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Sí Es Preciso Sufrir, Llorar O Morir, Por Ese Alguien. (Parte 1).

La puerta se abrió de golpe, Emilio estaba absorto en su portátil, revisando los balances.

- Con un demonio Diego, ¿Acaso no puedes...? - Se quedó callado en el momento en que la imagen de Diego se presentó ante sus ojos, ese cuerpo delgado lleno de golpes y sangre, se levantó de prisa y fue corriendo hasta él, sosteniendolo antes de que cayera de lleno al suelo - ¿Pero qué te sucedió, hombre?, ¿Quién te hizo esto?.

Emilio sujetó a Diego por debajo de los hombros, guiandolo hasta el pequeño sillón, tratando con cuidado de no lastimarlo más, su rostro cubierto por sudor y sangre, los pómulos inflamados y en tono morado.

- ¡Lucia, ven aquí y trae el botiquín!.

En 5 minutos, la mujer se encontraba sosteniendo el botiquín frente a Emilio, mirando horrorizada el cuerpo golpeado de Diego mientras Emilio vertía alcohol en un pedazo de algodón.

- Dime quién te hizo esto.

- Jo... Joa... Joaquín - Logró decir, un hilo de voz apenas audible, Emilio frunció el ceño, deteniendo su labor.

- ¿Qué pasa con Joaquín?.

- Gib... Gibson... Gibson...

Unos pasos resonaron por toda la oficina, Lucia, Emilio y Diego miraron la entrada, encontrándose con Franz de brazos cruzados.

- Vaya, vaya, ¿Qué le sucedió? - Sus ojos verdes brillaban de maldad, caminando lentamente hasta el centro de la oficina, haciendo una seña con su brazo izquierdo.

Dos hombres entraron, uno cargaba a...

- No... No... A él no... Gibson... Déjalo, él no tiene nada que ver en esto... - Emilio miraba horrorizado el cuerpo desnudo y delgado de Joaquín entre los brazos de uno de los hombres que trabajaba para Franz.

- ¿Qué pensabas?, ¿Qué nunca me iba a enterar que Noelia y tú se están divorciando?, ¿Me crees idiota?.

- Gibson... Por favor, esto es entre tú y yo, no le hagas nada, es inocente... - Se levantó, dejando a Diego recostado en el sillón, caminando a paso lento hacia Franz.

- ¿Inocente?, Él es tu a-man-te, el causante de todo esto, por el que vas a dejar a MI nieto pero... ¿Qué te parece si mejor lo despertamos? - Su sonrisa era maldad pura, miró a sus hombres y le hizo una señal a quién no sujetaba a Joaquín.

El hombre asintió, metiendo dos de sus dedos en su boca, lubricandolos con la saliva, los sacó y los llevó directo a la entrada de Joaquín, presionando el anillo de músculo, volteando a ver la expresión dolida de Emilio y con una sonrisa maliciosa empujó el par de dedos.

Un gemido resonó las cuatro paredes, Joaquín abrió los ojos de golpe, jadeando y empujando su cuerpo más hacia abajo, pensando qué quién lo tocaba de esa manera era Emilio, cuán equivocado estaba.

- Oh Emi...

- Curioso, "Emi", ¿Cuántas veces le reclamaste a Noelia por qué te llamó de esa manera?, En cambio él lo hace y a ti te prende.

- Emi... - Susurró, sus ojos viajaron, encontradose con un hombre desconocido que lo miraba al igual un león mira a su presa, el pánico lo azotó de golpe, buscando a Emilio, encontrando a Diego sobre el sillón lleno de golpes y la mirada de Emilio llena de terror - ¡Emilio!.

- Hola Joaquín... ¿Estás disfrutando de las manos de mis hombres? - Franz disfrutó del miedo en los ojos color miel de Joaquín, su sonrisa se ensanchó aún más, miró a sus hombres, quiénes esperaban la luz verde - Háganlo.

¿Quieres Ser Mi Amante? | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora