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Yo Necesito Saber, Sí, ¿Quieres Ser Mi Amante?.

Noelia miraba a través del ventanal de su habitación cómo el BMW de Emilio entraba por el portón, entre sus manos estaba el sobre con la cita para la primera audiencia del trámite de divorcio, sus iris verdes eran rodeadas por un fondo rojizo, sus párpados hinchados, el maquillaje marcaba un camino hasta su cuello.

Lo vió salir, sonriente, sus rizos despeinados y las prendas de su traje desarregladas, saliendo de su campo de visión al entrar a la gran casa, esperó en la misma posición por lo menos 10 minutos, el aroma de galletas recién horneadas llenaron sus fosas nasales, sintiéndose aún peor.

- Hey, las empleadas han dicho que no haz bajado para comer ni cenar, ¿Te sucedió algo? - Emilio entraba a la habitación, masticando las galletas horneadas por Anne.

Noelia giró, tomando por sorpresa a Emilio al dejarse ver tan débil y destrozada, humillada ante un hombre que no la estimaba en lo más mínimo, tal vez una pizca de preocupación en sus ojos, sólo tal vez.

- ¿Me podrías decir qué es esto? - Logró decir en un hilo de voz, agitando el sobre en su mano.

- El trámite empezará dentro de un mes, eso es todo.

- ¿Sin más?.

- Noelia, yo no puedo seguir con esta farsa, simplemente ya he tenido suficiente.

- Tú quieres a ese chico, ¿Verdad?, Lo deseas... - Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, soltando pequeños sollozos, sintiéndose insuficiente.

- Por favor... No hagas esto más difícil, ¿Quieres?.

- Tengo dos meses de embarazo y yo... No sé qué hacer...

- Noelia, ¿Por qué sigues con ese capricho?, No logro entender cómo puedes seguir con esto cuándo te he demostrado de mil maneras que no te quiero.

Noelia se abalanzó contra él, chocando su cuerpo delgado contra el fornido de su esposo, aspirando el aroma varonil y dulce en la camisa gris claro, el perfume embriagante de Emilio combinado con el perfume meloso de ese pequeño.

- Noelia, ¿Qué demonios haces? - Su voz salió entrecortada, la mujer encima de él había empezado a besar su cuello, lamiendo sobre las marcas que Joaquín le había dejado.

- Hueles tanto a él, a su perfume... A este perfume - Noelia alcanzó el envase de perfume del tocador y roció al aire, dejando que el aroma inundara su habitación - Y te excita tanto...

Su mano sobre la entrepierna de Emilio se apretaba alrededor del bulto que empezaba a crecer bajo la tela, desabrochando con su mano libre los botones de la camisa, abriéndola y besando la piel al descubierto.

- Te quiero sentir... Que estés dentro de mí... Sólo una última vez, por favor Emilio...

La camisa había dejado de cubrir el torso de Emilio, Noelia se dedicaba desabrochar el botón y bajar la cremallera del pantalón de Emilio pero éste la detuvo.

- No...

- Pero Emilio, tienes una erección, déjame complacerte... El perfume ha logrado...

- Te equivocas, huele bien la camisa - Noelia se agachó a recoger la camisa, frunciendo el ceño la acercó hasta sus narices, oliendo con atención, percibiendo el aroma de Emilio y el de Joaquín... El aroma de Joaquín - Exacto, me encargue de limpiar a Joaquín con la camisa... Su aroma dulce impregnada en ella.

Emilio tomó la camisa de las manos de Noelia y volvió a ponersela, saliendo de la habitación y bajando las escaleras para ir hasta el garage y montarse en su auto e ir dónde Joaquín y saciar su líbido.

¿Quieres Ser Mi Amante? | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora