Recordaba claramente la primera vez que detuvo el tiempo, como el mundo a su alrededor se pauso y solo pudo escuchar el sonido de su respiración.
Pero cuando giro la mirada, por unos segundos, pudo ver la silueta de quien tanto había odiado y admirado en su momento; El único que pudo vencerlo hace tantos años, el único que lo llamó hermano, el único que lo tomó de la mano y pudo ver más allá de sus ojos.
Creyó estar alucinando, que aquél hombre no podía estar ahí puesto que él mismo lo había matado y guardaba su cabeza con recelo en un lugar donde nadie pudiera encontrarlo. Solo él, Dio, podía ir a verlo, visitarlo, hablarle y presumir lo bien que estaba haciendo las cosas desde su partida.
Tan pronto lo vio desapareció pero aún sentía que él estaba ahí, observando, escuchando, sintiendo cada fibra de su ser, del cuerpo que le había robado.
Enyaba notó su mirada perdida en algún punto de la pared, preguntándole cómo se encontraba y Dio no dijo nada. No le respondió a la vieja mujer ni dejó de mirar el lugar donde antes había visto a Jonathan.
Jonathan, Jonathan, Jonathan... Todo parecía llevarlo nuevamente a él.
Enyaba se marchó a seguir con su trabajo y él volvió a su enorme biblioteca oscura. Aún quería seguir leyendo pero no encontraba los animos para alzar su brazo y tomar un libro.
Terminó recorriendo los pasillos de su biblioteca, vagando en sus recuerdos de Jonathan, acariciando los lomos de los libros hasta que se detuvo en uno al azar. Lo sacó de la estantería y lo miró.
Era uno de geología, uno antiguo que recordaba haber visto a Jonathan leer en algún momento de su vida, cuando ambos eran jóvenes.
—The World.
Y ahí estaba otra vez, Jonathan mirándolo con curiosidad: No estaba la típica mirada suya de inocencia o de cariño, ni una de odio o rencor. Sólo Jonathan mirándolo como si no lo conociera.
—Jojo... —Le llamó y para su sorpresa, Jonathan reaccionó a su llamado.
—Dio. —Lo vio soltar una pequeña risita y sonreír—¿puedes verme?
—¿Estás vivo? —preguntó Dio. Era lo único que salió de sus labios. Dios, ¿cuánto tiempo había pasado desde que escuchó su voz y desde que vio sus ojos?
Jonathan negó. —No estoy vivo pero tampoco estoy muerto. Mi alma sigue aferrada a mi cuerpo. Sigue en el mundo de los vivos.
Dio respiro hondo, manteniendo su compostura. Parecía un chiste que el destino jugará con él de esa forma.
—¿No puedes desaparecer y ya? ¿Por qué aparecer hasta ahora? —Espetó.
—Nunca me fui de tu lado —Aclara y mira hacia otro lado —. Por mucho que me alejé terminó volviendo a ti, por mucho que odie lo que haces no puedo hacer nada para detenerte, Dio.
En ese instante, Jonathan desapareció, dándose cuenta de que el tiempo se renaudaba no pudo evitar morderse el labio, molesto de solo poder detener el tiempo tan pocos segundos.
—¡The World! —volvió a llamar a su stand y Jonathan volvió a aparecer frente a él.
Lo primero que hizo fue asestar un puñetazo en el rostro de Jonathan, que para sorpresa de Jojo, el golpe le dio de lleno tirandolo al suelo.
—Estas muerto, Jojo. Tú cuerpo ahora es mío. Puedes olvidarlo y marcharte o bien decirme qué es lo que se siente —escupió Dio, con odio, el mismo que le profeso hace años —. ¿Qué se siente que llene tus manos de sangre? ¿Qué se siente que yo, Dio, use tu cuerpo a mi antojo? ¿Cómo se siente, Jojo?
Jonathan se levantó, frunció el ceño e intentó asestar le una patada, pero su pierna solo atravesó a Dio.
—¿Qué sucede Jojo? ¿Perdiste tu fuerza o ser un fantasma te la quitó? — Dio apretó el libro en sus manos y se dio media vuelta a la vez que el tiempo volvía a su curso. Se dirigió hasta su sofá y tomó asiento dispuesto a echarle un vistazo a aquel libro que antes había tomado —¡The World!
—No lo sé — Susurró Jonathan que ya estaba sentado a su lado. ¿En qué momento lo hizo? —Solo puedo interactuar con el mundo cuando haces eso. El resto del tiempo soy invisible, mudo e inútil.
Jonathan estiro su mano hacia la mejilla de Dio acariciándole con cuidado. Su mano se sentía cálida hasta que de un segundo a otro dejó de sentirla y esta atravesó su rostro.
—No puedo hacer nada.
Y sin saberlo Jonathan estaba irritando a Dio. ¿Cómo podía considerarse un inútil cuando es él único hombre al que él, Dio, le inspira respeto y admiración? Lo peor era que Jonathan no hacía ni una mueca de tristeza, mucho menos de felicidad. Sólo mantenía sus ojos fijos en los de él, brillando con una luz que sólo él poseía.
—Jojo...
Y el tiempo vuelve a su curso. Entonces Dio frunce el ceño: Puede detener el tiempo y aún así, no tiene el tiempo suficiente.
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En el Mundo
Fanfiction"La primera vez que Dio uso su stand pudo ver al fantasma de Jonathan, más desea traerlo a la vida. Unos segundos no son suficientes para él." 🚨Jonathan x Dio [Jonadio/Diojona] 🚨Spoilers de Stone Ocean. 🚨La idea original viene de un doujinshi d...