Epílogo.

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La última semana había sido una de las más ajetreadas. Citas por aquí y por allá. Buscar los últimos adornos. El último retoque a los trajes, el maquillaje y el cabello. Una sesión de fotos en la que el joven castaño había aprovechado para bromear y divertirse con su prometido, robándole besos que de cualquier forma no era un martirio para el otro. Todo aunado a sus trabajos que no podían simplemente dejar de lado.

Y, finalmente, el día esperado había llegado.

TaeHyung fue despertado temprano por el bullicio que había fuera de su habitación. Se levantó aún con los ojos cerrados y envolviendo su cuerpo en la cobija cuando escuchó golpes en su puerta. La abrió sin tomarle mucha importancia a quien estaba detrás de ella y regresó a la comodidad de su cama volviéndose a acostar y con intenciones de dormir por los menos unas dos horas más.

De pronto la cobija que lo envolvía le fue arrebatada, sintiendo el frío en su cuerpo descubierto se abrazó y frunció el ceño.

—Kim TaeHyung, si no te levantas en este instante, seré yo quien se case con ese hombre.

El mencionado abrió los ojos de golpe.

Hoy era el día.

Se levantó rápidamente quedando sentado en la cama, entonces pudo ver con claridad que la persona invadiendo su habitación no era más que su madre. La mujer le sonreía dulcemente y un brillo de emoción se hacía notar también en su rostro.

Aún faltaban unas horas para que la maquilladora llegará a encargarse de él, pero su madre había querido asegurarse de que TaeHyung ya habría comido algo y estaría aseado para entonces. Y no es que desconfiara del veterinario para estar listo sin ella allí, de echo era un chico muy puntual con sus obligaciones, más bien quería apoyarle y estar con él si lo nervios llegaban a traicionarle.

Con prisas, lo hizo llegar hasta el anexo de la casa, donde ella, su esposo y su hijo menor estaban quedándose desde hacía un par de días. No le permitió ver a JungKook cuando el hombre preguntó por él, ni siquiera para darle los buenos días y a pesar del puchero que el castaño formó. Tendría que esperar hasta la ceremonia.

—No puedo creer que te estés casando —fueron las palabras de su hermano al recibirlo en cuanto llegó. TaeHyung sonrió, él tampoco lo creía todavía, pero ya estaba a unas horas de suceder—. No puedo creer que alguien aguante lo torpe que eres.

Si las miradas asesinaran, todos estarían alistándose para un funeral en vez de una boda. TaeHyung hizo el amago de golpear a su hermano y lo hubiera hecho de no ser por su madre que intervino a tiempo.

Las siguientes horas, el veterinario se sintió como hacía años no se sentía. En compañía de sus padres y hermano se sentó a comer algo después de ducharse, platicaron como solían hacerlo cuando él era un estudiante, distrayéndolo de pensar demasiado en el acontecimiento importante del día y una vez más, el castaño agradeció por tener aquella familia.

Los minutos pasaban, el momento esperado se acercaba y la emoción como los nervios crecían dentro del joven veterinario. Se apresuró a vestirse y dejarse arreglar por la estilista contratada, se miró en el espejo una última vez, respiró hondo. Estaba listo.

El camino al lugar de la ceremonia se le hacía eterno. El no haber visto en todo el día al hombre de su vida lo ponía aún más angustiado. Sin embargo, su familia hacía el mayor esfuerzo por calmarle y distraerle un poco, TaeHyung sentía que no le alcanzaba la vida para agradecerles todo lo que estaban haciendo por él.

Finalmente llegaron y TaeHyung sabía que por fin otro de sus sueños se hacía realidad. Portando aquel traje blanco, con su cabello cuidadosamente arreglado, su rostro luciendo un sutil maquillaje para acentuar sus facciones y aquel ramo entre sus manos, caminó con lentitud, acompañado de la mujer que le dio la vida, hasta aquel hombre que lo miraba como si viera el tesoro más bello en el mundo, con una bonita sonrisa plasmada en sus labios, vestido en un traje negro elegido especialmente para esa ocasión.

Las miradas pronto se dirigieron hacia él y los nervios le carcomían por dentro, pero el hecho de estar allí, de pie al lado de aquel hombre, hacía que todo valiera la pena.

Se olvidó incluso de las decenas de personas que atestiguaban ese momento en el instante en que JungKook le declaró frente a todas ellas lo muy dispuesto y comprometido que estaba a cuidarlo, respetarlo y amarlo por el resto de sus días, sintió un nudo en su garganta cuando fue su turno de expresarse y una dicha lo embargó al momento de escuchar aquella sola palabra. Por último, su mundo se detuvo cuando aquellos finos labios lo besaron con tal devoción que se sentía desfallecer.

Por su parte, los ojos de JungKook brillaron al ver al bonito castaño que poco a poco caminaba hacia él, ese chico que en poco tiempo se había convertido en la luz de su vida, porque le había demostrado que volver a abrir su corazón no era malo, le había permitido experimentar el amor de una manera distinta y se había quedado para acompañarlo incluso en sus peores días.

Jeon JungKook podía decir con certeza que se había enamorado de Kim TaeHyung, aquel chico torpe, orgulloso y necio que conoció por casualidad, pero que también conservaba un corazón noble y sincero, aquel chico que había salvado su vida de diferentes maneras. Porque finalmente había llegado a su vida para darle un poco de dulzura.



Hoy, el presidente ejecutivo de D.O.L. deja de ser un soltero disponible. Felicidades por covertirse en un hombre casado. En la boda lucía perfecto en su esmoquin y su novio estaba precioso también. Una pareja noble. Espero que sean felices por siempre. Ahora me tratará mejor. Además, su noble hijo será muy lindo también.

Fin.

Noble heart [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora