Parte 3 - Todo

1.2K 186 57
                                    

¿Cómo lograr dominar una bestia que sólo piensa en destruir? Si el amor es la respuesta a todo, ¿no?

Jonathan siempre fue un caballero en vida y en la muerte nunca dejó de serlo; Siempre mantuvo la mirada firme, enfrentando los problemas hasta que su cuerpo colapso y solo pudo cerrar los ojos, pero cuando los volvió a abrir volvió a levantar su rostro y sus piernas siguieron avanzando.

Recordaba cuando estaba junto a Dio  en el medio del mar: Era tan oscuro y tan profundo que sólo unos pocos peces les hacían compañía. En ese tiempo, ¿qué no le había contado a Dio? Donde él siempre estuvo consciente mientras Dio yacía en su letargo de tantos años.

Le había contado lo poco que sabía de su madre, lo mucho que le hablo su padre, el tanto que quiso a Danny, lo mucho que amó a Erina; Y todo lo habló en tiempo pasado por que su vida ya había terminado. Su vida culminó en aquella embarcación.

Pero en esos momentos se dio cuenta lo poco o nada que sabía de Dio. No tenía más que un apellido. Nunca supo de sus padres ni cuál fue su hogar, nunca supo si tuvo hermanos o alguien a quien amar, aunque recuerda vagamente un nombre que Dio menciono una vez tiempo atrás.

¿Seria ese nombre el de alguien especial?

En ese momento estaban nuevamente en la biblioteca, momento en que Dio detuvo el tiempo, Jonathan pudo ver una ligera pizca de miedo en su mirada. No dijeron nada por unos segundos y se hubieran quedado así sí tuvieran todo el tiempo del mundo, cosa que, lastimosamente, no tienen.

—Aceptó el trato, Dio.

Diría que esa fue la primera vez que vio a Dio sonreir de manera genuina, sin fingir, sin malas intenciones: Con una felicidad real, con un sentimiento que le hizo feliz también.

Pero Dio es malo, ruin, egoísta y mentiroso, eso nunca va a cambiar, y Jonathan es un tonto que sigue creyendo en él solo por haber visto tan bonita y brillante sonrisa.

Esa misma noche, Dio asesinó a más de veinte hombres con la intención de buscarle un nuevo cuerpo porque claro, Dio no le va a devolver el suyo. Y por supuesto, Jonathan acompaña a Dio en su masacre por que no puede alejarse de él, solo puede mantener la cabeza gacha y sentir ligeramente el cómo Dio llena sus manos de sangre.

Dio busca el cuerpo perfecto para Jonathan, uno fuerte, entrenado, y con la sangre dulce donde el hombre número 37 es el elegido. Donde el pobre ingrato pierde la cabeza y obtiene la de Jonathan.

Jonathan suspira y toma ese cuerpo para sí. Entonces Dio derrama su propia sangre tanto en el cráneo como en el cuello.

Pasan minutos donde el tejido se recupera y la piel toma color lentamente. Dio sabe que esta vivo, que Jonathan está ahí, respirando y con pulso pero no abre los ojos, ni la boca. Le tomará tiempo recuperarse y acostumbrarse.

Y una vez que eso pase, Dio reclamara a Jonathan enteramente como suyo; Ya tiene su cuerpo, su sangre pero no sus ojos, ni su cabello, ni sus labios, ni su mente y ese es el equivalente a cero.

Quiere todo o no quiere nada.

Quiere a Jonathan y a nadie más.

Besa la frente del hombre dormido y se siente extraño. Se siente raro. Tampoco es como si nunca hubiese besado a otro hombre pero con Jonathan es distinto. Tampoco se siente como cuando besa a una mujer. Es que no se parece a algo que haya sentido antes.

De su frente pasa a su mejillas que están rosadas con difuminadas manchas de sangre, de su sangre. La piel es suave, está palida y está a punto de ser hueso pero no lo hace, la cabeza de Jonathan se sigue aferrando a la vida con fuerza y Dio quiere saber por qué si fue Jonathan quien lo sujeto con todas sus fuerzas entre sus brazos hasta su último aliento, si fue Jonathan el responsable de todo.

De no haber sido por Jonathan, ellos nunca hubieran peleado, Dio hubiera ganado sin tener que recurrir a usar la estúpida máscara y final feliz, pero Jonathan...

Jonathan es la causa de su respirar, de su vivir, es a quien más ha admirado por su fuerza y tenacidad.

Jonathan es su todo, y Dio esta dispuesto a darle todo, cosa que nunca va a admitir en voz alta.

Cierra sus ojos y le da un casto beso en los labios. Es el beso más sincero y el más hermoso que nunca le ha dado a nadie.

Decide quedarse al lado suya para ser el primero que Jonathan vea al despertar en caso de hacerlo pronto.

Fue por eso que decide quedarse ahí, en Egipto, a sabiendas de que dos descendientes de Jonathan se dirigen allí con la intención de matarlo.

¡Qué lo intentarán! ¡Él era inmortal! ¡Y con Jonathan a su lado sería completamente invencible!

En el MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora