Llevo toda la noche pensando, secándome las lágrimas con la manga de mi pijama y buscando algúna explicación ante todo lo sucedido. No puedo dormir, algo me lo impide. No doy más que vueltas y vueltas en la cama. Cada vez estoy peor y más hundida. Solo de pensar en esa foto me entran ganas de escupirle en la cara de Dylan y a la vez de llorar. No tendría por qué llorar y estar triste, somos amigos y él es libre de hacer lo que quiera pero aún así, me jode porque pensaba que él era diferente, pensaba que había una conexión especial entre nosotros, tenia algo que le hacía diferente a los demás y como siempre, estaba equivocada. Me pongo los brazos debajo de mi cabeza y me quedo mirando el techo, en el cual tengo pegado un póster que hice de una foto en el que salimos Lucia, Kate y yo abrazadas en la playa con unas mantas alrededor. Salimos sonriendo. Esa foto me gusta tanto. Me gusta porque en ese momento nos lo estábamos pasando tan bien. Estábamos felices y nuestras sonrisas eras verdaderas. Nos reíamos hasta tener dolor de barriga y cuando veo la foto, me doy cuenta de que siempre las tendré, en las buenas y en las malas. Y que igual que ahora estamos pasando por malos momentos, pronto volveremos a estar contentas y mostrando nuestras sonrisas al mundo, y como no, juntas.
Sonrío para mí misma y más lágrimas vuelven a derramarse por mis mejillas al recordar los viejos momentos. Esta vez no sé si lloro de emoción o pena, pero no puedo parar de hacerlo. Me giro para el lado de la mesita y miro el reloj que hay enciman. Marca las 04:35h. Me levanto de la cama poco a poco, con cuidado de no hacer ruido, y busco mi móvil. Una vez lo encuentro, cojo mis auriculares que estaban en la mesita, y pongo la música con el fín de relajarme y poder dormir.
Está sonando: ''Fix You''.
Escucho un pitido pero me pienso que forma parte del sueño y no le doy importancia.
-¡Claudia, el teléfono!
Giro mi cabeza hacía el otro lado con los ojos todavía cerrados.
-¡Claudia, coge el telefóno ahora mismo! -mi madre grita desde el comedor-. Es Lucia.
Intento abrir los ojos, poco a poco, y cojo el teléfono que hay en mi mesita.
-¿Sí? -digo con voz ronca y sin fuerzas.
-Uy, ¿te he despertado? Lo siento mucho -Lucia se ríe.
-No te preocupes. Dime, ¿ha pasado algo?
-No, solo que había pensado en salir. Así nos olvidamos un poco de todo y desconectamos. Supongo que ningúna de las tres habrá podido dormir y por eso lo decía.
A veces pienso que Lucia nos espía desde su habitación porque no sé como, siempre acierta con todo.
-Buena idea, aunque me da bastante pereza. Con lo bien que se está en la camita...
-Va, no seas tan vaga y vístete. Solo falta avisarle a Kate. Reza por que diga que sí.
Y antes de poder contestarle, cuelga. Ahora mismo mis ganas de salir están por los suelos. Lo único que quiero es quedarme todo el día metida en la cama pero bueno, supongo que un rato distraída me vendrá bien. Me visto a paso lento y después me pongo un poco de maquillaje debajo de las ojos para tapar las ojeras. Me cepillo el pelo, me hago un moño y bajo las escaleras hasta llegar a la cocina.
-¡Buenos días, cariño! -mi madre me recibe con un beso. Cojo una tostada untada con Nutella y cojo mi móvil para ver un mensaje que acabo de recibir: <<Te paso a picar ahora, a las 11 te quiero ver en la puerta.>>
-Mamá me voy, he quedado.
-Está bien, tener cuidado.
Me despido con un beso y salgo por la puerta justo cuando Lucia está a punto de tocar el timbre.
