Día uno.

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—Ahora es oficial. En cuanto a los testigos, yo seré el de Jeon y el de Kim es... Mal Raeng —HoSeok habló, buscando a la pequeña gata que había saltado de sus piernas y ahora no sabía dónde se encontraba.

Un maullido se escuchó y los tres hombres dirigieron su vista hacia el lugar. Mal Raeng se encontraba cerca de los pies de JungKook, tratando de llamar su atención y conseguir caricias, sin embargo, este tomó un cojín del sillón dispuesto a ahuyentar a la gatita con eso.

—¿Qué demonios crees que haces? —TaeHyung le arrebató el cojín de las manos antes de que pudiera dañar a su preciosa mascota con este—. Hace eso porque le gustas. Insensible.

JungKook tan solo bufó. De verdad no soportaba mucho a los animales, pero no quería discutir con TaeHyung en ese momento.

TaeHyung no pudo evitar sentir algo familiar en aquella situación, recordó entonces, aquella vez que un hombre no permitió a su perro beber un poco de agua solo porque lo hacía perder dinero, TaeHyung detestó a ese hombre. ¿Acaso se trataba del mismo que ahora estaba junto a él?

TaeHyung tan sólo mantuvo su mirada sobre el empresario, tratando de descifrar porqué JungKook era de esa manera, mientras este le devolvía una mirada retadora, como sabiendo lo que pensaba de él. El ambiente se había vuelto tenso, nadie hablaba ni se movía, excepto por HoSeok, quien paseaba su vista entre los dos jóvenes.

—D-disculpen —HoSeok rompió ese silencio tenso—. Ahora que están en una relación, sonrían —dijo para después mostrar sus perfectamente alineados dientes en una sonrisa—. Sonrían —repitió.

Los dos chicos que habían apartado sus miradas para dirigirlas al gerente, volvieron a juntarlas, bufando al saber que ninguno de los dos quería realmente sonreír.

El resto del día, ambos chicos regresaron a sus actividades normales. Para TaeHyung había sido un día tranquilo, pues aún no conseguía demasiados clientes, mientras JungKook tuvo un día bastante normal, hasta llegadas las siete, hora en la que su trabajo terminaba.

Pensaba pasar por TaeHyung pues habían acordado verse después del trabajo, sin embargo, JungKook no tenía en claro lo que harían, por eso decidió pedir un consejo.

—¿Tienes novio? —preguntó JungKook a su secretaria, quien también ya estaba por irse.

—Sí —respondió un poco extrañada por la repentina pregunta de su jefe.

—¿Qué hacen las parejas normales en Corea?

—Salimos a comer, a beber café, al cine... —enlistó la chica después de pensarlo un momento y aún confundida de porqué su jefe le preguntaba aquellas cosas.

—¿Al cine? No es gran cosa.

Tras decir aquello JungKook se marchó, dejando a su secretaria completamente confundida.

🐶

Pasadas las siete, TaeHyung salía de la clínica asegurándose de cerrarla correctamente. Esperaría a JungKook y luego irían a quien sabe dónde, TaeHyung tenía curiosidad sobre lo que planeaba el pelinegro.

—¡TaeHyung!

—¿JiMin? ¿Sucede algo? —cuestionó el castaño, pues no esperaba ver a su amigo ahí y menos a esa hora.

—He decidido venir por ti. Así no faltas a clase.

A decir verdad, TaeHyung había olvidado que se inscribió a esas clases de baile, pues ahora que estaba aprendiendo a controlarse frente a Jeon ya no le parecían tan necesarias.

—¿Pensabas faltar? —JiMin preguntó al ver la duda en su amigo.

—Pues...

TaeHyung no terminó de hablar al ver un auto llegar y estacionarse frente a su clínica. Su amigo lo observó con curiosidad y se sorprendió al ver a aquel hombre del restaurante saliendo del auto.

Noble heart [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora