Un cielo

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El cielo es "el fin último y la realización de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha". 

Y San Pablo escribe: "Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó por pensamiento de hombre las cosas que Dios ha preparado para los que le aman". 

Después del juicio particular, los que mueren en la gracia y la amistad de Dios y están perfectamente purificados van al cielo. Viven en Dios, lo ven tal cual es. Están para siempre con Cristo. Son para siempre semejantes a Dios, gozan de su felicidad, de su Bien, de la Verdad y de la Belleza de Dios.

Se dice que el cielo es el renovado Jardín del Edén, un lugar de luz y de gozo, se reafirma que esta lleno de paz, alegría y vida eterna para aquellos dignos merecedores de entrar en el.

Entre ellos están los llamados ángeles de Dios, servidores y mensajeros del todo Poderoso, criaturas puramente espirituales, inteligentes y con voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello. 

Enviados a resguardar, vigilar y perseverar la paz en la tierra, siendo guardianes y guerreros listos para ejecutar y sentenciar a los entes perversos y a las tentaciones que el maligno deja a rienda suelta entre seres tan débiles de mente, cuerpo y espíritu .

Esa es una de las principales razones por la que los ángeles están entre nosotros, cuidarnos de la maldad que nos rodea y de los pecados que se desenvuelven mas rápido.

Aun así, no todos los ángeles de Dios van a la tierra, no todos son lo suficientemente fuertes para estar cerca de la impureza de este nuevo mundo mundano, un mundo que se cae a pedazos frente a ellos, la avaricia del poder podría hacerlos caer, la gula se convertiría en un pozo sin fondo, la envidia su punto de quiebre, la pereza una vergüenza para seres tan joviales, la ira los haría ahogarse dentro de sangre sucia y maldita, sus blanquecinas y brillantes dejarían de ser las mismas...estarían obscuras y muertas....y la lujuria...ellos acabarían perdiéndose a ellos mismo, acabarían siendo esclavos del deseo carnal y de un placer pecaminoso permitiéndose servirles a un falso Dios, a una falsa pasión, acabando en perder su pureza, siendo desterrados del reino de Dios, pagando sus mundicias en el purgatorio o en el infierno.

Era en es entonces en que se preguntaba ¿valía la pena salvar a seres que estaban condenados, cuando ellos también tenían mucho que perder?

La respuesta a eso era un si.

El Poderoso dice "da lo otra mejilla" y " ama a tu prójimo como a ti mismo".

Ademas el hombre esta hecho a imagen y semejanza de Dios, y ante eso no podía; pero el quería comprobar eso, ver un poco mas allá de las puertas del cielo y ser espectador de la convivencia de los humanos en la tierra.


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