Parte 14 - Final

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Los hechos y acciones son mucho más significativos que palabras vacías que fueron dichas al aire en un momento de adrenalina.

¿Sabes? En el mundo, el tiempo pasa demasiado rápido: No sabes que es lo que tienes hasta que lo pierdes y él, todo lo que tuvo lo perdió y no es consciente de ello.

Primero fue su madre, Danny, George, Erina, Zeppeli, Speedwagon, George II, Elizabeth y todos aquellos que no tuvo la fortuna de conocer en persona. Aquellos que sólo vio en fotos o escucho alguna vez de boca de Dio cuando estaban los dos.

Y no puede recordar a nadie más que Dio, hasta ese día al menos.

Fueron 14 palabras dichas demasiado rápido.

"Escalera de caracol"

Los ojos de Jolyne estaban aterrados: Plagados en miedo.

"Escarabajo rinoceronte"

La mirada de Jotaro era una que nunca había visto en fotos.

"Camino de desolación"

Josuke corría lo más rápido que podía mientras se sujetaba su hombro herido hacia Pucci.

"Tarta de higo"

Giorno estaba ahí, con el cabello estropeado y el ceño fruncido. No lo suficientemente cerca a Pucci.

"Escarabajo rinoceronte"

La sonrisa de Dio era enorme.

"Vía dolorosa"

La voz de Pucci se escucha cada vez más fuerte.

"Escarabajo rinoceronte"

Le recorre un escalofrío de cabeza a pies.

"Punto de Singularidad"

Un pitido inunda sus oídos.

"Giotto"

Todo pasa en cámara lenta.

"Ángel"

Puede escuchar un tic tac en su cabeza. ¿Cómo era que solía llamarse a sí mismo?

"Hortensia"

La sangre brilla reflejada a la luz del sol y la luna y Jonathan se cuestiona si aquello es realmente hermoso.

"Escarabajo rinoceronte"

Un rostro lleno de pavor, una persona cuyo cuerpo tiembla de miedo, de incertidumbre, de impotencia. Ojos que no brillan con esperanza... A eso él nunca le llamaría belleza y se da cuenta del miedo y asco que esta sintiendo.

"Punto de Singularidad"

¿Qué demonios ha estado haciendo? ¡Así no es él! ¿¡Dónde está lo que juró proteger!?

Jonathan respira profundo e interrumpe a Pucci:

—¡Emperador secreto!

La expresión en el rostro de Dio... Era humana: Lo más humano que ese hombre podría llegar a ser fundido en pánico y confusión.

Jonathan siente la base de su cuello estirarse y cortarse creándose así la misma marca que le fue dada al nacer.

Pucci desciende de los cielos temblando, buscando a Dio con la mirada.

Se hace de día, de pronto es de noche y luego es de día nuevamente. El reloj avanza tan pero tan rápido que la luz del sol no alcanza a quemar a Dio y pronto se detiene al amanecer de un nuevo día.

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