Escudo.

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Cuando TaeHyung salió de su ensoñación, rápidamente trató de ocultarse tras el menú. JungKook lo miró y eso le molestó, el chico quería fingir no conocerlo. Llamó nuevamente al mesero.

A su mesa llegó una ensalada y un postre. TaeHyung lo miró extrañado y asustado, los precios allí no eran una broma.

—Nosotros no pedimos esto.

—Dijo que el vino no era suficiente, así que ordenó más para ustedes —dijo el mesero, claramente refiriéndose a JungKook.

TaeHyung hizo una mueca, le molestaba que ese presidente estuviera en todas partes, como si quisiera acaparar cada parte de su vida.

—Ah, ¿qué puedo decir? Me molestan por mi belleza en donde sea que voy —Yura comenzó a hablar, asumiendo que todo aquello era por ella—. Saben cómo echarme el ojo.

TaeHyung la miró mal y luego a JungKook, pero apartó la vista en cuanto el pelinegro puso sus ojos en él. Se encontraba algo molesto por la presencia de ese hombre y también por no saber cerrar la boca y haber aceptado pagar el almuerzo. Se disculpó para dirigirse al baño y calmarse un poco allí, pero sentía curiosidad de porqué JungKook seguía molestándolo, así que le mandó un mensaje.

JungKook recibió el mensaje e inmediatamente se dirigió hacia donde indicaba el castaño. Pasó por la mesa que ocupaba TaeHyung y esas otras personas, escuchando sin querer la conversación de las dos chicas, quienes llamaban a TaeHyung miserable, eso causó una sensación desagradable en el empresario.

Se encontró con TaeHyung fuera de los baños del lugar, este estaba recargado en la pared con los brazos cruzados y una expresión de enojo. En cuanto vio a JungKook comenzó a hablar sin cambiar su postura.

—¿Por qué estás aquí?

—¿Qué hay de ti? ¿Por qué estás siempre cerca? —contrarrestó JungKook acercándose lo más que pudo al veterinario, pero este ni se inmutó—. Es molesto.

JungKook mentía, él solo había ido a ese lugar a almorzar como una persona normal, encontrándose con ese lindo castaño y había sido una agradable casualidad.

—Estoy de acuerdo —dijo TaeHyung no dejando que la cercanía del otro lo intimidara—. Debería librarme de ti.

—¿Crees que estoy jugando?

—¿Crees que yo estoy jugando? ¿Es tan divertido jugar conmigo? —cuestionó TaeHyung con evidente molestia—. ¿Por qué hoy todos se la traen conmigo? No debí haber venido a un lugar así —. JungKook no pudo estar más de acuerdo, recordando la conversación que escuchó momentos atrás—. Estaba entusiasmado por alguna razón —el tono de TaeHyung había disminuido y ya no se notaba tan molesto, más bien arrepentido y decaído—. Muévete —ordenó al pelinegro para poder irse de allí.

JungKook dio un paso atrás, dejando el camino libre a TaeHyung, este ya se iba, pero detuvo su paso sin haberse alejado mucho y volteó hacia el pelinegro.

—¿Qué fue eso del vino? —preguntó con verdadera curiosidad.

—Era un regalo para mi socio ¿no le gusta eso a la gente? No importa quien seas, mientras te traten como a un rey —explicó—. ¿No les gusta eso sobre todo a las mujeres?

TaeHyung se sintió un poco ofendido—. Es ridículo.

—¿Cómo?

—¿Olvidas que soy hombre? Como sea, puedes excluirme de esas personas de las que hablas. ¿Quién crees que soy?

TaeHyung se marchó, dejando a un JungKook un poco aturdido, él de verdad esperaba que aquello le agradara al hombre. Si quería acercarse al chico, no sería nada fácil.

Noble heart [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora