Pequeño Querubín

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Peter no podía quejarse de lo maravillosa que ha sido la "vida" con el.

Era el paraíso, y desde que posee memoria siempre a sido feliz allí.

Su padre celestial y los Arcángeles trataban a cada pequeño serafín, tronos y querubines- como el- con todo el amor existente.

Al ser un querubín tenia la labor de ser guardián de la luz y las estrellas, no era un trabajo como el de los serafines mostrando sus habilidades en el canto y la alabanza al Poderoso, pero-según el- no tenia vocación para eso.

Por otro lado estaban los Tronos, ellos llevaban el registro de las acciones de los hombres, pero el era olvidadizo, así que solo lo obviaba.

El hubiera preferido ser un ángel guardián, ellos se relacionaban con los humanos, esa criaturas misteriosas de los que sus hermanos arcángeles le hablaban poco, pequeñas platicas cuando se veían, sus hermanos siempre estaban resguardando la paz en los alrededores del renovado Jardín del Edén, y los querubines como el....pues cuidaban de las estrellas en el cielo.

Ese era su lugar, en lo alto de la noche, pintándola de luz para que el camino de los humanos se llene de pequeños puntos de esperanza y cuando las vean, logren ser tan feliz como lo era el.

Aunque, a pesar de ser ángel de Dios y tenia que ser divinamente perfecto y hacerlo correcto, el a escondidas del resto de sus hermanos, bajaba solo de vez en cuando de la oscuridad de la noche, a observar algunas de los animalitos que preceden en la tierra, sin llegar a tocarla , siempre arriba de las nubes volando con sus hermosas alas blanquecinas.

Esa era una de la razones por las que quería ser ascendido a ángel guardián, anhelaba bajar y poder caminar entre los humanos, quizás ellos no lo verán, pero eso no importaba tanto, el quería estudiarlos de cerca.

Por eso hablo con Rafael y Miguel, Arcángeles muy importantes, para que intercedieran por el con su Señor, y era la misma razón por la que esperaba afuera del palacio celestial, mientras ellos hablaban, el moría de nervios.

Me abre pasado un poquito.-pensó jugando con sus pequeñas manos y creyó que las plumas de sus alas saldrían volando cuando las gigantescas puertas de la entrada del palacio se abrían dejando ver a sus hermanos.

-Hermanos.-los llamo haciendo una pequeña reverencia.-que les ha dicho Padre.

-Calma Peter.-dijo Rafael acariciando sus cabellos castaños.-Padre quiere hablar contigo.

-Se ha molestado por mi petición ¿no es cierto?.-pregunto angustiado.

-Tenes que entender, no es normal que un querubín quiera bajar a la tierra y ser guardián de los hombres.-comento Miguel aclarando la extraña petición del pequeño querubín que no hacia mas que temblar.

-Lo se, pero es mi sueño, sonara avaricioso, pero solo quisiera un poco mas que estar eternamente ocupándome de las constelaciones.

-Ni aunque quisieras podrías tener un mínimo de avaricia en tu pequeño cuerpo Peter.-comento Rafael sonriendole dulcemente, de todos los ángeles, el siempre ha sido el mas cercano a el.

-Tienes razón, pero eso no quita el hecho de que padre desea hablar contigo, ve el te espera.

Con una sonrisa y un abrazo se despidieron del querubín que entraba tímidamente al palacio del celestial, habían pasado siglos desde la ultima vez que hablo con su padre, y ahora lo hacia para pedir algo, eso era una falta de respeto, cerro la puerta detrás de el  y contemplo a Padre quien extendió su mano hacia el.

-Acércate Peter, no temas.-dijo sonriendo como siempre.

-No tengo miedo señor, solo estoy algo nervioso.

-Ja ja ¿pero porque pequeño querubín? acaso has cometido alguna falta.-el ángel negó repetidas veces.-y entonces ¿que te agobia el corazón?.

-Padre yo, le he pedido a Miguel y a Rafael para que intercedan por mi, yo...deseo ir a la tierra Señor, deseo recorrer las praderas, nadar con las bestias de que se ocultan en el agua, proteger a un humano...deseo ser un guardián Padre.

-Aah.-suspiro por lo bajo.-ya sabia eso pequeño ciervo.

-¿E-enserio?

-Hijo, lo se todo, tu anhelo por conocer al hombre no es desconocido para mi, mi pregunta es ¿porque?

-No me malinterprete Padre, amo estar aquí o en lo mas alto del cielo entre las estrellas, amo estar entre mis hermanos y hermanas y con usted, pero...

-Quisieras mas.-concluyo

-Lo siento por mi impertinencia Padre.-respondió agachando la cabeza, se sentía como un oportunista.

Su Padre por otro lado tomo su mentón para poder observarlo mejor.-no tienes nada de que disculparte, en realidad yo también he pensado en llevarte allá.-el querubín lo miro con ojos de esperanza y su boquita abierta.-solo que no se si puedas con ello...el mundo no es como aparenta Peter, ¿crees que puedas con ello?

Peter no necesitaba tiempo para pensarlo, el quería eso.

-Si padre, yo podre con ello.-Sonrió en grande cuando su mayor se levanto de su trono haciendo entender que lo siguiera.

Caminaron por un largo pasillo donde a lo lejos se veía una puerta de tono azul, al llegar ahí la puerta se abrió dejado ver lo que parecía ser una biblioteca, habían miles o millones de pergaminos y cartas por doquier, su Señor camino hacia uno de los estantes sacando un pergamino color beige con bordes dorados, pero se podía leer un nombre muy claro.

-Estos pequeño querubín, son los recuerdos de tu protegido, léelos, analizalos y compréndelos, lo necesitaras para entender su historia...la mayoría de los ángeles guardianes protegen a recién nacidos, pero este es un caso peculiar y por ello lo conocerás siendo un hombre y no un niño, tu deber es proteger y guiar, pero no puedes interceder por el en acciones que haga o en dado caso que suceda, si ha llegado la hora de su muerte y tenga que ser juzgado en el purgatorio, tu no podrás hacer nada por el, entiendes eso Peter.

-Si.-respondió seguro.

-De acuerdo has tomado tu decisión, date la vuelta.

El querubín obedeció y sintió un pequeño cosquilleo en sus alas.-ahora aletea suavemente.-en el momento que extendió sus alas noto que eran mas grandes, revoloteo sin problema alguno.

-¿Que debo hacer ahora Padre?.-respondió con el pergamino en sus manos observando las letras en dorado.

-Lo único que tienes que hacer es cumplir tu misión Ángel Guardián.

-¿Y como reconoceré a mi protegido?.-pregunto dudoso.

-Lo harás sin que yo te lo diga, ahora cierra tus ojos y ve.


Living proof-winterSpiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora