"VI". Sal de mi cabeza

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  Aún me era sorprendente el hecho de que por fin podía estar tranquila y no tenía que preocuparme por nada del pasado, así como tampoco estaría sola de nuevo, ahora tenía alguien que estaría para mí cuando la necesitará... O eso creía.

  No había pasado nada desde que Steve y Jon habían partido, las cosas estaban calmas, yo aún seguía cerca de la puerta principal moviendo las cosas que Jon había traído a casa de Sam, cuando de repente el teléfono principal empezó a sonar.

  Samantha estaba algo lejos, así que no pudo atender inmediatamente, en lo que demoró en alcanzarlo la llamada se cortó, ninguna de las dos le dió importancia; pero... Las cosas estaban por volverse turbias.

  Sam se acercó hasta donde yo estaba, quiso ayudarme pero no se lo permití, fue ahí que el teléfono empezó a sonar nuevamente, la ayudé a acercarse empujando la silla de ruedas hasta la mesa donde se encontraba el teléfono, la dejé allí y seguí con lo que hacía.

  Atendió el teléfono y me fue inevitable el no escucharla.

—¿Aló?.. Sí, con ella habla.

—(...)

—Espere un segundo... ¿A que se refiere con eso?,—Lo que sea que le hayan dicho la hizo alterarse.

—(...)

—Esta conmigo justo ahora.—Se notaba que estaba molesta.

—(...)

—¡No voy a permitirlo!, ¡Gaste 2 años de mi vida para hacer el cambio, como para que venga alguien como usted y quiera arrebatarmela!,— Su rabia se hizo presente.

—(...)

—¡Espere!, ¡No puede hacerme esto!,—No se que era lo que le estaban diciendo pero hizo que cambiará de rabia a tristeza muy fácilmente.

—(...)

—¡NOOO!, ¿Por que?, ¿Por que tiene que pasar esto?,—Soltó el teléfono y comenzó a llorar, cubrió su rostro para que evitará verla, aún así me acerqué a ella.

  Yo estaba confundida, no tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando. Por sus palabras y la forma en que se expresó estaba casi segura que hablaban sobre mí; pero aún así quería comprobarlo.

—Mamá, ¿Estas bien?, ¿Paso algo?

—Tranquila, no pasa nada.—Ni siquiera quizo levantar su rostro para responder.

—No, no lo estás, mamá, ¿que ocurre?,—Intentaba que me lo dijera en ese momento pero fue inútil.

—Hija...

—¿Dime mamá?

—Por favor llama a mi hermano y dile que vuelva, usa mi celular... debe estar en el bolso que está sobre la cama.—Su depresión se desbordaba cada vez más rápido.

  Seguía sin entender nada; pero corrí hasta la habitación y busque el teléfono lo más rápido que pude, al intentar hacer la llamada note que estaba bloqueado así que fuí a pedirle la clave a Sam.

Cuando iba de regreso la escuché llorar, entonces me quedé parada detrás de la pared, en seguida empezó a hablar sola.

—¿Por que demonios me pasa esto a mí?, Siempre que intento hacer algo bueno me lo quieren arrebatar.—Apenas podía escucharla entre su soyoso.

  Hicimos todo lo correcto, para ayudarla, incluso la veo como mi propia hija.

¿¡Por que el mundo es tan injusto!?

  No voy a permitir que esos infelices me la quiten.

  Scarlet merece ser feliz.

  Aunque no había sido nada del otro mundo, quede en shock por lo que dijo. Cuando volví a la normalidad unos segundos mas tarde hice como si nada para poder salir a pedir la clave del teléfono.

ScarletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora