuanto más cerca estés físicamente de tus inversiones, mejor será tu probabilidad de éxito. Es mucho más fácil mantener el dedo en el renglón de un mercado si está a dos cuadras que a 2000 kilómetros de distancia.
• Ve los programas de televisión sobre finanzas
De nuevo, puede que no entiendas todo pero con seguridad aprenderás mucho y escucharás el vocabulario del mundo de las inversiones. Cuanto más escuches, más entenderás.
• Suscríbete a boletines financieros
Los boletines pueden darte un rápido resumen de lo que pasa en los diversos mercados de inversión, tendencias económicas a nivel regional y global, así como consejos sobre a qué prestar atención en el futuro. Varios están enlistados en el glosario.
• Pregunta, pregunta y pregunta
Recuerda, las mujeres tenemos una ventaja aquí. Como hemos tenido tan poca educación sobre inversiones, no debemos fingir que sabemos todas las respuestas. Cuantas más preguntas hagas, más lista te volverás.
Además, puedes encontrar un nuevo mentor en el proceso. Por cierto, la educación nunca se detiene. Mientras quieras aumentar tus inversiones, y expandir tu portafolio, siempre habrá nuevos niveles de aprendizaje. A medida que cambian los mercados y crecen mis inversiones, descubro que debo ponerme al corriente y ampliar mi conocimiento financiero.
2) El proceso versus el resultado
Siempre tengo en mente que invertir es un proceso. No hay fórmula secreta. No hay pastilla que puedas tomar para hacerte rica. No te vas a la cama una noche y te despiertas adinerada a la mañana siguiente. Quizá hay gente allá afuera que promete esas cosas, pero no es real.
No es diferente a bajar de peso. Si quieres bajar y no recuperarlo, te sometes a un proceso. Haces ejercicio con regularidad, cambias tu dieta, y con el tiempo comienzas a ver resultados. No sucede de la noche a la mañana… a menos que te hagas una liposucción. Pero aun así ajustas tu estilo de vida para que el efecto perdure.
En el proceso de volvernos inversionistas, aprendemos. Obtenemos algo de experiencia de primera mano. Cometemos errores y aprendemos de ellos. Ganamos experiencia. Y en el proceso, crecen nuestro conocimiento, seguridad y habilidades. Por no mencionar nuestras cuentas de banco. Pero la clave es: este proceso al que nos sometemos es incluso más importante que la meta misma. Porque la persona en quien nos convertimos, como resultado del aprendizaje, errores y experiencias, es el verdadero valor. Hay un proverbio chino que dice:
El viaje es la recompensa
En 1985, cuando Robert y yo pasamos por ese “año del infierno”, innegablemente fue el peor de nuestras vidas. Mi autoestima estaba hecha trizas. Las contrariedades eran constantes. Mi voz interna, lo que me decía a mí misma, era negativa de manera persistente: “No puedes hacer eso”, “Vas a fracasar”, “No sabes nada”, “No tienes esperanza.” Honestamente algunas noches solía ir a la cama pensando que sería mucho más fácil si nunca volvía a despertar. No había ninguna duda de que era el punto más bajo de mi vida.
Y ahora, muchos años después, mirando en retrospectiva ese momento, descubro que Robert y yo pasábamos por nuestros propios procesos. No fingíamos: era una miseria. No obstante, pasar por eso, tocar fondo y luego emerger a la superficie, fue probablemente una de las mejores cosas que pudieron pasarnos. Cuando estaba en mitad de todo no sabía si tenía en mí lo necesario para salir adelante. Pero el pasar por ese proceso juntos, haciendo lo necesario a nivel individual y como pareja, y salir del otro lado con éxito, fue una experiencia increíble para forjar nuestro carácter. Como resultado, ese tiempo en extremo difícil nos hizo más fuertes y listos a nivel individual, y más comprometidos y seguros como pareja. La persona en quien me convertí y la persona en quien se convirtió Robert durante el proceso lo hicieron invaluable. Ésa fue la verdadera recompensa.
Te garantizo que en tu propio proceso cometerás errores… a veces enormes. Enfrentarás desafíos. Tendrás momentos de miedo. Habrá veces en que tomarás decisiones sin un resultado positivo. En esos momentos tu carácter se pone a prueba. Si huimos del desafío, no crecemos. No aprendemos. Si aceptamos ese reto, sea que tengamos éxito o no, es un hecho que creceremos y seremos mejores. Y la ganancia de “capital intelectual y emocional” no tiene precio.

mujer millonariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora