Cuando salieron de la habitación del hospital donde me encontraba, tenía las intenciones de escapar nuevamente pero no pude hacerlo, apenas y podía hablar.
La enfermera que vi apenas desperté regreso con unas cuantas frutas cortadas en trozos pequeños más un puré que parecía papilla para bebé la cual tenía un sabor un poco desagradable, me hacía recordar aquellos jarabes para la tos que saben horrendo, pero no me importó, mientras pasaba cada bocado pensar en el cachorro de esa noche y me sentí un poco nostálgica.
Cuando termine me dijeron que descansará, no era necesario decirlo, por fin pude dormir cómodamente otra vez, al despertar de la pequeña siesta la misma enfermera me dijo que tenía que quedarme internada un par de días más para poder asegurarse de que no sufriera ningún tipo de infección en las heridas.
La misma noche en que desperté la enfermera se acercó a mí mientras descansaba, comenzó a frotar suavemente mi mejilla con mucha ternura. Abrí mis ojos y le sonreí.
—Lo siento, ¿Te desperté?
—No, ¿Podrías seguir haciendo eso?
—Claro, todo lo que quieras.
Las caricias que recibía me relajaban tanto que me inducian el sueño nuevamente, me hacía recordar las noches que me escabullia dentro de la habitación de mi padre y dormía con él mientras me abrazaba.
—Señorita, ¿Cual es su nombre?—Pregunte tímidamente.
—Mi nombre es Samantha y ¿el tuyo?
—Soy Scarlet.
—Es un lindo nombre.—Sonrie sutilmente.
—G-gracias.—respondí sonrojada.
—Deberías descan...—Se vio interrumpida en medio de la oración.
—Sam, te necesitan en urgencias.—dijo otra enfermera desde la puerta de la habitación.
—Voy enseguida.—le respondió a la otra enfermera.—Pequeña sigue descansando, yo volveré más tarde.—Me dió un beso en la frente antes de caminar y salir por la puerta.
Dure en total 3 días hospitalizada antes de que me dieran de alta, los momentos allí fueron pacíficos. Mi madre no apareció ninguno de esos días así que emocionalmente podía estar tranquila.
Samantha iba a verme cada que pasaba cerca de mi habitación, durante las 3 noches se acercaba y se ponía a hablar conmigo, le gustaba preguntarme cosas de mi vida, y yo felizmente contaba todo lo relacionado a mi padre mientras estuvo vivo.
Hubo un momento donde ella quiso indagar sobre mi situación actual y me fue inevitable contarle la verdad sobre los hechos que motivaron mi huida de casa.
Aunque parezca extraño mientras lo conté no pude llorar, expuse todas las crueldades de esa mujer que decía llamarse mi madre, el daño físico, psicológico y emocional que recibí de ella, no quise guardarme nada. Al saber la experiencia que viví después de la muerte de mi padre.
La enfermera estupefacta dudaba en si creerme o no porque la versión que dió mi madre fue completamente diferente.
—Wow, wow, wow, Espera... ¿Vivías con tu papá?
—Si, hasta hace unos días que falleció.—mencioné con todo deprimente.
—Todo lo que dices es distinto a lo que dijo tu mamá en recepción.
—¿Que dijo ella?.—La mire Intrigada.
—Según ella, tú estabas jugando fuera de casa una noche mientras ella estaba adentro en la cocina, de un momento a otro escucho un grito y cuando salió ya no estabas, entonces fue a buscarte preocupada.

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Scarlet
Teen FictionNunca nada resulta como queremos. A veces naces en el lugar equivocado, sufriendo y viviendo un día a día que con el tiempo pierde sentido. Las esperanzas se pierden cuando las estrellas se apagan, sólo puedes mirar el camino y tratar de no tropezar...