Hace mucho tiempo había comenzado su vida, específicamente en 1756.
En una zona alejada de la ciudad, en medio de un enorme sembradío de trigo y girasoles una hermosa mujer de cabellos oscuros y ojos avellana tenia la tarea mas dura de la vida.
Labor de parto.
Su esposo a un lado de la cama, mientras el medico ejercía su labor con valentía. Le daba apoyo y no soltó su mano en ningún momento, secaba el sudor de su frente y le decía que todo iba a estar bien, ella era una luchadora y podría con ello.
Después de tres largas horas el llanto del recién nacido resonó en toda la habitación, su pequeño niño había nacido. Ahora eran una familia, pequeña si, pero el amor era mas grande que el cielo.
El tiempo transcurría y ese bebe nacido entre trigo y girasoles ya no era un bebe, ahora era un joven de valores humanos, ni tan alto ni tan bajo, de sedosa cabellera castaña heredada de su padre, pecas que adornaban su rostro, ojos chocolates como los de la mujer que le dio la vida y sus finos labios eran el marco de una sonrisa luminosa.
Trabajaban en el campo, el comercio de harina era uno de los principales productos en exportaciones y el principal soporte económico para ellos. Ademas tenia un trabajo especial, ayudaba a su madre vendiendo los girasoles que brotaban en primavera y verano.
En esta época de primavera era especial porque el sembradero estaba mejor que nunca, el trigo dorado era recogido por el señor Holland y su hijo, ambos con un sombreros de paja grandes.
-Con cuidado Peter, recuerda que deben estar enteros no como si un gato los hubieran sacado.- regaño el señor ahora canoso por la edad.
-No se preocupe padre, esto ya esta listo.- menciono cerrando el ultimo saco de trigo.
-Lo llevaremos a la ciudad desde de almorzar.- dijo tendiéndole un pañuelo con el cual secarse.- toma lleva estos tres con los otros y yo llevo estos cuatro.
-No.-le interrumpió.- tu lleva una yo llevare el resto.
-Hijo...
-Y dile a mama que tenga mi almuerzo listo que voy muy hambriento.-dijo regalandole una sonrisa.
-Tu mama me va regañar.
-Y yo a ti por ser tan terco.
-Bien ok, me rindo.- dijo finalmente tomando la bolsa.-no esperes a que la comida se enfrié Peter.
-Si pa'.
Suspiro al ver la cantidad de bolsas que debía llevar a la carreta.
Fueron treinta minutos de ida y vuelta, una hora y cuando estaba en dirección al comedor la voz de su madre le llamo la atención.
-Jeffry, debes tener mas cuidado cielo.- se escucho preocupada.- no quiero perderte, Peter y tu son mi razón de vivir.
-Cielo... ya estoy viejo, nada es eterno mi amor.
-Pero...
-Escucha, estaré con ustedes hasta que de mi ultimo aliento... no llores bonita.-beso su frente algo arrugada por la edad.- Peter no debe tardar.
Ellos no sabían que había escuchado todo y el peso del mundo se le vino encima, las lagrimas traidoras amenazaron con salir y burlarse de la situación, pero no, el debía ser fuerte, por sus padres debía sacar fuerzas hasta debajo de las piedras.
...
-Padre, madre, basta.- trato de calmar a sus mayores, ¿porque? sencillo, iría solo a dejar los sacos de trigo y el solo vendería los girasoles en una tarde, dejando les en claro a sus padres de que puede con ello como un adulto, aunque el motivo principal sea otro.
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Living proof-winterSpider
Fanfiction-Mi mayor anhelo es poder salvarte de los demonios que te siguen atando al dolor, y de igual manera que puedas extender tus alas y volar por ti mismo -No puedes...estoy maldito...y tu eres.. -Soy quien te dará esas alas -Winterspider -Mención de tem...