"IV". Un Nuevo Hogar

117 54 81
                                        

  Aún no podía creer que Samantha estuviera junto a mi de nuevo, ya había dejado en el olvido que ella volviera por mi, pero me equivoqué, allí estaba frente a mí, abrazándome como si fuera mi angel guardian.

  Sentí un cariño de esos que sólo vés en las películas, donde piensas que todo es fingido, sólo ficción y no hay ningún tipo de emoción de por medio, pero este no era el caso, ya había pasado mucho tiempo desde que había sentido algo tan cálido como lo fue ese abrazo, en ese momento me hizo creer de nuevo en ella, me hizo ver esperanza.

  El abrazo nos hizo distanciarnos de todo lo que nos rodeaba, no nos importaba nada que no fuera el momento de nuestro reencuentro, ella estaba cumpliendo su promesa de volver por mí, la nostalgia me daban ganas de llorar.

  En el fondo escuchamos a mi madre quien nos interrumpió alzando la voz antes de sujetarme del brazo para jalarme y así alejarme de Samantha.

—¿¡Que demonios hace usted aquí!?—Pregunto mi madre indignada.

—Vinimos para traerle un citatorio.—Dijo uno de los hombres que acompañaba a Samantha, quien inmediatamente recibió la mirada de todos.

—¿Como que un citatorio?—Pregunto mi madre de mala gana.

—Le traemos una denuncia por maltrato infantil dirigida a usted.—mencionó aquel hombre mientras revisaba su maletín.—Tenemos una investigación desde hace 2 años que debido a falta de evidencias no había sido procesada.—Parecía no encontrar lo que buscaba asi que se acercó a la barra que está en toda la entrada de la casa.—¡Aquí está!, Necesito que lo lea y luego lo firme para confirmar que lo recibió, en tal caso de negarse abran más represalias a su nombre.

  Mi madre se puso a leer el papel que el hombre con traje le había dado, se notaba cada vez más molesta mientras avanzaba con la lectura, hizo silencio un par de segundos antes de arrugar el papel y hacerlo una bola que luego tiró al suelo.

  Levanto su rostro con indignación y miró toda la escena a su alrededor.

—¡Esto debe ser un chiste!, Me niego a firmar un papel que asegura cosas que no he hecho jamás.—Mencionó con todo irritado.

—Sra Karina, creo que aún no se a dado cuenta ¿verdad?, esto no es  ninguna broma, vinimos aquí para proteger los derechos de está niña y hacer que usted pague por todas esas crueldades que ha hecho.—Dijo Samantha desafiando a mi madre.

—¡TONTERÍAS!—Dirige su mirada hacia a mí.—¡Seguro esto es tú culpa!, Tú los llamaste ¿verdad? —Pronuncio antes de agarrarme por los hombros y sacudirme con fuerza.

  Sam al ver la situación intervino y se metió en medio, me rodeo con sus brazos para impedir que volviera a agarrarme.

  Se alejó analizando mi cuerpo de arriba a abajo, palpaba mis brazos, levanto las mangas de mi suéter y las botas de mi pantalón como si buscará algo, cuando dejo de hacerlo se retiró un paso de mi y sujeta mis mejillas con sus manos haciendo que la viera a los ojos.

—¿¡Estas bien!?, ¿No te ha hecho nada malo desde ese día?—Preguntaba con preocupación.

—Creo que la respuesta es obvia.—La mirada seria volvió a mis ojos y mire a mi madre con desprecio.

  Sin importarme que hubieran más personas baje mi pantalón hasta las rodillas para luego alzar la parte delantera de el suéter que lleva puesto y así dejar a la vista los innumerables moretones que tenía, algunos recientes y otros ya tenían tiempo, aunque eran muchos no eran tantos como aquella vez que escape.

  Samantha me mira perpleja, enseguida voltea y mira a mi madre con tal odio que ya no parecía la misma mujer gentil.

  Tal vez por eso dicen que conocerás la verdadera furia de una persona cuando lastimen a alguien que quiere.

ScarletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora