Trato.

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—¿Que vaya hacia ti? ¿Quieres decir que me mude a tu edificio? —TaeHyung lo observaba con el ceño fruncido y los ojos un poco rojizos.

—Quiero decir que trabajes conmigo.

¿Trabajar con él? TaeHyung no entendía muy bien a qué se refería. Su teléfono comenzó a sonar interrumpiendo sus pensamientos, lo buscó en su bolsillo, se levantó del suelo y contestó.

—Hola, JiMin... Estoy en Seúl... Debo encargarme de algo ahora. Terminaré enseguida e iré... Está bien. Nos vemos —. Colgó.

—¿Soy yo de lo que debes encargarte? —cuestionó JungKook, que se había mantenido atento a las palabras del castaño.

TaeHyung no contestó. Cuando decidió ir allí, no tenía planeado hacer un berrinche y humillarse de esa manera. Recuperó un poco la compostura, dio un paso hacia el pelinegro y lo tomó de la corbata acercándolo más a él, tratando de parecer intimidante.

—Si vuelves a jugar conmigo, no lo toleraré.

—¿Qué harás entonces? —cuestionó el pelinegro dando un paso al frente, si es que era posible, y entrando al juego del otro.

—Le contaré esto a la prensa.

—Necesitarás algo más fuerte que eso —. Sonrió divertido.

TaeHyung soltó la corbata separándose un poco para luego pisar el pie del contrario recargando la mayoría de su peso en este.

—¿Esto tampoco es lo suficientemente fuerte? —preguntó entre dientes.

JungKook apretó los labios evitando dar alguna señal de dolor. A pesar de la incomodidad, la actitud infantil del chico le parecía divertida.

Con fuerza, el pelinegro movió su pie que estaba siendo torturado, logrando que TaeHyung perdiera el equilibrio casi cayendo al suelo, de no ser porque JungKook lo sostuvo por la cintura.

El castaño tardó un poco en procesar lo sucedido, pero en cuanto lo hizo, se reincorporó y trató de golpear nuevamente el cuerpo de JungKook, quien lo tomó por las muñecas para detenerlo. Trató de zafarse pero el empresario tenía mucha más fuerza que él.

—Te soltaré si prometes que te vas a calmar.

TaeHyung se retorció un poco más antes de rendirse, apretar los labios y asentir. JungKook liberó sus manos y le ofreció una sonrisa.

—Bien. Ahora tenemos un trato.

TaeHyung frunció el ceño nuevamente. Se giró hacia el escritorio ajeno para tomar una pluma y papel donde anotar.

—Me mudaré en una semana —. Estrelló el papel contra el pecho de JungKook—. Envíame el dinero del seguro a esa cuenta. Después de eso espero no volvernos a ver nunca.

Tras pronunciar esas palabras, TaeHyung le dirigió una mirada severa y salió rápidamente de allí, dejando a un JungKook bastante divertido con lo que acababa de pasar.

Cuando finalmente salió del edificio, las palabras de JungKook retumbaron en su mente. "Ven a mí". ¿Por qué había dicho eso tan de repente? ¿Y por qué él mismo se sintió tan extraño en ese momento? La verdad era que aquella frase causó en él más de lo que quisiera admitir, incluso el tono que usó el pelinegro le pareció tan... sugerente.

Decidió alejar todos aquellos pensamientos y dirigirse al lugar que JiMin le indicó. No supo cuánto tiempo pasó caminando por las calurosas calles de Seúl hasta que dio con el lugar; un club de danza de nombre "El Tango". TaeHyung no sabía desde cuándo a su amigo le interesaba el baile, jamás lo mencionó y ahora estaba tomando clases.

Noble heart [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora