"V". Dos Tortolos

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  Aquel momento tan emotivo parecía irreal, por fin la vida me sonreía de buena gana, los recuerdos deprimentes se opacaban con tal dulzura que todo aquello parecía fantasioso; pero aunque sufrí, lloré, desee morir y perdí las esperanzas, ahora sólo quería sonreír por el regalo que me acaban de dar.

  Mientras Sam y yo aceptabamos lo que estaba por venir Jon y Steve se acercaron sigilosamente y se colocaron al píe de la cama en silencio, sin decir ni una sola palabra contemplaban nuestra escena emotiva.

  Samantha se alejó y se recostó de nuevo sobre su almohada, lanzó un pequeña mirada hacia donde estaba Steve y se le quedó viendo.

—¡Hey!, Sigo viva, ¿por que esa cara larga?—Le pregunto a Steve haciendo muecas.

—Lo siento, sólo que estoy algo emotivo.—Sonrie para disimular.

—Pues no lo parece, te ves como si alguien que quieres hubiera muerto hace poco.—Menciono con la intención que Steve cambiará su respuesta.

  Steve bajo el rostro y se quedó mirando al suelo, parecía que estaba por romperse a llorar de nuevo.

—Steve, creo que deberías decirlo ya.—Jon irrumpió el silencio dándole alientos.

  Alzo su mira girando su rostro para ver a los ojos a Jon quien lo miraba amezantemente.

—¿Que debería hacer ahora?—Pregunta con rabia.

—¡Dicelo de una vez por todas, no sabes cuándo será la última vez que la veas!,—Gritó Jon, dejando así un silencio que se podía respirar.

  Steve parecía una bomba a punto de explotar semejante a aquellos niños que dejaban de respirar cuando hacían una rabieta, posó sus manos sobre la baranda del pie de la cama antes de tomar valor.

—¡Samantha!.. Hay algo que he querido decirte desde hace muchos años; pero jamás había tenido el valor para hacerlo, por eso Jon tiene razón, si no lo hago ahora no podré hacerlo nunca, tengo que decirlo antes de perderte.

  Steve se quedó congelado, no sabía cómo seguir con su confesión, así que Sam intervino para ayudarlo.

—Stevi, si no puedes decirlo simplemente no lo hagas, no es necesario, ya vendrá el momento.—Sonrió de la misma forma de siempre para decir que las cosas estaban bien.

—Tengo que hacerlo ahora, no se cuando sea la última vez que te vea.—Gira su rostro y observó a Jon quien asentó con la cabeza en pleno silencio.—Es... solo que tengo miedo de lo que pueda pasar luego, no se si, siquiera volverás a hablarme después de esto, esos han sido los pensamientos que recorren mi cabeza cada que pienso en este tema.—Manifestó cabizbajo.

—No... te equivocas, jamás dejaré de hablarte, sin importar que sea siempre tendrás mi apoyo y eso lo sabes.—Aseguro Samantha.

—Es... Es que... A- aun m-me da mie-mie-miedo saber la respuesta.—De la nada empezó a tartamudear con una voz temblorosa.

—¡Hey, vamos!, ¿Que tan malo puede ser?, Solo dilo de...—Quedo en silencio por el grito de Steve.

—¡TE AMO!, ¡SAMANTHA SIEMPRE TE HE AMADO!—Soltó un grito que hizo que todas las miradas le dieran su atención, incluso Jon quien le daba ánimos se notaba sorprendido.

—Es-espera Steve, ¿Que acabas de decir?, Es broma, ¿verdad?—Sam no sabía cómo reaccionar.

—No Samantha, no es una broma hablo muy en serio.

—Pe-Pero si jamás lo demostraste, ¿como es posible?.—Seguia confundida.

—Lo sé, en un inicio me lo negaba a mi mismo, cuando empecé a aceptarlo estábamos en la universidad, quise tomar valor en ese entonces y confesarme, sin embargo no lo hice.

ScarletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora