Parte 13 - Invencible

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Nota: Agregué una imagen a la parte 11.

Capítulo más o menos cortito, perdón por eso. Este fragmento iba con la parte anterior (12) pero se me fue.

[...]

En este mundo hay pocas cosas que le hacen dudar: Una de ellas es cuando ve ciertas fotos de personas muy específicas que llevan una marca de nacimiento en particular.

Le hace doler el cuello, las cicatrices arden y cerca de su hombro nace un ardor indescriptible acompañado de dolor de cabeza.

Entonces Jonathan no puede dejar de ver la fotografía de Italia, la del hombre de cabello rubio y ojos verdes. Se siente raro y es extraño por que siente que lo conoce de toda la vida, que puede acercarse y preguntarle cómo ha estado como lo haría con un familiar lejano, más la necesidad de protegerlo como a un hijo.

Luego está la sensación de sentirse ligeramente acorralado: Siente que algo viene hacia él desde distintas direcciones y él va a quedar en medio de todo el caos.

Jonathan voltea a ver a Dio que sostiene un libro entre sus manos con un bolígrafo y el rubio nisiquera tiene que voltearse para notarlo.

—¿Pasa algo? —Pregunta y Jonathan, por instinto, esconde la foto y toma uno de los tantos libros que adornan el sitio.

—No es nada. —Mira el libro. La fotografía de un hombre junto con dos niños adorna la portada y se excusa con lo primero que llega a su mente —... Solo pensé que quizás, en otra vida, podrías haber sido un gran padre.

Dio voltea hacia Jonathan.

—Jojo —Dio le llama y él levanta la vista del libro para verlo a los ojos y en menos de un segundo, Dio esta frente a él a una palma de distancia.

Las manos del rubio toman sus mejillas y su vista no se aparta ni un poco de su rostro.

—¿Qué estás insinuando? Yo, Dio, de haber tenido un hijo este sería destinado a la grandeza: ¡Él cumpliría con todo lo que se proponga! —Aclara a sabiendas de que Jojo le ha mentido pero, ¿él, Dio, con un hijo?

—Sí... —Jonathan improvisa, y acaricia la mejilla de Dio y sonríe ya convencido de su mentira —Sería igual a ti.

Lentamente, las manos de Dio bajan de su rostro, deslizándose por su cuello en un abrazo atrayendolo hacia él. Jonathan suda frío y Dio puede verlo de cerca.

—¿Qué viste en esa foto que tanto escondes, Jonathan? —Dio cuestiona y Jojo sabe que no puede mentirle a alguien que sabe todo de él: Desde que Dio vio el alma que contiene su cuerpo sabe que no puede mentirle.

—Yo sé que... Siento algo parecido al sentimiento cuando me muestras fotos de los Joestars —Confiesa. —Y eso es...

Su voz suena más baja de lo que espera. Como un susurro y la de Dio es igual.

—Jojo, yo, Dio, protegeré todo aquello que te importa.

Y Jonathan ve belleza.

—Tú eres — Jonathan alza la voz. Tartamudea por un segundo y continúa: —Tú eres todo lo que me importa.

Entonces y solo entonces ahí, se permite por primera vez ser arrastrado al más profundo infierno.

Dio se siente invencible.

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