Scarlet

"X". Secretos

  Después de esa llamada inesperada a mitad de la noche el ambiente se torno tenso. Nadie quería hablar, incluso Karla se notaba ansiosa, ambas mujeres trataban de disimular su preocupación; pero a pesar de que ninguna expresaba lo que estaba pensando, estoy casi segura que las tres nos hacíamos la misma pregunta en nuestras cabezas, ¿Qué habrá pasado como para que Jon tuviese que volver antes de tiempo?

  Samantha hizo silencio durante un largo rato, su mirada estaba fija en la televisión. Lo único que evitaba que se pusiera incómodo el estar todas en un mismo lugar era el sonido cambiante del televisor, tanto que se volvió tan repetitivo aquel comercial publicitario de shampoo que termine odiándolo. No sabía cómo actuar, eran implacables las ansias de saber que ocurría, pero no tenía más opción que esperar al día siguiente.

  No mucho tiempo después Samantha regreso en sí, esta sugirió que nos fuéramos a dormir.

—Creo que es mejor que nos vayamos a dormir.

—Esta bien, pero hija, deja la puerta de tu habitación abierta, quiero estar al pendiente de tí, ¿vale?

—Vale mamá, eso haré.

  Hicimos la rutina como se haría en cualquier hogar, termine por esperar a que Sam se acostara antes de yo irme a la cama, me despedí de ella; pero no quería dejarla sola, mejor dicho, yo no quería quedarme sin compañía alguna. Justo antes de salir de la habitación de Sam me pide que me acerque a ella.

—Hija, ¿Puedes venir un momento?, —Me detuve justo en la puerta y me dispuse a volver hasta donde ella se encontraba.

—¿Qué ocurre?, mamá. —Esta inclina la cabeza para luego observar la puerta.

—¿Podrías cerrar la puerta un momento?, —No sabía por qué aquella petición de su parte; pero igual cumplí con esta, para luego ir de nuevo junto a la cama.

—Listo mamá, ¿Karla no había dicho que la dejaras abierta?, —Pregunte algo confundida.

—Sí, mi mamá lo dijo; pero quiero algo de privacidad contigo. Y la puerta abierta no me da esa sensación que quiero. —Sonrió para hacerme sentir cómoda, aunque no me sentí de tal forma. —Ven recuéstate junto a mí un rato. —Sam alzó la sabana para que así pudiera acomodarme junto a ella.

—¿Estás bien?, mamá. —Insistí en la pregunta que tanto me rondaba la cabeza en ese momento, Sam no actuaba de la forma que solía hacerlo.

—Solo estoy algo preocupada, es todo. —Me le quede viendo esperando que dijera algo más que solo eso. —Scarlet. —Llamo mi atención nombrándome de la nada.

—Sigo despierta. —Las ansias se acumulaban.

—Hay algo que quiero decirte, aunque suene repetitivo. —Manifestó con algo de soberbia.

—Claro, soy toda oídos. —Solo quería que dijera lo que tenia atorado en la garganta.

Samantha dio un pequeño suspiro antes de proseguir.

—No es la primera vez que te lo he dicho, pero quiero que siempre lo tengas presente sin importar nada, aunque las cosas se vuelvan un completo asco o que en algún momento decidas irte y continuar con tu vida, quiero que sepas que yo siempre… siempre estaré para ti.

Eres mi hija, te amo como si fueras una parte mí, jamás dejare de amarte, así que quiero que jamás olvides que nunca volverás a estar sola, aunque lo que estés viviendo te haga sentir miserable quiero que recuerdes mis palabras.

“Scarlet, mi alma siempre estará junto a ti”

La observe con detenimiento, sus palabras en vez de hacerme sentir segura me preocuparon más de lo que ya estaba, por algún motivo sentí como si se estuviese despidiendo de mi.