"VII". ¿A donde vamos?

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  Había algo en el ambiente que no me dejaba estar tranquila. Los demás, Steve, Sam e incluso Jon se notaban preocupados. Sabía que algo me estaban ocultando, más no sabía que era con certeza. Ya no había vuelta atrás, tenía que confiar en ellos.

  Debido a la oscuridad de la noche no podía ubicar dónde estábamos, fue hasta el momento donde Jon tomó la rampa que dirigía hacia la autopista que llevaba a la ciudad donde pude saberlo.

  Apenas entramos pude percatarme de un pequeño desvío que llevaba fuera de la carretera, este parecía abandonado o cerrado al público. Lo seguí con la mirada hasta perderlo de vista, por alguna razón me llamó la atención.

  El trayecto fue corto, cuando empecé a ver los edificios cada vez mas cerca se hacían más grandes a medida que pasábamos junto a ellos, fue algo extraño, no acostumbraba a ver esos lugares de noche, no los reconocía, parecería un mundo completamente diferente a lo que ya conocía.

  Todas las luces hacían ver hermosa aquella ciudad gris y deprimente que se observaba cuando era de día, en mi cabeza pude imaginar un millar de luciérnagas suspendidas en el aire, era realmente magnífica aquella imagen que estaba viendo.

  Mi fantasía fue algo breve pero sin embargo es un buen recuerdo.

  Unos 10 minutos mas tarde note que nos detuvimos en la acera frente a un edificio de unos 15 pisos aproximadamente, todas las paredes estaban cubiertas de vidrio polarizado que no permitían ver lo que había dentro. Sin dudar ese era el lugar más llamativo de la zona.

  Nuevamente Jon se detuvo y tomó algo de aire antes de salir.

—¿Estas bien?, Puedo ir solo si quieres,—Sugirió Steve.

—Tenemos que ir ambos, es lo mejor.

—Pongamonos en marcha entonces.—Añadió Steve algo dudoso.

—Tengan cuidado, por favor.—Agrego Samantha con tono de preocupación.

—Descuida no va a pasar nada.—Aseguro Jon con mucha seguridad.

  Jon dió un pequeño vistazo hacia donde yo estaba y me sonrió como su hermana solía hacerlo. Era la primera vez que lo veía sonreír de esa manera, asegurando que todo saldría bien de alguna forma. Percibí su mensaje aunque no estaba segura de qué me estaban protegiendo.

—Es hora, vayamos.—Dijo Jon después de acomodar su corbata en el retrovisor.

  Ambos salieron del auto y se dirigieron a la entrada principal del edificio, allí había un guardia quien los esperaba miestras vigilaba la entrada. Antes de llegar a la puerta sacaron de sus bolsillos una especie de identificación que mostraron para poder entrar. Se notaba su prisa así que el hombre que cuidaba el lugar corrió a abrirles el paso.

  Desde que entraron allí, el silencio fue perpetuo, tanto Samantha como yo no podíamos dejar de observar fijamente la entrada de aquel lugar desconocido para mí. Samantha me rodeó con sus brazos y me recostó en su pecho, como cuando se intenta calmar a un bebé, fue allí que me dijo nuevamente...

— No te preocupes, jamás te dejare sóla otra vez.—Solo pude verla a los ojos y callar mientras esperaba.

  Unos minutos más tarde Sam me avisó que ya estaban de vuelta. Me gire y los ví charlando amistosamente con el guardia de seguridad. Por lo visto eran amigos de ese sujeto ya que se despidieron de él con un abrazo fraternal para luego caminar a paso acelerado hasta el coche.

  Ambos apresurados entraron sin decir nada, pusieron una pila de documentos sobre el tablero del auto. No alcanzaba a ver de qué eran, pero su volumen era enorme casi era tan grande como una enciclopedia.

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