Conociendo el infierno

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Los médicos y guardias arrastraban el cuerpo drogado de James, mientras que su ángel flotaba por encima suyo, protegiendo lo que a su inocente parecer era "cansancio humano" creer que estaba en un profundo sueño para no darse cuenta de la cruel realidad.

Si, el era inocente, pero lograba reconocer el peligro que rodeaba a su protegido.

Caminaron un poco mas, dos puertas se abrieron ante su presencia y, al igual que la anterior, esta tenia diversas maquinas pero ninguna camilla o artefactos médicos, y en todo el centro de la habitación había un silla muy extraña en donde sentaron a Bucky y lo ataron a ella con barras de metal.

Peter tomo lugar a su lado tomándolo de la mano, concentrado en transmitirle calma en sus sueños, pensó en uno de los recuerdos que había leído en el pergamino, uno de su niñez, quizás eso le saque un mínima sonrisa a Bucky.

Un pequeño niño de cabellos castaños oscuros jugaba con dos caballitos de madera que su tío Felix le había tallado en su cumpleaños anterior, jugaba a los vaqueros y los ladrones, el era el vaquero, también era el ladrón...con sus apenas 10 años no tenia muchos amigos con quienes jugar a los vaqueros, pero el así era feliz en su propio mundo el podía ser cualquier cosa que desee.

YIIIIJAAA corre mi fiel corcel el ladrón se nos escapa!.

Tomo a su "caballo", comenzó a relinchar y a trotar como si fuera uno de verdad, mientras caminaba por toda la plaza principal de Brooklyn.

Fue bajando la velocidad cuando escucho sollozos, empuño su pistola (de papel) y se acerco a un arbusto de pequeñas flores rojas, en sus ojitos había confusión, curiosidad y determinación, aunque su cuerpesito temblara de miedo. Le dio la vuelta al arbusto, cerro los ojos con fuerza y le apunto.

-¡¡Las manos en alto!!.

Un grito muy agudo se escucho, como reflejo James tapo su carita dejando caer los caballitos y la pistola. Cuando no escucho nada mas que un sollozo ligero, entre abrió sus deditos sin quitar las manos de su cara.

En el pasto recostado del arbusto estaba un niño mas pequeño que el, tenia el cabello rubio y ojos azul verdoso, sus mejillas estaban empapadas de lagrimas abrazándose a si mismo.

-Hola.-dijo James bajito.

Al ver que el niño no respondía decidió volver a intentar, acercándose a el.

-Te caíste?.-pregunto viendo algo de sangre en su rodilla izquierda y uno que otro rasguño en sus manitas.

De su bolsillo derecho saco un pañuelo de lana blanco, del otro saco una bolsa con galletas.-te ayudo.

No era muy bueno curando las heridas, pero por lo menos le estaba quitan la tierra de encima.

-Mmm se ve mejor que antes, toma.-le extendió una galleta de avena y el contrario la tomo dudoso.

-Gracias.-dijo.

-Vaya si hablas, ¿como te caíste?.

El otro niño se tenso un poco y avergonzado dijo.-Yo...estaba caminado por aquí y por accidente...choque con un niño grande...pero fue sin culpa es que venia distraído y el me empujo.

-¿Y porque no te defendiste?.-Pregunto molesto mientras mordía su galleta.

-No puedo.-comento jugando con las trenzas de sus botas desgastadas, si detallaba al mas pequeño, podría notar su delgadez y que era bastante bajito para un niño de su edad, pero prefirió ignorar.

Living proof-winterSpiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora