"XIV". Desiciones

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  En muchas ocasiones la vida da giros repentinos, ya sean para bien o para mal. El detalle de esto, es que jamás sabremos cuando ocurrirá uno, o si simplemente nos hará bien.

  Es increíble la cantidad de veces que nuestros planes son cambiados a la fuerza, a veces tendemos a manipular la situación y a nosotros mismos para evitar tener que sufrir alguna vez.

  Hay quien dice que la vida está basada en un destino que todo lo tiene predicho y hecho ¿pero realmente será esto así?, ¿o somos nosotros con cada decisión tomada en el momento quienes hacemos que el futuro sea bueno o malo? Seamos honestos, la vida no está planeada, porque son más las decisiones tomadas en el acto, que aquello que pensamos hacer con antelación. Por ese mismo motivo es que cada día es una nueva sorpresa.

Indudablemente había hecho una acción algo apresurada y atrevida al decirle a mi madre que se reuniera con nosotros en dicho lugar. Por otro lado me era inusual e incluso sorprendente que Carlos haya conocido a mi padre en algún momento de su vida. Si los comparase sin duda serían sujetos de mundos totalmente diferentes.

  Luego de que se fichara una hora para la "reunión" con Karina, todo se tornó en neto silencio exceptuando la televisión que siempre estuvo encendida frente a aquel hombre que me ofreció su apoyo sin conocerme y afirmaba conocer a quien me trajo al mundo.

  Yo, en un momento de recelo me hice en una esquina y me distancie de todos, mientras que Jon camino hasta el auto e informó de todo a su madre y hermana. A pesar de estar alli sola y parecía estar pensando, mi mente estaba en blanco, en completo silencio; una especie de trance que me permitió afrontar lo que pasaría unas horas mas tarde.

  Mientras el silencio se opacaba con el ruido de unos pasos que iban en mi dirección, pude notar que se trataba de Karla. La cual se paró a un costado de mí, sacando un cigarrillo para seguidamente posarlo entre sus labios rojos naturalmente, saco un encendedor y dando una fuerte calada lo prende fuego, entonces lo retira de su boca con sus refinadas manos y así levente exhalar el humo blanco desde sus pulmones.

  Gire a verla mientras hacía todo aquello con una grata sorpresa.

—No sabía que fumabas igual que tu hijo —comencé a reír sigilosamente—.

—Lo sé, es raro que alguien me vea fumando, es más, tenía unos cuantos meses que no lo hacía —su tono de voz me daban a entender que estaba decaída—.

—Si es así, ¿por qué lo haces de nuevo? —mi pregunta pareció afectarle—.

—Nervios. Son simples nervios.

—Eso explica muchas cosas... —la rubia dirige su mirada en mi dirección—.

—¿A que te refieres, es tan obvio? —pregunta sonriendo tontamente—.

—Asi es... Es obvio que estás decaída. Y aunque no lo has dicho, se nota que estás tensa porque vamos a ver a mi madre... —Karla abruptamente me abraza—.

—Temo... Temo que algo malo te ocurra. No quiero que nadie te vuelva a hacer daño. —aguanto el llanto y devuelvo dicho abrazo con la misma calidez que lo recibí—.

—Lo sé. Y ahora soy yo quien teme por ustedes... —Karla se retira regañandome—.

—Te equivocas. No debes temer por... —la interrumpí—.

—¿Ibas a decir que fueron ustedes quienes decidieron involucrarse? Es cierto. Pero la que se equivoca eres tú. De no ser por mi culpa, porque permití que me ayudarán, nada de esto estaría ocurriendo, la vida simplemente seguiría su curso. Mi decisión terminó perjudicandolos.

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⏰ Última actualización: Dec 18, 2020 ⏰

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