Alas

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A oscuras se encontraba la enorme mansión ubicada en el centro de Turín, dormía abrazado a su osito de peluche y arropado con cobijas de ceda. Su cabello castaño caía graciosamente sobre su frente tapando sus ojos, tenia la boquita levemente abierta soltando suaves ronquidos. Esa noche era cálida, fresca; el viento entraba por la ventana que su madre había dejado abierta con la condición de que se acostara temprano y como su nana se tuvo que irse a su casa, con su familia y el bueno...esperaría a que papa y mama volvieran de la fiesta de los socios del primero.

Al lado de la cama estaba Minnie, un cachorro de gato de no mas de dos meses de nacido con pelaje brillante, color caramelo. Dormía como un bebe al lado de su dueño en forma de bolita para entrar en calor.

Se puso alerta al escuchar ruidos en la planta baja de la casa, sus orejitas puntiagudas y a la perspectivas.

El pobre gato era del tamaño de una mano abierta, alzo su colita, después mantuvo su peso en la parte inferior de su cuerpo juntando su patitas y salto cayendo de cabeza.

No todos los gatos caen de pie.

Corrió lo mas rápido que sus cortas extremidades le permitían, había alguien en la casa. Empezó a maullar lo mas fuerte que pudo, pero apenas era audible. Trato de subirse a la cama llamando la atención del nene que despertó desorientado. Tallo sus ojos y quito las alagañas, se estiro para tomar al minino acurrucándolo en su pechito, sintiendo los latidos erráticos en su corazón. Dejo un besito en la nariz húmeda del gato y bajo de la cama, colocándose su calzado y a su oso en mano.

-Hai fame Minnie?.-pregunto dejando al pequeño en el suelo.

-Meoh~

-Ti capisco, anch'io ho fame all'alba.

Ambos bajaron por las escaleras, caminando a la cocina por un poco de leche y galletas. La leche para ambos y las galletas para el minino, le sirvió en su taza y este gustoso corrió a tropezones por ella. Tomo un taburete de madera, con el, subió a la alacena tomando un frasco llena de galletas que su nana le había dejado para el día siguiente.

Se sentó en el borde de la encimera comiendo, sus tiernas mejillas se llenaban, parecía un lindo hamster.

-Avevi molto appetito Minnie.- el minino no le presto ni las mas mínima atención, estaba mas concentrado en la rica leche.

Cuando terminaron con sus meriendas nocturnas, limpiaron las migajas y algo de leche derramada en el piso. No dejaría que sus padres supieran de su aventura a altas horas de la noche.

Ambos retornaron a la habitación, pasando por lo pasillos oscuros y vacíos, con decoración rustica que se reflejaba en los cuadro antiguos, el tapete vintage y algunos candelabros. A medida que avanzaban mas lejana se veía la habitación, cuando llegaron al final del ultimo pasillo lo que parecía ser una sombra los intercepto. Era alto con ropajes negro; parte de su rostro era tapado por una mascara dejando ver esos ojos fríos entre grises y azules como el invierno mismo. En su mano derecha yacía una carpeta con información valioso sobre Hydra y su ubicación en Rusia.

-Sei il cocco?.- pregunto el niño aferrándose fuerte al oso de peluche.

La cría de gato se escondía entre sus pies, temblando de miedo y el frió que apareció abrazándolos, aun con eso, miro a la derecha del hombre y su miedo desapareció, camino y después giro alrededor de lo que estuviera viendo, lo que era invisible para el niño.

El hombre hizo un semidoble con la carpeta y la apreso con su brazo. No quería, el de verdad no quería, pero las palabras fueron claras y contundentes.

Sin testigos, soldado

Peter concentro su atención al pequeño gatito restregándose entre sus pies, se inclino para acaricias aquellas orejitas acarameladas y el gato se removió en éxtasis ante esa manos suaves, mostrandole cuanto le gustaba con tiernos ronroneos, que eran opacados por los gritos ahogados del niño pidiendo respirar. Un hilo rojo bajo de su boca al igual que de su nariz después de que el hueso hioides y las cervicales hayan sido fracturadas, manchando la mano metálica, escurriendo gota a gota aquel liquido con sabor metálico.

Living proof-winterSpiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora